Zapatero, duramente abucheado en Madrid
Cientos de personas expresaron su descontento hacia el mandatario en el marco de los tradicionales desfiles en los que participa el rey y su familia; acceda al video
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MADRID.- El descontento y el malestar general con las autoridades nacionales a causa de la crisis económica y social que atraviesa España se hizo sentir hoy, como nunca antes, en la madrileña Plaza de Lima, donde el presidente de este país recibió una atronadora catarata de abucheos y silbatinas durante el desfile militar oficial por el Día de la Hispanidad.
Esta demostración de reprobación colectiva, que fue ampliamente comentada por los medios privados españoles, comenzó con el arribo de José Luis Rodríguez Zapatero al acto y sólo cesó definitivamente tras finalizar esta ceremonia anual de 90 minutos de duración.
Si bien esta no fue la primera ocasión en la que el mandatario debió soportar este tipo de manifestaciones de repudio hacia su gestión, este año los abucheos no parecieron provenir de un sólo sector de los asistentes -como sucedió en desfiles anteriores- sino que contagió al público que se encontraba detrás de todas las vallas de seguridad dispuestas por la policía, donde incluso se podían ver familias enteras con sus niños.
Entre los cánticos que más se escucharon, el más repetido fue uno con sólo dos palabras: "Zapatero dimisión", que por momentos pareció tornarse ensordecedor. Sin embargo, los presentes también corearon la ya clásica sentencia "Zapatero embustero" y el más actual y coyuntural "Zapatero, vete con Obama", en referencia al próximo encuentro que el presidente español mantendrá con su par de los Estados Unidos.
La intensidad y persistencia de los silbidos hicieron que Rodríguez Zapatero, esta vez, no pudiese ignorarlos. La actitud nerviosa y perturbada del mandatario pudo apreciarse con claridad en la transmisión televisiva del desfile realizada por la emisora oficial TVE, donde se le pudo escuchar al presidente decir que los abucheos "forman parte del rito", en un intento por minimizar la espontánea manifestación del público. Ante su declaración, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, se solidarizó con Rodríguez Zapatero al calificar los cánticos como "una falta de respeto".
Las demostraciones de rechazo de Ruiz Gallardón hacia la actitud del público continuaron después del desfile y de la transmisión de TVE, que por la disposición elegida previamente para sus micrófonos no pudo evitar que la difusión de los abucheos llegase a todo el país.
Ya en el Palacio de Oriente, en la recepción ofrecida por la Familia Real tras el desfile, el alcalde madrileño consideró que este tipo de manifestaciones "podrían darse en un acto político", pero que "no deben producirse en un acto de Estado".
Ruiz Gallardón, quien es una de las figuras del opositor Partido Popular (PP) con mejor imagen positiva, también señaló que las protestas "podrían haber sido realizadas otro día", en lugar de llevarse a cabo en la Fiesta Nacional.
No obstante, el presidente no fue el único abucheado: a su arribo, y por primera vez en su gestión, también fue destinataria de gritos de reprobación la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega. Dueña de un estilo duro y en ocasiones poco amable con algunos sectores de la prensa local, la funcionaria, que ayer también sorprendió por asistir al desfile con un estridente trajecito fucsia, vio comprometida su popularidad tras profundizar su apoyo a iniciativas oficiales controvertidas como el proyecto de Ley de Aborto Libre y la Ley de Memoria Histórica.
Además del presidente y sus principales ministros, al desfile asistieron el Rey Juan Carlos I y su esposa, la Reina Sofía, junto su hijo, el príncipe Felipe, y la mayoría de la familia real, así como el líder de la oposición, el dirigente del PP Mariano Rajoy.
Sin embargo, los cánticos y silbatinas apuntaron exclusivamente a los más altos funcionarios del gobierno socialista, que aún no ha podido dar señales claras sobre las muchas veces anunciada inminencia del fin de la crisis.


