
De la periferia al mundo
El Periférico de Objetos presentó en Bélgica el estreno mundial de su particular versión de Edipo, que conoceremos aquí en breve
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Penúltimo ensayo de "Zooedipous" en Buenos Aires. Sala del segundo piso de Babilonia. Apagón. Sobre una tela blanca, un retroproyector emite una imagen impactante. Primer plano de un plato de sopa sobrevolado por moscas vivas. La ambigüedad de sus movimientos es muy fuerte: parecen atraídas por el alimento y, a la vez, sometidas al peligro de ahogarse. Hasta da la sensación de que los bichos fueran un ingrediente más del brebaje. La escena está trabajada desde la recurrencia: delante de la pantalla hay tres actores que, de cuerpo presente, hacen una suerte de coreografía con el movimiento de las cucharas que van de los platos a las bocas. El ensayo de El Periférico de Objetos, de ellos se trata, continúa. Las imágenes se suceden una detrás de otra, en una continuidad que huele a macabra. Edipo anda por ahí, en medio de las moscas, de una gallina muerta, del placer prohibido, uniendo las piezas de una tragedia que está en su etapa final de armado. La reverberación de toda esa secuencia tiene consonancias llamativas con lo que ocurre afuera de la sala, ubicada en pleno Abasto. Allí, miles de obreros levantan otras obras, construcciones de grandes edificios. Manipulan andamios, topadoras y grúas, poniendo los ladrillos de este otro montaje urbano. Adentro y afuera se cumple el mismo ritual: el de levantar orden en el caos. Cada grupo, a su modo, es una máquina de producir. Ese es un rasgo distintivo de El Periférico. A lo largo de su historia edificaron un estilo propio y renovador, en una proyección artística que comprendió el triunfo en prestigiosos circuitos internacionales. Actualmente, se encuentran en París presentando "Máquina Hamlet", de Heiner Müller, en el Theater de la Bastille.
No es una gira más. Hace pocos días ocurrió el estreno mundial de "Zooedipous", en el Festival Kusnten des Arts, en Bruselas. La tournée periférica se cierra el 12 de junio en el Festival Turbulence, de Estrasburgo. Sólo cuando regresen tendrá lugar en Babilonia - a fines de junio o principios de julio- la presentación local de este espectáculo basado en el "Edipo", de Sófocles.
Regalo del cielo
El estreno en Bruselas porta el hecho inédito de que es la primera vez que a El Periférico le ofrecen producirle económicamente el armado de un espectáculo. "Los directores del festival belga tomaron contacto con nosotros en 1993, cuando estábamos en el Festival de Bogotá", recuerda Emilio García Wehbi, uno de los fundadores del grupo.
Después de ese contacto, los programadores llegaron a Buenos Aires para presenciar funciones de "Máquina Hamlet" y "Circo Negro", el anterior estreno del grupo. "Luego de verlas, no sólo nos invitaron a participar del festival sino que además nos bancaron el espectáculo", agrega García Wehbi. Después de nueve años de producir con las zozobras propias del teatro independiente, ni ellos terminar de creerse esa oferta que es el sueño de todas las compañías escénicas del off.
"Zooedipous", la séptima obra del grupo, toma como disparador al "Edipo" de Sófocles, para muchos el más perfecto de los trágicos griegos, nacido en 497 A.C. "Tuvimos la necesidad de meternos con una tragedia, -sostiene Daniel Veronese, otra de las cabezas visibles del grupo-. Creíamos que en ella podíamos encontrar conexiones periféricas ".
La expresión es exacta y se presta para ser utilizada en otros contextos. Porque también existe un estilo periférico de encarar el trabajo. Uno de los rasgos básicos es tomarse todo el tiempo del mundo. Durante el proceso de ensayos, los integrantes del grupo arman y desarman escenas casi listas si algo no los convence. Para llegar a este estreno hubo una tarea de investigación que duró casi un año.El objetivo: aggiornar el material, buscarle una vuelta más contemporánea. "A partir de esa necesidad y de charlas con el filósofo Tomás Abraham nos acercamos a Frank Kafka por intermedio de la lectura del filósofo Gilles Deleuze. Así engarzamos los mundos poéticos de Edipo y de Kafka", sostiene Veronese. Y García Wehbi agrega: "En este trabajo está lo peor, o lo mejor, de ambos mundos".
"Las charlas con Abraham sirvieron para abrirnos campos de ideas a partir de los cuales podía dispararse el material", retoma el multifacético Veronese, que divide su tiempo entre la escritura de obras, la dirección teatral, su actuación como titiritero del San Martín y, por supuesto, El Periférico.
La metamorfosis de Edipo
En "Zooedipous" los espectadores encontrarán claros signos de la trama edípica y del universo kafkiano. Los conectores son verdaderas señales - de nuevo- periféricas. "Mi padre asesiné, profané el lecho de la que me dio el ser (...) hoy la tierra verá por este monstruo confundido", dice una línea del texto original de "Edipo", comentada así por García Wehbi:"Cuando Edipo se arranca los ojos y se retira, al mismo tiempo se animaliza. Este último elemento lo conecta con Kafka y todos sus textos en los que los protagonistas son animales, tales como "La metamorfosis", "Informe para una academia" o "Un perro investigador"."
Esos son los conectores. O casamientos , prefiere decir Veronese, que ejemplifica: "Así lo hicimos cuando miramos a "El hombre de arena", de Hoffman, desde la perspectiva de Freud; al "Hamlet", de Shakespeare, desde la de Müller; y, ahora, al "Edipo", desde la de Kafka. Todos casamientos que, casi siempre, nos llevan al mismo lugar: la vida y la muerte como tema último".
La manipulación de objetos es uno de los aspectos más singulares y más logrados del estilo periférico . En parte, es fruto del aprendizaje adquirido por el equipo fundante (Alvarado, Veronese, García Wehbi y Román Lamas) en el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín, del cual son integrantes. A lo largo del tiempo y en sucesivas puestas, usaron distintos tipos de muñecas, desde aquellas bien antiguas con cabezas de porcelana, hasta otras más light , como las famosas Barbies. En una presentación que hicieron durante Fragmentos de una Herótica (sic), esas exultantes muñecas terminaban amputadas en una silla de rueda. En ambos casos, lo siniestro o la asfixia aparecían de un modo u otro.
Aquella presentación pasó casi inadvertida, claro, porque el grupo estaba dando sus primeros pasos. Eran tiempos en los cuales llevar a más de 50 espectadores merecía todo un festejo. Ahora la realidad es muy distinta: para los programadores de festivales internacionales contar con El Periférico de Objetos ya se convirtió en toda una señal de prestigio.
En París, a sala llena
A pocos minutos de finalizar la segunda función de "Máquina Hamlet", en París, La Nación tomó contacto telefónico con los integrantes de El Periférico de Objetos.
Magdalena Viggiani, productora del grupo, da su opinión en medio de una especie de euforia por los resultados que están obteniendo en tierras europeas:"El teatro se llena de público francés, que agotó las 250 butacas disponibles". Si todo sigue así, la temporada francesa terminará con el cartel de "entradas vendidas" para todas las funciones. El estreno de "Máquina Hamlet" fue cubierto por los críticos de Le Nouvel Observateur, Le Monde, Libération y Le Figaro, los medios más importantes de Francia. "El espectáculo anda bárbaro, la recepción es increíble", cuenta entusiasmada Viggiani.
El anterior punto de la gira fue Bruselas, con el estreno mundial de "Zooedipous". Alejandro Tantanián, actor del grupo, resume las repercusiones: "El estreno funcionó muy bien, con aplausos increíbles. Fue tan bien que los organizadores del festival belga nos pidieron una nueva producción para el 2000, basada en una ópera de Monteverdi".
La presentación de las dos obras en Bruselas dejó frutos. Para la próxima temporada, El Periférico ya acordó presentarse en el prestigioso Festival de Avignon, Francia;en el Festival de las Américas, de Montreal, y en el Teatro del Mundo, en Berlín. El panorama para el 2000 se complementará con la presencia del grupo en Australia. Y ahora mismo, luego de París, los espera Estrasburgo, cierre de esta gira. "Ahora veremos qué pasa allá, a la vuelta, en los pagos porteños", finaliza Tantanián.





