Vuelve a Cuba el nunca olvidado árbol de Navidad
Resurge en la isla el fervor de la gran festividad católica
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LA HABANA (EFE).- El árbol de Navidad, que durante muchos años estuvo casi ausente de los hogares cubanos, ha ido ganando espacio entre las familias de la isla, que en los últimos años intentaron retomar esa costumbre universal.
En Cuba no se celebraba oficialmente la Navidad desde fines de la década del sesenta, debido a los esfuerzos del país por "acelerar su desarrollo económico", según la versión del régimen castrista.
Pero el último fin de semana Fidel Castro anunció que, con motivo de la visita del Papa a la isla, por realizarse en enero próximo, la Navidad era declarada día festivo.
En Cuba, la costumbre ha hecho que la festividad más importante sea la noche del 31 de diciembre. Desde 1959, esa fecha coincide con el aniversario del triunfo de la revolución.
Pero en los últimos años se ha hecho común la práctica de adornar el hogar ese día con el tradicional árbol de Navidad, muy costoso para la economía cubana. Muchos atribuyen este fenómeno a un "ablandamiento" del régimen.
Es fácil apreciar en estos días el ir y venir de muchas personas, que se desplazan hacia las tiendas donde se venden -en moneda dólar- los típicos arbolitos. La religiosidad católica, oficialmente ignorada por el Estado cubano durante muchos años, se pone así de manifiesto en el seno de un pueblo que, pese a todo, no renegó jamás de ella.
Los más variados adornos navideños (bolas de cristal, estrellas y guirnaldas de luces multicolores) figuran en la lista de compras de las personas que acuden, cada vez en mayor número, a las tiendas.
La gran mayoría debe sacrificar la adquisición de artículos de primera necesidad para adornar en sus casas el árbol navideño.
Contraste
Los propios comercios que venden en dólares, principalmente en La Habana, son anualmente engalanados al mejor estilo navideño, en contraposición con el ambiente reinante en las entidades e instituciones estatales, donde no se aprecia el menor signo de tal festividad.
Los que no se deciden, o no pueden, ir a comprar su árbol navideño en moneda fuerte se aventuran a subir a un pino para "robarle" algunas de sus ramas.
Este año, llama la atención el hecho de que niños relativamente pequeños, que nunca antes habían sido testigos de la tradición navideña con apoyo oficial, se afanan por hacerse con uno de estos árboles para adornarlo ellos mismos.
Lo cierto es que los chicos cubanos están pasando ahora buena parte de su tiempo ante los árboles de Navidad.
Para algunos analistas, esto se debe a la novedad de que este año el célebre árbol cuenta con el visto bueno del gobierno, aunque sea por única vez.
En esta oportunidad es más evidente que nunca que los cubanos, entre quienes la Navidad siempre se mantuvo arraigada, aunque relativamente oculta, parecen dispuestos a retomar su celebración aun contra la voluntad oficial.
En rigor, la Navidad nunca fue prohibida en la isla. Pero la fecha que no deja de celebrarse de manera oficial, y también por casi toda la población, es el 31 de diciembre. El Estado cubano siempre ha puesto un énfasis especial en motivar a la gente a festejar el aniversario de la revolución que llevó al poder a Fidel Castro.
Así, la festividad navideña en hogares cubanos, la compra del arbolito y el 31 de diciembre tendrán esta vez una connotación diferente, y quizá definitiva. Es posible que en 1998 el árbol de Navidad haya regresado con toda su fuerza tradicional a las familias cubanas.
Excepciones
LA HABANA (AFP).- Sólo los sectores considerados vitales para el país deberán trabajar en Cuba el 25 de diciembre.
Los zafreros y los obreros azucareros, así como los trabajadores de los principales servicios públicos, no podrán abandonar sus tareas.
No obstante, el gobierno anunció que esa jornada será recompensada con doble salario.



