Cómo será el James Bond que piensa Denis Villeneuve
El estilo del director canadiense abre incógnitas sobre el futuro perfil del agente secreto más famoso del mundo
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Por algo se empieza. La nueva etapa en la vida de James Bond se puso en marcha con la confirmación oficial del nombre del director de la próxima película del agente secreto más famoso del mundo. Desde el mismo momento en que se anunció al canadiense Denis Villeneuve como responsable de la aventura cinematográfica número 26 en la historia de 007, todo el mundo empezó a preguntarse qué impacto tendrá este anuncio en la nueva etapa de Bond imaginada por su flamante dueño, el gigante del comercio electrónico Amazon, y qué tipo de historia será capaz de contar el realizador de Sicario, La llamada y la trilogía de Duna dentro de este mundo tan particular.
En su primera declaración, Villeneuve quiso llevar tranquilidad, sobre todo a quienes tienen puesta desde hace mucho tiempo la camiseta de 007. “Soy un fanático incondicional de Bond. Para mí es territorio sagrado. Pretendo honrar la tradición y abrir camino a muchas nuevas misiones futuras”, dijo el realizador, que además habló de su vínculo personal con este universo y el recuerdo de su padre, con quien veía siendo chico las primeras películas de la serie protagonizadas por Sean Connery.
Villeneuve tiene la suficiente personalidad y experiencia como para manejar sin condicionamientos un proyecto que reclama mano firme y en el que muchos (empezando por los dueños del poderoso holding del e-commerce) querrán dejar su sello. Tal vez Amazon, con esta elección, haya querido dejar en claro de entrada que no pretende dar la impresión de contar con un director dócil y maleable.
Amazon MGM Studios sets Denis Villeneuve as director of next James Bond film.
— James Bond (@007) June 26, 2025
Tanya Lapointe will serve as executive producer. As previously announced, Amy Pascal and David Heyman will serve as producers. pic.twitter.com/E27wlBRuFI
La opción elegida por el poderoso holding de Jeff Bezos parece ser a priori la más prudente si consideramos lo que dejó atrás la rupturista experiencia de Sin tiempo para morir (la última película de Bond hasta la fecha), cuyo final forzaba un verdadero giro copernicano y la necesidad de pensar en un 007 construido desde cero.
La gran duda es cómo hacerlo. No parece Villeneuve el director adecuado para volver a cierto pasado en el que Bond vive aventuras de una sofisticación casi inverosímil, se enfrenta con villanos de caricatura, seduce a una mujer tras otra y muestra una postura autoparódica. Es más lógico pensar en un “relanzamiento” bondiano no demasiado alejado de la reciente etapa autorreferencial, densa y oscura que tuvo el personaje de la mano de Daniel Craig.
Lo más probable, en una primera aproximación, es imaginar una suerte de cruce entre la tradición bondiana y la concepción visual que Villeneuve impuso hasta ahora en su filmografía. Podemos esperar, por ejemplo, un trabajo potente y meticuloso en materia fotográfica (Duna, Sicario y La llamada entran en el espectador por los ojos), al servicio de una atmósfera por lo general perturbadora, incómoda y sombría. El diseño de producción, el sonido y la música incidental complementan ese trabajo visual con una energía parecida.
En las películas de Villeneuve, sus personajes centrales suelen emprender viajes personales hacia lo desconocido, sobre todo en relación con su propia interioridad. Se hacen preguntas que no tienen respuestas inmediatas y llegan a forzar, como en el caso del protagonista de Prisioneros (encarnado por Hugh Jackman), reacciones de una extrema violencia.
Esa misma complejidad salta a la vista en el caso de las figuras femeninas centrales. Hemos visto durante la reciente etapa de Craig un Bond muy cercano a ese retrato, menos dispuesto a jugar a ser un seductor serial que a tomarse mucho más en serio el vínculo con algunas de las mujeres que se cruzan en su camino. Eva Green en Casino Royale y Léa Seydoux en Sin tiempo para morir cumplen ese papel con inequívoca claridad.
Con todo, la declaración inicial de Villeneuve abre dudas al respecto. ¿Querrá liberarse por una vez de la mano del personaje favorito de su infancia y adolescencia del clima opresivo y recargado de sus películas anteriores y explorar un cine más aligerado que funcione como válvula de escape frente a tanta carga existencial? ¿O llevará a Bond al terreno lleno de incógnitas que siempre empleó para contar sus historias de ciencia ficción?
En la última etapa del personaje, sobre todo en las películas dirigidas por Sam Mendes (Operación Skyfall, Spectre) Bond se mete de lleno en la más cruda y complicada actualidad geopolítica, con un cuadro que incluye la presencia de atentados terroristas en primer plano. No parece muy plausible que 007, tan conectado desde el origen con el servicio secreto británico, se sume a partir de ahora a la galería de los personajes que abundan en el cine de Villeneuve y no pertenecen al mundo real.
La imaginación ante todo

Lo que sí parece bastante factible es imaginar al potencial villano de la próxima película de James Bond en poder de un arsenal o un complejo de dispositivos tecnológicos que lo hagan todavía más poderoso en los términos más fantásticos. La imaginación ante todo.
Más de un observador especuló en las últimas horas con un posible Bond en el que las escenas de acción respondan a un nuevo patrón determinado por la mayor complejidad psicológica del personaje. Y un marco visual lo suficientemente grande como para rendir homenaje al legado de sus dueños creativos anteriores, Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, que defendieron a capa y espada hasta último momento la prioridad absoluta de la pantalla grande para estrenar cada nueva aventura de nuestro héroe.
Lo más interesante de esta elección es que todas las opciones aparecen sobre la mesa. No hay un solo camino posible para el James Bond que se aproxima. Entre el estilo de Villeneuve, la historia del personaje y los planes de Amazon (una expansión de la figura de 007 hacia múltiples escenarios, del streaming al videojuego) se abren varias combinaciones y para llegar al momento de las definiciones tendremos que esperar los otros dos anuncios que el mundo bondiano espera con ansiedad: la base argumental de la película 26 y sobre todo el nombre del actor que ocupará por séptima vez un trono codiciado y a la vez lleno de riesgos. Como la inesperada elección de Denis Villeneuve como capitán del barco en este nuevo viaje.
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