Con canciones y poesías

"Rompera la tarde en mi voz/hasta el eco de ayer/voy quedandome sola al final/ muerta de sed/harta de andar/ pero sigo creciendo en el sol/viva..." , bastaron esos primeros versos en la voz de Mercedes Sosa, para que "Zamba para no morir", se convirtiera en un himno del cancionero folklórico.

El dueño de esa letra tiene ahora 73 años o 14, como le gusta decir "porque cuento los años de 20 en 20". Se llama Hamlet Lima Quintana, y es uno de los ultimos poetas de una generación brillante de la música popular, entre la que se encontraban: Jaime Dávalos, Cesar Perdiguero, Manuel J. Castilla y Armando Tejada Gómez, su gran amigo.

Hamlet, tiene el rostro surcado por el tiempo y una verba profunda, reveladora y lorquiana. La imagen patriarcal domina sus gestos, pero niega ese título: "Me suena a bronce, y eso a estar estático, a no realizar nada nuevo y el día que me sienta así me retiro", dira en un momento de la charla en su casa.

Autor de mas de 400 canciones entre las que se encuentran: "La amanecida", "Los gestos de pueblo antiguo", "Zamba del duraznillo", y "Zamba para no morir", es desde hace más de 40 años un decidor de lo popular con estatura poética.

Algunos, alertados por la nueva aparición del poeta en un espacio porteño con el reconocido espectáculo "Del amor, los pájaros y la gente" están sentados frente al "maestro" escuchando sus versos, donde aparecen los tres grandes temas: la vida, la muerte y el nacimiento.

En antiguas temporadas el rol de músico era ocupado por Enrique Llopis. Ahora esta acompañado del joven cantante y guitarrista Néstor Basurto, y de una banda fresca e inteligente a la hora de abordar los distintos géneros: la zamba, la chacarera y la música del litoral. La elección no es casual. Hamlet, siempre tuvo en cuenta el consejo de Javier Villafañe: "No hay que juntarse con viejos porque contagian".

Basurto, aparece como una promesa, que se vislumbra como una certera realidad, cuando canta "Flor de lino".Y el tramo de Hamlet Lima Quintana, abrazandose a sus poesías es simplemente para el recuerdo. La gente aprueba la química entre Hamlet y el discípulo, Néstor Basurto.

La apuesta poetico-musical, dominada por la belleza de las palabras y las canciones, queda visible en el ciclo que llevan adelante todos los sábados a las 21.30 en la Casa del Chaco (Callao 328).

Zamba de uno

En la casa de Hamlet, la poesía flota y la música baila en el aire. Hay una biblioteca desordenada "señal que estamos trabajando" sonríe Hamlet. Un perro acomodado plácidamente en un largo sillón. Un piano y un premio de las Madres de Plaza de Mayo, en un estante. Afuera la noche se va comiendo el día, y empieza la hora de los recuerdos.

Hamlet se relame contando la historia de como nació otra de las zambas emblemáticas del repertorio folklórico: "La Amanecida". Fija el momento en una vieja casona de Haedo, cuando su hija mayor cumplía dos años.

"En ese tiempo Mario Arnedo Gallo era buen vinero. Y como a las cinco de la mañana se sentó al piano e improvisó una zamba. Yo me pare al lado y miraba lo que tocaba. Después se fue. Al otro día me levante y me fui al piano, y recompuse toda la música. Después, a eso, le puse letra. Pasados como dos o tres meses en otra reunión, tomé la guitarra y le dije: "Mario escucha", y cante. Mario me dijo "¿Que es eso?. Le dije la música es tuya. "¿Mía? -me repondió Mario- que macha tendría". No se acordaba de nada y se trataba de "La amanecida".

El perro mira extrañado a esos infelices que con las risas le cortaron el sueño. Hamlet, entonces se acuerda nuevamente de "Zamba para no morir", un tema que marcó su vida. Dice: "Es un tema que quiero mucho. Cuando Alfredo Rosales me hizo escuchar la música de la zamba me enloquecí, en su momento revoluciono todo. Para mí significo que la gente se interesara en mi obra, y para Mercedes Sosa, (la primera que lo grabó) lo mismo. Ella lo dice siempre. "Yo nací al conocimiento del gran público con "Zamba para no morir" y la zamba...nació conmigo. Es mas hace poco en un reportaje con Lanata, cuando lo enfrentaba con un espejo él le dijo ¿Qué ves?. Ella dijo: "Una mujer muy sola y triste". ¿Que le dirías a esa mujer? le repreguntó. Ella lo miró y empezó a cantar a capella la "Zamba para no morir".

Por Gabriel Plaza

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