
Aníbal Di Salvo vuelve a dirigir
A los ochenta años, rodará su octavo largometraje en su Bella Vista natal
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A los ochenta años, y con sesenta y dos de actividad cinematográfica, Aníbal Di Salvo se apresta a rodar su octavo largometraje que resumirá, según sus palabras, "una parte grande de la historia de nuestro séptimo arte y los más importantes aspectos políticos y sociales de la Argentina entre las décadas del treinta al ochenta".
El film se titulará "Me robaron el papel picado" y, según Di Salvo, "la acción transcurre en Bella Vista, mi lugar de nacimiento, y se centra en Albertito, un apasionado del carnaval, del tango y del «biógrafo», un muchacho que se asombra con Tom Mix y los héroes de la vieja pantalla y que, tras seducir como cantante de motivos populares, se convierte en realizador de cine".
Entre mate y mate, este luchador apasionado de la época de oro del cine nacional recuerda sus inicios en el arte, primero como vocalista de varias orquestas típicas y luego como colaborador, tanto en sus facetas de camarógrafo, cortometrajista, ayudante de dirección y director de decenas de largometrajes, documentales y publicidades. "Yo había nacido a muy pocas cuadras de los Estudios San Miguel -rememora-, y para mí esas galerías me parecían una cosa de magia... Con mucha inocencia un día me acerqué a Miguel Machinandiarena, dueño de esos estudios, y le dije que quería trabajar allí, de cualquier cosa. A los 17 años entré en ese mundo de fantasía como «che, pibe». Hacía de todo, pero ya tenía bien claro que ése sería mi futuro. Hacer películas fue el sueño que nació en el instante de ver, por primera vez, los Estudios San Miguel. Con el tiempo, trabajé con los más importantes directores argentinos, entre ellos Leopoldo Torre Nilsson, y con varios extranjeros, por ejemplo, con Dino Rissi, Arne Matson y Luis García Berlanga. En 1981 realicé «El caso Matías», que dos años antes había hecho en video, y ya el cine no me dejó, ni yo lo dejé a él."
-¿«Me robaron el papel picado» es una autobiografía?
-No, es simplemente un film testimonial de ficción, con vivencias personales. Creo, sí, que lo que pretendo es que mi película se convierta en un homenaje a la cinematografía argentina, a aquellos maestros que engrandecieron este arte-industria, y que sea, al mismo tiempo, un resumen de lo que nos pasó a los argentinos en un país tan cambiante e impredecible.
Con voz serena y mirada melancólica, Di Salvo se detiene en anécdotas, recuerda entrañables amistades de aquellos años y evoca algunos nombres -Mario Soffici, Lucas Demare, Leopoldo Torre Nilsson, Hugo Fregonese- "que lamentablemente hoy están bastante olvidados", señala.
A partir de "El caso Matías", el realizador rodó "Atrapadas", "Seguridad personal", "Las lobas", "Enfermero de día, camarero de noche" y "El Che", hasta llegar, hace dos años, a "Chúmbale", adaptación de la obra escénica de Oscar Viale.
"Como director -confiesa-, hice de todo, entre ellos algunos bodrios, otros films rescatables, varios títulos que ya están borrados de mi mente, pero lo seguro es que siempre fui un trabajador infatigable... Lo que quiero es no bajar los brazos. Por eso tengo gran expectativa por volver a ponerme detrás de cámara para rodar «Me robaron el papel picado»."
-¿Qué opinión le merece el nuevo cine argentino?
-Siempre hubo nuevo cine argentino, porque siempre hubo directores con una gran diversidad de miradas y de temáticas. Nuestro séptimo arte evoluciona de la misma manera que evolucionó siempre, con éxitos y con fracasos, con fervor y con tesón, con miradas atentas y con olvidos. Lo importante es hacer, vivir para engrandecer a la pantalla nacional y recordar que la humildad es la mejor fórmula para transitar este apasionante camino de sueños y de imágenes.






