Estreno de pasado mañana. En busca de la identidad perdida
Llega "Cautiva", la opera prima de Gastón Biraben, premiada en San Sebastián
Tanto la tesis que presentó en la Escuela de Cine de Avellaneda a los 20 años, como la que hizo a los treinta y pico para el American Film Institut (Los Angeles), esas dos películas de Gastón Biraben giraban en torno del mismo tema: la reconstrucción de la identidad. En el medio de esas dos experiencias cinematográficas, el marplatense se instaló en Los Angeles y entró a la industria de cine norteamericano como editor de sonido. Primero, en películas clase C y hasta D y más tarde en aquellas de estudios, con grandes presupuestos: en doce de Roger Corman, en las primeras de Jim Carrey, y hasta en "El fugitivo", por la que fue candidato a un Oscar, que le arrebató "Jurassic Park".
"¿Cómo puede ser que de Jim Carrey salte a esto?", se pregunta hoy Gastón Biraben, a los 46, como si fuera su propio vecino el que opina ante su opera prima que estrenará pasado mañana, "Cautiva", un film sobre la búsqueda de la identidad de una chica argentina de 15 años que un día es retirada abruptamente del colegio por orden de un juez que le revela que es hija de padres desaparecidos. Con aires de intriga policial al mejor estilo norteamericano, esta película de ficción protagonizada por Bárbara Lombardo, Susana Campos, Hugo Arana, Silvia Baylé, Osvaldo Santoro y Roxana Berco, realizó todo un circuito festivalero que le otorgó varios premios como el de Horizontes Latinos en el Festival de San Sebastián de 2004.
"Cuando hice «El fugitivo» me plantée: «Todo bien hasta acá, pero no es esto lo que yo me había programado hacer». Yo quería estudiar y trabajar en la industria, lo hice, pero después de la fascinación de ese mundo llega la rutina y ya veía los próximos cuarenta años de mi vida haciendo el sonido de ese tipo de películas, y me dio terror. Yo siempre quise ser director", cuenta a LA NACION.
Una periodista argentina que trabajaba para la National Public Radio (NPR) vio su tesis para la AFI, "Retratos de la memoria" y le acercó transcripciones de entrevistas a hijos de desaparecidos durante la dictadura militar. "No tengo familiares desaparecidos, pero sí amigos del secundario. Con el tiempo me enteré de que las chicas estaban embarazadas y que sus madres estaban buscando a sus nietos. Esa búsqueda me impactó porque, además, yo vengo de una historia personal dolorosa, ya que mi mamá se murió cuando yo era muy chico. Entonces me propuse volver a hacer algo con el tema."
-¿Estas cuestiones demoraron tanto el rodaje como el estreno?
-Sí, los productores no quieren meterse con algo así. Por eso yo soy el productor de "Cautiva". Pero además, sucedió que a la semana de comenzar el rodaje sobrevino el desastre económico de 2001 y tuvimos que suspender todo. Sólo teníamos el premio del Incaa que había ganado al mejor guión. Pero no era suficiente. Entonces todo se demoró. Inicié primero el circuito de festivales para darle tiempo a que la película crezca y que entre al mercado argentino con más facilidad.
-La película está contada como una intriga hollywoodense, ¿esa fue su influencia?
-Es curioso porque mis referencias básicas no vienen del cine norteamericano, sino de Antonioni, Bergman, Saura, Fellini, y de la etapa europea de Kubrick. El cine policial no es el que más me mueve. Pero después de tantos años de vivir allá puedo tener ciertas influencias. En 2006 "Cautiva" se empieza a distribuir en los EE.UU. y allá la catalogaron como un thriller. Pero lo que más me interesaba era el efecto psicológico del personaje en la situación que atraviesa: cómo va a aceptar ella su nueva identidad.
-¿Se basó específicamente en un caso?
-Partí de muchos casos hasta que decidí escribir una historia de ficción que toma un poco el espíritu de varios casos. Además, cambié todos los nombres.
-¿La protagonista termina siendo, de algún modo, cautiva también del sistema judicial...?
-Sí, totalmente. Porque la actitud impositiva del personaje del juez recuerda a la dictadura. Pero luego cambia la percepción. Me interesó esa contradicción en los personajes. En la mayoría de los casos, los apropiadores evitaban responder a la Justicia. Obviamente hubo casos en que la integración del chico apropiado a la familia biológica fue distinto, más normal. Hubo personas que permitieron que sus hijos conocieran a sus abuelos. Pero yo sentí que el caso que presenta la película era el más crucial para el conflicto de identidad que quería desarrollar con todas sus contradicciones.
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