El teatro que es espejo de nosotros

Buenos Aires ofrece la posibilidad de guarecerse en un recoveco acogedor y hacer foco, por algo más de una hora, en los tejidos ocultos de nuestras almas. En la ceremonia que propone este grupo de teatristas convergen con belleza factores comunes y a la vez singulares. Debe ser el humo propone una mirada inquietante sobre nosotros, comunicados por la incomunicación, víctimas de nosotros mismos, voraces consumidores de nuestro deterioro. Una metáfora poética de una sociedad desencajada. El humor presente como catalizador, un espejo que nos devuelve nuestra imagen deformada y a la vez más nítida que nunca.

Y por sobre todo, se produce un suceso teatral vivo. El juego y el humor inteligente atraviesan al espectador. Buenos actores y la dirección definiendo un concepto preciso: tracción a sangre. Tres seres concitando la participación comprometida de una platea reducida. Es inevitable sentirse partícipe. Hay algo primitivo cuando el teatro ocurre.

Al salir pensaba en lo remoto que está el control cuando el teatro te invita a hacerte cargo con belleza. Sabores agridulces de alta cocina. ¡Satisfecho!

Debe ser el humo

• (La Pausa)Teatral, Corrientes 4521), los jueves, a las 21.

* Actor y director

Producción Julia Montesoro

Manuel Vicente