El músico argentino que toca con Serrat
MADRID.- A los 32 años, Marcelo Mercadante tiene parte de su ilusión cumplida: hace diez años que, con su bandoneón, pasea el tango por Europa. "Está más vivo que nunca. Sobre todo en los jóvenes", asegura.
Muchos de quienes lo escucharon en Madrid junto a su Quinteto Porteño tienen menos de 35 años. Aplaudieron y no se fueron hasta que obtuvieron los bises que buscaban. Los españoles se delataron enseguida: "Ooooole", le gritaron al músico que se crió en Villa Luro, que adora el tango y que ahora vive en Barcelona. El sonrió cada vez.
Aprendió a tocar de la mano de Rodolfo Mederos. Actuó dirigido por Lalo Schifrin. Hoy acompaña a Joan Manuel Serrat, quien lo eligió para la grabación de su último trabajo, en el que no faltan versiones arregladas en bandoneón para temas clásicos, como "Mediterráneo" o "Penélope", en los que el catalán apoya el canto en el soporte acústico de Mercadante.
Pronto esa curiosa mezcla se podrá escuchar en Buenos Aires, con la gira de presentación que ahora resuelve fechas y detalles finales, para arrancar en las próximas semanas. "Me hace mucha ilusión tocar con Serrat en Buenos Aires", dice el músico. Y así anuncia que el juglar regresa una vez más a nuestra ciudad.
Pero mientras ese momento llega, Mercadante ajusta lo que hoy es su proyecto de fondo: trabajar en la grabación de sus propios tangos. Varios ya están listos e integran -sin ponerse colorados- un repertorio en el que abundan temas de Astor Piazzolla o de autores más clásicos, como Agustín Bardi, Horacio Salgán y Julián Plaza. Eso sí: cuando en el pequeño teatro madrileño suena "Adiós Nonino" el silencio es de catedral. Y el aplauso final para el quinteto es largo y sella un lazo de entendimiento entre los músicos y quienes los escuchan.
Quinteto de hispanos
El quinteto se integra con dos argentinos más: Javier Feierstein y Andrés Serafín, en guitarra y contrabajo. Un uruguayo, José Reinoso, en piano. Y una española - "que toca tango mejor que muchos rioplatenses"-, Olvido Lanza, en violín. A todos se les nota el trabajo de equipo. Las horas de ensayo. "Lo que importa siempre es la calidad. El tango, como música urbana, comparte la posibilidad de ser escuchado por un público al que también le gustan expresiones como el rock o el jazz, que son, generalmente, propuestas de grupos. Donde lo ajustado que suene el resultado final es siempre una de las claves para lograr una buena respuesta", dice Mercadante.
Ya lo demostró en escenarios variados, como Túnez, Francia, Alemania, Bélgica, Turquía, Holanda... "Siempre que se respete al público, la posibilidad de ser escuchado permanece abierta en todos lados, aunque se provenga de culturas muy distintas", asegura. Y juega con eso. En Madrid, por caso, se encargó de explicar el significado de uno de sus tangos: "Rajá, turrito, rajá". El título -dijo- "significa algo así como vete, cabroncito, vete...", bromeó. Y el público rió y festejó con él.
Ahora resta ver si parte del sueño puede cumplirlo en su propia tierra. Se sabrá en las próximas semanas, cuando Mercadante regrese por Buenos Aires. Esta vez con Serrat.