Se suman tres grandes actores

Una prodigiosa coincidencia permitirá que "Cleopatra" recupere a tres actores argentinos, de extracciones diferentes, radicados en España: Alberto de Mendoza, Héctor Alterio y Leonardo Sbaraglia.

De Mendoza fijó su residencia en la península ibérica en 1961. Mignogna le reservó el papel de un médico rural, que Cleopatra encuentra hacia el final de la película, en una situación muy especial, donde ella debe trabajar por horas en una casa donde se organiza una fiesta. El le cuenta su historia de vida, y ella se identifica profundamente: esa historia de deberes y mandatos que cumplió ciegamente. "El se enamoró una vez, pero estaba casado y siguió con su esposa hasta que falleció, y se desencontró para siempre con su verdadero amor por hacer lo que él consideraba que era su deber. En ese encuentro pueden tener un diálogo en profundidad, sin ninguna otra fantasía ni proyección", según cuenta Aleandro.

Alterio, quien urgido por amenazas de muerte tuvo que dejar la Argentina en 1974, personificará a Roberto, el marido de Cleopatra, un desocupado alcohólico, por momentos violento, encerrado en un pozo depresivo. Ella debe atender las tareas del hogar y al mismo tiempo ganarse el sustento, mientras él pasa el día tirado en la cama, mirando televisión. La esperanza de Cleopatra es que algún día él tome fuerzas y salga a flote.

Sbaraglia viajó hace escasos tres años para ampliar sus posibilidades laborales, y rápidamente se insertó en el medio artístico hispano. En su retorno al cine nacional interpretará a Carlos, un camionero que las levanta en la ruta cuando a las dos protagonistas se les rompe el auto. Sandra se enamorará por primera vez, y más que eso, a través de Carlos conocerá la libertad. "Ello le permitirá volver a ser esa chica de campo que lleva debajo de ese cabello, de esa apariencia perfecta. Aunque sepa que no lo es: está enferma y carente de afecto, tiene una gran soledad", según describe Oreiro a su personaje.

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