Argentores, lo existencial, lo legal y lo político
La parodia está de moda y las salas alternativas fomentan el amateurismo fue (es) una obra de Martín Seijo y Lisandro Rodríguez. Se presentó en Elefante Club. Tenía (tiene) infinidad de particularidades. Reparemos en dos. Una: "El texto se escribe y reescribe en cada función". Dos: no era con entrada gratuita. Cada persona debía llevar una botella de agua mineral de igual característica. El primer punto convertía a cada espectador en coautor de la obra. A doce funciones asistieron (y reescribieron) 250 personas que fueron con sus botellas.
Semanas atrás, el administrador de la sala, el mismo Lisandro, recibió una comunicación de Argentores intimándolo a retener el 10 por ciento de lo recaudado. Según los cálculos, eso implicaba unas 30 botellas. El miércoles se presentaron en la sede de la entidad varios coautores de la obra (cada uno con su DNI y su número de CUIT/CUIL pertinente) para hacer el trámite y resolver el entuerto. Fueron, claro, con las 30 botellas. Dos representantes fueron recibidos por dos directivos de la entidad. La entidad recaudatoria discute si La parodia está de moda es, sí o no, una obra de teatro. El consejo directivo no llegó todavía a una conclusión definitiva. Para salir de tamaña crisis se propuso tener otra reunión, pero Argentores la suspendió un día después. Un especialista de la entidad decidirá ahora si la obra es una obra de teatro o no.
Así es como La parodia continúa apelando a otras plataformas, sumando coautores y aglutinando a las voces que cuestionan que frente a los nuevos sistemas de producción escénica la entidad siga apelando a fórmulas y procedimientos perimidos. "Sin autor no hay obra", es uno de los lemas de Argentores. ¿Sin Argentores no hay teatro?
Más leídas de Espectáculos
“No quiero llorar”. Marcelo Bonelli se quebró en su despedida del programa Arriba argentinos
"Atentado contra el país". El escándalo fílmico que sorprendió en Cannes, fue prohibido en la Argentina y cambió el documental para siempre
"Fue como un papá para mí". Divina Gloria, una chica Olmedo atípica: cómo logró trabajar con él y el gran dolor que le causó su muerte