Calu Rivero habla de su novio, el boicot de los fans de Juan Darthés y su nuevo proyecto
Suena algo que parece venir desde lo más profundo del océano. Ballenas. Agua. Un órgano. Calu Rivero y su novio, Joaquín Vitola, están sentados en mullidos almohadones, rodeados de velas y mirando hacia el atardecer. Frente a ellos, un grupo de no más de 30 personas medita. Calu toca el órgano y se deja llevar por la música, mientras Joaquín activa los distintos sonidos que llevan al público a un "viaje". Hace frío en José Ignacio pero nadie se mueve de su lugar. La conexión es total. Oskar Metsavaht, creador de la firma de moda sustentable Osklen, se suma sin dudar a la meditación guiada que propone Plátano, tal es el nombre que Calu y el músico de Indios le dieron a este acontecimiento que están provocando. También están Mike Amigorena y su novia, otros amigos, y los dueños de Villa Acacia, el paraíso escondido en La Boyita en donde tiene lugar la reunión. Todos se trasladan luego al living para una proyección del corto ASAP (As susteinable as possible/As soon as possible, que en español sería "Lo más sustentable posible, lo más pronto posible"), que muestra cómo se pueden producir materiales exquisitos trabajando en la sustentabilidad, con el menor impacto ambiental posible y lejos de la explotación laboral que hoy tiene en la mira a la industria de la moda. Osklen pone bajo la lupa a toda la industria con su propuesta, y Calu Rivero, que en los últimos años se convirtió en un referente del feminismo, quiso ser parte de la búsqueda de un mundo mejor que propone el empresario brasileño.
Tras muchos meses de trabajo en la Argentina para terminar las grabaciones de Campanas en la noche, la tira que marca su regreso a la televisión, Calu tiene muchos proyectos en carpeta y esta semana debutó con este, el que más la enamora: trabajar con su novio en la creación de momentos como el que propusieron hoy. "Queremos que sea una revolución. Es una manera de seguir generando y haciendo música pero con consciencia de lo que queremos decir", dice a LA NACION. Tiene un vestido de la firma de Oskar con estampado de bananas. Tiene también una gran sonrisa. De enamorada pero también del deber cumplido, de la satisfacción por haber sido parte de "un momento histórico". "Lo que pasó es histórico. Disfrutémoslo, no hagamos la guerra. Es un momento en el que se nos escucha. Hablemos", arenga.
El #MeToo argentino que comenzó con la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darthés por violación, cuando tenía 16 años, fue una especie de reivindicación para Calu Rivero, en otro momento condenada por la opinión pública cuando contó que había sido acosada por el mismo actor. Luego de muchos años de mantenerse alejada de la pantalla chica argentina, vuelve con el compromiso de aportar para que las cosas cambien. En estos días, tuvo que enfrentarse a un nuevo embate mediático: los fanáticos de Juan Darthés iniciaron un movimiento en las redes sociales para "boicotear" la telenovela que va a protagonizar. En una charla con este medio, la actriz responde y asegura que es la última vez que se refiere a Darthés. Además, habla del amor en los tiempos del feminismo.
-Estrenaste dúo con tu novio, Joaquín Vitola, ¡qué sorpresa nos diste!
-No quiero llamarlo dúo… Es más como un momento, un acontecimiento… Es algo que no tiene mucha forma, etéreo. Es un momento, un encuentro.
-¿Por qué Plátano?
-Plátano porque le decimos sí al trueque, "plata no". Es un viaje al presente consciente. Muy desde la idea de qué pasa si cerrás los ojos y pensás qué vas a hacer por la madre tierra. No es que nos creemos chamanes. Desde esta propuesta, de este viaje, invitar a conectar con la tierra. Es una meditación guiada porque la idea es que vos entres en un trance.
-Hacía mucho que no te mostrabas en pareja y se te ve muy conectada. ¿Es clave compartir todas estas ideas para que te animes a una relación?
-Fluyó… Hay cosas que no se explican. Pero sí, los dos estamos muy interesados en estos temas, con muchas ganas de aprender, de ser conscientes, de estar presentes y de aportar desde nuestro lugar, más allá de que uno cambie sus hábitos. Eso nos conecta mucho.
-¿Cómo pasaron de la música al amor?
-Nos conocimos y fue hermoso. Fluye. Nuestro mejor momento es cuando nos levantamos y leemos. Nos gusta leer a Zygmunt Bauman, Byung-chul Han, que es un filósofo coreano que nos encanta, de hecho Plátano sale de un libro de él que habla de estar muy presentes, de qué es lo que le sistema nos quiere decir. Todo surge de algo muy genuino, que nació hoy. Lo hicimos a puerta cerrada con mis padres a ver qué opinaban y estamos teniendo muy lindos comentarios.
-¿De quién fue la idea?
-Plátano surgió de un encuentro con Joaquín y una conversación con Oskar. Conversamos mucho con él sobre la sustentabilidad, sobre todo lo que está haciendo. Empezamos a pensar en el sonido de las ballenas, todo el universo que hay en el océano, y pensamos que hay que empezar a definirse y redefinirse por lo que viene en el futuro, a cambiar hábitos del pasado. Se nos mete en la cabeza que en el 2050 el mundo se acaba. No somos esa generación. No tenemos miedo, vamos a hacer algo. Soy creyente de que lo chiquito cambia y ayuda un montón. Que hay que plantar semillitas.
-¿Pensás que en la Argentina hay voluntad de hacer contenidos sustentables?
-Si uno no habla no se conoce. Para mí en un momento el cuero era calidad. Así me lo enseñaron. Pero cuando empezás a tener consciencia de otra cosa, tenés otra decisión. Prefiero comprar prendas reutilizadas. Lo vintage. Salir de lo que le sistema dice. Me ha pasado de ir a alfombras rojas sponsoreadas y si no tengo la última colección de esa marca no me hacen la foto. ¿Por qué no puedo usar lo vintage? La bajada del capitalismo y del consumo es así… Tener la última. Lo que digo es que está bueno poner la lupa en la gente que está proponiendo cambios. En todos los temas, si no se habla, no se aprende, no se sabe. Si no empezamos a hablar de la sustentabilidad, a hacer cosas en el marco de la temporada, en todos lados. No va a pasar nunca. Si no existe eso es muy difícil cambiar.
-Sos amiga de Livia Firth, gran impulsora del movimiento con su Green Carpet. ¿Cómo te relacionaste con ella?
-Es mi mentora, es amiga, trabaja hace años en la sustentabilidad. Ella por acompañarlo a Colin [Firth] pasó mucho tiempo observando cómo se desperdicia todo. Creó la green carpet y hoy es un fenómeno. La conocí en Cannes, conecté mucho, fue amor a primera vista. Aprendo muchísmo de ella.
-Lideraste ya un gran cambio para las mujeres del mundo del espectáculo...
-El 2018 es un año que nos atravesó por muchos lados, desde la mujer, desde el impacto ambiental. Uno es las circunstancias que vive. Y hace un año decidí ser muy consciente de lo que hago. Campanas en la noche es algo que me enorgullece. Estoy muy conforme con mi personaje, por lo que dice, por lo que va a dejar en la sociedad. Porque dejamos de hacer esos contenidos en los que la mujeres eran un objeto en disputa. Vamos a mujeres reales, a conflictos reales. Mucha gente se va a sentir interpelada. También quiero ver qué pasa con la audiencia. Porque para las mujeres… De alguna manera viviste esto. Ella cuenta un momento de sometimiento, de desdibujarse por otras personas. Vivió una oscuridad muy heavy antes de salir a la luz.
-¿Pensás que la televisión tiene que reivindicarse a partir de todas las revelaciones que trajo el #MeToo?
-La sociedad era otra. Era otro contexto. Una vez que vos empezás a hablar, a decir que esto no está bueno, que hay gente que no se siente cómoda, que le duele. Todo lo que pasa con eso… Ahí viene el cambio. No lo quiero pensar como un lavado de culpas de los que hacen televisión, sino como haber tomado conciencia y cambiar. Hay gente que no, igual que en la moda, va a haber gente que siga comprando en marcas que explotan y otras que no. Nosotros como país hicimos un "click"a nivel consciencia. Haciendo Campanas, estoy totalmente sorprendida de cómo la producción buscaba lo mejor y más. La forma de contar cambió. No se subestima al espectador. No se habla de Doña Rosa. Hay cosas que cambiaron y que hacen a un televidente mucho más alerta, ambicioso, crítico.
-¿Creés que es difícil establecer vínculos con los hombres a partir de estos cambios? Algunos dicen que están confundidos...
-Creo que todos están, "ok, es una información nueva", todos tenemos que reaprender. Está bien también darles el tiempo para que lo entienden. Hay chistes que los vienen haciendo hace siglos. Miles. No van a cambiar de un día para el otro. Las mujeres tenemos que decir che, no ese chiste no. Si vos no enseñás es muy difícil que se dé. No queremos la guerra con los hombres. Los hombres y las mujeres son amor, son contención, nos cuidan y los cuidamos, es bello. Tiene que ver con eso… Tengamos paciencia pero no dejemos de decirlo. Hoy sabemos que hablar, sana.
-¿Notás ese cambio en tu nueva relación de pareja?
- Creo que en todas las relaciones… Está bueno saber que a vos te pone raro eso y a mi esto. Si no lo sabés y yo no lo sé es muy difícil. Sin dramatismos. Somos humanos. Es cómo sos vos con el otro. Que esté bien, que se sienta cómodo. Hay mucho chiste que "ah ya no se puede hacer nada"… No, vos sabés lo que es consentido y lo que no. Está bueno lo que está pasando, es un momento histórico. Disfrutémoslo, no hagamos la guerra. Es un momento en el que se nos escucha.
-¿Te enteraste del movimiento para boicotear Campanas en el viento de parte de los fans de Juan Darthés?
-Estoy en una casa que no tengo ni señal. Pero sí, lo vi. Entiendo la desilusión de un fan enterarte de que la persona que admirabas es lo que es. Lo entiendo. Te juro. Es una desilusión espantosa. Entiendo que lo haga porque no quiere creer que esa persona es eso. Es una desilusión terrible. Desde ese lado me pega, nada más.
-¿Cómo sigue tu situación judicial?
-El juicio queda igual. El lo empezó, él lo tiene que dar por terminado. Yo no puedo hacer nada más que, lamentablemente, ir a cada mediación que se me cite, injustamente. Pero yo con ese tema, después de que lo vi en la televisión, decidí internamente que para mí ya estaba. Me pareció tan oscuro que salga con ese mensaje, pensé… Sigue manejando la cabeza nuestra. No quiero enterarme más nada. Que me llame mi abogado cuando tenga que ir, que no creo porque se fue del país. Para mí ya está. Yo estoy en trascender, en la luz, en crear, en conectar con gente hermosa.
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