El gran premio de la cocina: los churros para el olvido de Alfredo
La recta final de El gran premio de la cocina está que arde. En esta primera jornada en donde Alfredo y Tute, los finalistas, se disputan los 400 mil pesos, pasó de todo. Corridas, equivocaciones y platos que dieron vergüenza al jurado y un día para el olvido para los dos participantes.
Es que la competencia se puso difícil y el trío especialista que decide quién será el mejor cocinero del país, muy exigente. Aún así, este martes no hubo exigencia que valga y todos los platos tuvieron fallas.
Las reglas cambiaron desde hoy, ya que comenzó esta gran final que se definirá este viernes. Ahora son cuatro los platos para entregar y muchas las dificultades. Churros con chocolate, tarta de banana y dulce de leche, volcán de chocolate y macarons de dulce de leche, fueron los cuatro platos que los cocineros tuvieron que preparar para encandilar al jurado.
Todo pastelería, lugar incómodo para los dos participantes que no son expertos y eso, durante el programa, se notó en cada entrega.
Y si bien el plato final fue un fracaso para los dos, a Tute el primero lo salvó por completo. Los churros con chocolate fueron el desafío con el que arrancó esta jornada y si bien Matías pudo, Alfredo no llegó.
Su plato, con cinco churros en vez de seis como era la consigna, desilusionó al parrillero Christian Petersen, a la cocinera Felicitas PIzarro y al pastelero Mauricio Asta. Chiquitos, con mucho aceite, deformes y con el chocolate muy desprolijo, este plato hizo enojar al jurado.
"Es la primera vez que hago churros", se justificó el cocinero. "Están horribles, un desastre. No sólo eso, pero el pote de chocolate todo manchado. Me parece que tenés mucho para mejorar en esta final", sostuvo Petersen que, además, no quiso siquiera probarlos.
"Cambiame la postura, Alfred. Necesito que me escuches más. Esto no son churros, son bizcochitos de grasa", sentenció Asta.
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