Memphis La Blusera
1 minuto de lectura'
Los veteranos bluesmen vuelven a hacer lo que mejor les sale
Silenciosamente, con una tapa que parece hecha a propósito como para que pase inadvertida, Memphis La Blusera edita su noveno álbum de estudio, que sin embargo –oh, sorpresa– es su mejor trabajo desde clásicos como Memphis La Blusera (1991) y Nunca tuve tanto blues (1993). No casualmente, en ...etc. la banda retorna a lo que sabe hacer mejor, esa particular mezcla de blues, r&b, baladas y boogie woogie, con un inconfundible acento porteño, casi tanguero. Parece una buena idea después de la experiencia de Angelitos culones (2001), donde incursionaban en géneros como la música disco con resultados poco convincentes. En el plano instrumental, también vuelven a un sonido clásico, orgánico –los únicos teclados son el piano y el órgano Hammond–, con la particularidad de que el sexteto básico es engrosado por una sección de vientos que le da un swing muy jazzístico; cuando el "Ruso" Beiserman utiliza el contrabajo, llegan a recordar a grupos de neo-swing como la Brian Setzer Orchestra. Se destaca la "sangre nueva" de la banda, el guitarrista Lucas Sedler y el tecladista Germán Wiedemer, este último responsable también de los arreglos de vientos. La dupla Otero-Beiserman entrega once nuevos temas con historias de amor adulto y personajes reconocibles, donde no faltan presos y prostitutas. Para destacar: "Coraje", una sentida balada blues, "El viento va" –casi un rockabilly– y "Loca linda", con un aire a canción de los años 50 que en el break instrumental se transforma en un jazz muy Nueva Orleáns. En este contexto, no puede sorprender la reaparición de uno de los personajes más populares creados por Otero, en la secuela "El regreso de la bifurcada".
- 1
- 2
Stewart Copeland: su pasión por el polo, la ópera de Bioy Casares, un disco disruptivo y el imposible regreso de The Police
3El niño que protagonizó El sexto sentido con Bruce Willis reveló el emotivo gesto que tuvo el actor durante años con él
- 4
Toto, Christopher Cross y una noche de nostalgia y virtuosismo al servicio de las canciones



