
Buen motivo para trasnochar
No cuesta mucho afirmar que el de Alfredo Rosso es uno de los nombres ilustres del rock. Ilustre en el sentido más leal de la palabra. Activo militante del rock desde siempre, su espíritu didáctico le permite transmitir su enorme conocimiento con una facilidad admirable. Ya sea desde las páginas de una revista (desde el Expreso Imaginario a la Rolling Stone o La Mano ), desde algún lugar en un sello discográfico, desde Artilaria (esa suerte de universidad de la nueva cultura) o desde la radio, las palabras de Rosso completan ese submundo que nace en la música, pero se refleja en otras expresiones artísticas.
La Casa del Rock Naciente es un fiel reflejo de todo eso. Nacido como un micro del programa ¿Cuál es? que conduce Pergolini, poco a poco ganó espacio. Primero se trasladó a un par de horas a la tarde de los domingos en la Rock & Pop y ahora, cuando este mes cumple diez años desde la primera breve emisión, se trasladó a la trasnoche del sábado: está desde las 3 a las 8 de la mañana del domingo. Es cierto que se trata de un horario exclusivo para incondicionales, noctámbulos, insomnes o muy madrugadores (y, sabemos bien, hay de todo en Buenos Aires), pero el programa es de lo más recomendable. Producto de las pasiones de Alfredo, en La Casa... hay de todo. Mucha música, por supuesto, pero también literatura (cuentos y poemas), historias que no caprichosamente están ligadas a la historia del rock desde otras expresiones y hasta cine.
* * *
Un programa tras otro, Rosso arma una suerte de enciclopedia auditiva. Hay de todo y para todos los gustos, y no hay programa que no tenga una sorpresa, se trate de una rareza, un grupo desconocido en estas latitudes o aquello que se va a escuchar más adelante, todo acompañado por un comentario que pone en contexto eso que se va a escuchar. Por eso son útiles las secciones que se generaron con el tiempo. Están "El álbum gamba" (ese que nos acompaña siempre), "Dos gotas" (donde un mismo tema es interpretado según dos conceptos estéticos diferentes), "Dos momentos" (en la que se escucha al mismo autor con canciones de distintos momentos de su carrera), "Rock y celuloide" (en la que se pasan obras compuestas para el cine), "Fila cero" (en que se anticipan discos) y "Album clásico", entre otros segmentos no menos atractivos, a los que se suman especiales dedicados a estilos o artistas y entrevistas.
A todo esto hay que sumar el conocimiento y la memoria privilegiada de Alfredo como para redondear un momento maravilloso para estos tiempos de música que se repite una y otra vez en el aire. La Casa del Rock Naciente tiene el sello distintivo de proponer, justamente, todo ese material que existe más allá de los caprichos de la moda. Un programa que hace historia desde el hoy y, como dice Alfredo, un buen momento para trasnochar.






