Top Five: familias atípicas del cine
Repasamos los mejores exponentes de los últimos años
*1. CAPITÁN FANTÁSTICO (2016, Matt Ross)
Cuatro años después de su ópera prima 28 Hotel Rooms - una relectura de El próximo año, a la misma hora más erótica y menos sentimental -, Matt Ross hizo un regreso triunfal con Capitán fantástico, película que le valió el Certain Regard a mejor director en el último Festival de Cannes. A diferencia de su primer largometraje frío y gris, su segunda producción se ancla en el caos, en la erupción de colores y en la desprolijidad.
Capitán fantástico parte de una premisa interesante: Ben ( Viggo Mortensen , excelente) crió a sus hijos en los bosques del noroeste del Pacífico, rechazando fechas de festejo tradicionales, aplicando la norma de "hacelo vos mismo" y celebrando a Noam Chomsky. El quiebre del film se produce cuando deben volver a la civilización para el funeral de su esposa y se ponen de manifiesto las diferencias entre el mundo de Ben y sus hijos y el de sus tíos y abuelos. Capitán fantástico es un film más ambicioso de lo que parece en superficie, que corta con los clichés del indie para ir al extremo con sus decisiones narrativas, como aquella que precede a la escena del segundo velatorio de esa madre que ya no está, una de las mejores secuencias que nos dio el 2016, apuntalada por un emotivo cover de "Sweet Child O' Mine".
*2. HUNT FOR THE WILDERPEOPLE (2016, Taika Waititi)
Retomando algunos conceptos de su película de 2010, Boy, el director neozelandés Taika Waititi - también responsable de la extraordinaria What We Do in the Shadows -, rompe con los preconceptos de "familia ideal" en Hunt for the Wilderpeople, un film que que se erige fuertemente en cómo los vínculos afectivos más sinceros te terminan encontrando con naturalidad, sin que los busques, sin impostaciones, con el tiempo como clave para que los mismos se vuelvan indisolubles.
Ricky Baker (gran personaje interpretado por un brillante Julian Dennison) es un joven que fue abandonado por su madre cuando era un bebé y que combatió esa ausencia con actos de rebeldía y vandalismo. Cuando Bella (Rima Te Wiata) decide adoptarlo a pesar de la reticencia de su marido (Sam Neill), Ricky finalmente encuentra su lugar en el mundo. Ése es tan solo el prefacio de Hunt for the Wilderpeople, una película vital, impredecible, veloz, con Waititi dominando como nunca los gags y los necesarios momentos de melancolía, y con Dennison como el outcast más real y espontáneo que ha dado el cine en mucho tiempo.
*3. PEQUEÑA MISS SUNSHINE (2006, Jonathan Dayton y Valerie Faris)
Ningún listado de películas sobre familias disfuncionales puede estar completo sin la madre de muchas producciones independientes de los últimos años: Pequeña Miss Sunshine. La comedia de la dupla Jonathan Dayton-Valerie Faris fue un verdadero torbellino al momento de su estreno, presentada como la indie que llegó lejos (y por "lejos" léase "al Oscar"). Sin embargo, es indiscutible que el film siempre fue lo suficientemente accesible como para ingresar al mainstream sin problema alguno, si bien es su elenco lo que la distingue de muchas otras producciones similares.
El McGuffin de Pequeña Miss Sunshine es el viaje que necesita hacer la pequeña Olive ( Abigail Breslin ) desde Nuevo México a California, para poder competir en el concurso de belleza que da título al film. De esta forma, sus padres, su hermano, su abuelo y su tío se suben a la icónica Volkswagen amarilla porque también necesitan de un paréntesis de sus respectivas preocupaciones. Con el mantra que verbaliza el gran Paul Dano ("hacé lo que amás y que el resto se joda"), Pequeña Miss Sunshine toma a ese concurso como símbolo de lo que la vida representa: una serie de desafíos donde no importa necesariamente ser el mejor sino hacer lo que te apasiona por vos mismo y no para cumplir expectativas ajenas.
*4. SENTIMIENTOS QUE CURAN (2014, Maya Forbes)
La guionista y directora Maya Forbes hizo una sólida película autobiográfica como forma de homenajear a su padre. Sentimientos que curan tiene como protagonista a Cameron ( Mark Ruffalo , figura inspirada en papá Forbes), un hombre que padece de un trastorno bipolar y que, mientras intenta salir adelante en la Boston de los setenta, al mismo tiempo debe ayudar a su mujer Maggie ( Zoe Saldana ) a mantener el hogar familiar en pie y a criar a sus dos hijas. Cuando a Maggie le ofrecen un trabajo en Nueva York que implicaría un alivio económico para todos, Cameron se hacer cargo del cuidado de las pequeñas totalmente solo y con los vaivenes de su enfermedad amenazando la cotidianidad.
Sentimientos que curan acierta en no esconder el lado oscuro de la bipolaridad y, por el contrario, ahonda con honestidad en esas situaciones incómodas que a Cameron le cuesta manejar. El trabajo de la hija de Forbes (Imogene Wolodarsky, quien interpreta al álter ego de su mamá en el film) es particularmente inolvidable, y es imposible no empatizar con la lucha constante que realizan esas jóvenes junto a su padre para salir adelante y superarse en una sociedad que condena esas enfermedades invisibles.
*5. THE FAMILY FANG (2015, Jason Bateman)
The Family Fang es la segunda película de Jason Bateman - escrita por David Lindsay-Abaire, con la novela de Kevin Wilson como base - luego de la fallida Juegos de palabras. Baxter (Bateman) y Annie Fang ( Nicole Kidman ) son hijos de Caleb y Camille, dos artistas que llevan a cabo piezas conceptuales, performances, actuaciones en las que involucraron a sus hijos desde pequeños, truncándoles la posibilidad de que crezcan con normalidad. Décadas más tarde, cuando el auto de sus padres desaparece y se encuentran manchas de sangre dentro del vehículo, Baxter y Annie se reencuentran para investigar qué pasó con ellos.
Si bien la pregunta que atraviesa todo el film puede volverse agotadora (¿los Fang realmente desaparecieron o es otra de sus actuaciones para shockear al mundo?), es precisamente ese interrogante el que une aún más a los hermanos, obligándolos a sincerarse respecto a lo mucho que les afectó el haber sido víctimas de cuestionables trucos y manipulaciones. En este aspecto, tanto Bateman como Kidman caminan con precisión esa fina línea entre lo genuino y lo grotesco, con el final como prueba contundente de que esa hermandad siempre fue a prueba de balas.