
Exilio de telenovela
Como Diego Ramos, varios galanes y autores de éxito están buscando su destino en el exterior
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Por si algo faltaba en la Argentina, ahora tenemos fuga de galanes. Reducida la ficción televisiva a su mínima expresión, también los actores buscan la salida en Ezeiza. Los primeros se fueron rumbo al cine español. A ellos se suman ahora, con distinto destino, las figuras del novelón.
Los guapos Diego Ramos y Segundo Cernadas, el autor Enrique Torres y el actor Andrés Vicente -prototipo del imprescindible actor de reparto- pertenecen al patrimonio de la telenovela nacional, pero rinden sus frutos en Colombia, Perú, Venezuela, los Estados Unidos y México.
Sus historias seguramente cuentan las de muchos otros que, sin nombre de peso ni cartel, viven idénticos derroteros en su intento latinoamericano. La desconfianza que despierta lo argentino, la paz de habitar en un país previsible y el bochorno de cruzarse con un compatriota "chanta" son algunos de los pros y los contras de este exilio de telenovela.
Escapada a Buenos Aires
Diego Ramos extraña. Mucho. Hace cuatro meses que vive en Bogotá porque se ha convertido en el antagonista de "Pedro, el escamoso". Pasará un tiempo todavía hasta que su trabajo se vea aquí, en Telefé, pero allá ya es famoso. Por las calles colombianas, la gente lo saluda al grito de "Adiós, Superché" (Superman, pero argentino) y las chicas, que quieren odiarlo pero no pueden, le piden: "No seas tan malo".
¿Por qué un actor que hizo suspirar a las argentinas en "Ricos y famosos" y "Muñeca brava", que fue figura en una buena temporada teatral con "La tiendita del horror", no está en la Argentina sino en Colombia?
Diego Ramos había sido elegido para uno de los protagónicos de la comedia musical "Cabaret", pero, devaluación mediante, el proyecto quedó en la nada; había sido convocado para "El violinista en el tejado", pero el estreno se retrasó un mes por el cambio de teatro -debido al éxito de "Tanguera" en El Nacional-, mientras que las ofertas de Telemundo y la cadena Caracol seguían en pie.
"Lo hablé con toda sinceridad con Alejandro Romay y él me lo entendió, así que me fui. Pero con la idea de volver", advierte Ramos. Sin embargo, Diego ya tiene firmado un precontrato con Telemundo -una de las dos cadenas de habla hispana más importantes de los Estados Unidos- para protagonizar una telenovela con lugar por designar: Miami, México, Brasil o Colombia. La decisión será en septiembre.
Ramos insiste en que no es lo mismo un precontrato que un contrato, y así, en el fondo, evita la angustia de saber que no volverá a la Argentina por el próximo año y medio. Las probabilidades son muchas: en el mercado latino de las telenovelas cuando un directivo encuentra un galán difícilmente lo suelta. "Nosotros tenemos una cosa estética que gusta mucho tanto en hombres como en mujeres -reconoce Ramos-. El otro día Miguel Varoni (Pedro el escamoso), que es argentino, pero se fue a los cuatro años, comentaba en Caracol: "En la Argentina hasta al taxista le dices: te llevo a protagonizar una telenovela". A eso hay que sumarle que los actores argentinos están bien conceptuados".
Desde la trinchera
Andrés Vicente es uno de esos actores de reparto esenciales para el lucimiento de los protagonistas. Ser un buen segunda línea no es poca cosa en la televisión. Hace tres meses se cansó de los "veremos en otro momento..." y se fue a México a buscar suerte como productor y, agrega, "tal vez, como actor". Mal no le va. Cuenta que mientras desarrolla algunos proyectos propios, a partir de la amistad con Pablo Orden (argentino, radicado hace décadas en México y dueño de la productora independiente Liselot), pudo colocar el programa "Un cortado" -de Leonardo Bechini y hecho en Buenos Aires- en el mercado cubano. "En este momento estoy cerrándolo aquí en México y en Ecuador -señala Vicente- y, además, estoy manejando con exclusividad los derechos de un juego que en la Argentina se da por TyC, para colocarlo en este mercado, con negociaciones muy avanzadas."
Si bien ve a México como un país de puertas abiertas, vivir la realidad de los argentinos en tierra azteca fue para él un duro golpe. "Nadie nos conoce. Luis Sandrini y Libertad Lamarque fueron excepciones. Lo mismo sucede con el resto de los países latinoamericanos de habla hispana, porque, salvo alguna que otra "lata", no compran productos argentinos."
En este punto, la visión mexicana de Andrés Vicente coincide con la percepción de Diego Ramos, que advierte: "No hay que confundirse. A mí pueden conocerme por "Verano del 98" o "Muñeca brava", pero en América latina no se emiten programas argentinos. Nosotros ganamos en mercados como Israel, Hungría, Rusia, Bulgaria y Armenia".
Al entrar en detalles, aunque medien kilómetros, aparece entre ellos una nueva coincidencia: el acento argentino como obstáculo. Ramos cuenta que lo primero que le dijeron en Telemundo, aunque luego readaptaron la propuesta, fue que no querían que ingresara en el mercado latino con acento argentino. "Hay bastante prejuicio con nosotros. Algunos bien fundados -se ríe Ramos-, y te digo que mi personaje es el cliché del argentino: creído, egocéntrico, que se las sabe todas. Lo que lo salva un poco es que lo que hace lo sabe hacer. Pero, encima, hasta eso genera bronca."
Currículum argentino
Por su parte, Andrés Vicente cree que el acento argentino está acompañado por la "chantada". "Ahora más que nunca aterrizan los que dicen ser y no son, los que inventan un currículum -relata Vicente-. Muchos terminan trabajando de extras en novelas de Televisa o en films americanos que contratan la mano de obra en México por sumas para nada despreciables. Se cobra entre 85 y 100 dólares por jornada de trabajo. Y cuento una anécdota: una mañana compartía unos tacos de guisado en un tiangui (puesto callejero), al lado de Televisa, y le pregunté a un amigo mexicano el porqué de tantas reservas con los argentinos y también con los artistas. Me sonrió y sólo me dijo: "En tus palabras está la respuesta: son mamones ". Me dio una palmada en la espalda y yéndose me gritó: "¡Pero tienen salvación, son buenos cuates !" Me quedé pensando en esa palabra... mamones . Por la noche, un actor y galán argentino, radicado aquí hace 20 años y figura deslumbrante en toda la América hispana, desconocido en la Argentina, claro, con su humildad bien mexicana me desasnó: " Mamones quiere decir que se creen lo que no son, son soberbios". Ahí comencé a entender."
Mientras tanto, en Perú
Diego Ramos y Segundo Cernadas fueron rivales y compañeros de camarín en "Ricos y famosos". Cernadas también fue de la partida de "Muñeca brava" y "Los médicos de hoy", pero, cosas de la vida, se cruzó en Buenos Aires con la actriz peruana Gianella Neyra, protagonista de "Yago", junto a Facundo Arana. Cernadas se enamoró y se fue con ella a Lima. Pero allí lo esperaba una carrera.
La productora Iguana ("Girasoles para Lucía", "María Rosa, búscame una esposa", ambas vistas aquí por Telefé) lo contrató como protagonista de la novela "Camila", donde es pareja de la actriz venezolana Scarlett Ortiz. La grabación comenzó en marzo y, como su papel es el de un oceanógrafo aventurero, Cernadas ya filmó exteriores en las islas Galápagos. Pero antes, ni bien el galán argentino pisó el aeropuerto de Lima, varios medios lo estaban esperando -sobre todo, a Gianella, que jugaba de local- y allí hizo su primera declaración a la prensa peruana: "Este es mi primer trabajo fuera de mi patria, así que para mí no es sólo una experiencia de trabajo, sino una aventura. La crisis social y económica de la Argentina es un golpe duro para todos por igual. Pero, bueno, apostaremos por que cambie".
Galanes inoxidables
Estos jóvenes no son los primeros en seducir a la cintura cósmica de América. Galán inoxidable, Jorge Martínez, que a lo largo de su carrera fue y vino varias veces entre la Argentina, Miami, México y Venezuela, realizó uno de sus últimos trabajos en la telenovela "La revancha", de Venevisión, de Caracas. Otro tanto le cabe al argentino por adopción, el sempiterno Arnaldo André, que en los últimos años no ha dejado de trabajar, tanto en Colombia como en Puerto Rico, México y Venezuela, donde participó hasta hace poco en la novela "Lejana como el viento", también de Venevisión.
A la fuga de galanes se suma en estos tiempos la fuga de cerebros de telenovela, es decir, los autores. Enrique Torres, que inventó historias exitosas, como "Antonella", "Perla negra", "Celeste", "Celeste, siempre Celeste", "Muñeca brava" y "Cabecita", ya no está en la Argentina. La empresa estadounidense Paloma Productions, radicada en California, lo contrató para hacer su primer culebrón grabado íntegramente en ese Estado norteamericano.
La historia del exilio de Enrique Torres bien la cuenta él en primera persona (ver nota aparte). Pero de esta experiencia de vida y trabajo también tiene precisiones su hijo Feliciano, productor junto a su hermano menor, Lautaro, de este proyecto que, tratándose del árbol genealógico de los Del Boca, no podría ser otra cosa que familiar.
La familia unida
Torres tomó el suceso que fue "Nano" -que hace diez años lanzó al estrellato a Araceli González en el papel de una chica muda- y reescribió la novela tomando en cuenta el gusto del público latino estadounidense. "La novela se terminó de grabar a fines de abril -explica Feliciano-, y en estos días estamos finalizando la posproducción. Todavía no se está emitiendo, pero ya fue presentada por la cadena Univisión en los up-front (lanzamientos comerciales) de Nueva York, como parte de su programación de la próxima temporada."
Guión, grabación, posproducción, estreno... todo paso a paso. Como se ve, el vértigo no es el mismo. Pero aun desde esos tiempos y a la distancia parece que la industria de la telenovela argentina se ve todavía de pie: "Los canales y las productoras argentinas están llenos de directores, productores, iluminadores, técnicos y todo tipo de profesionales con un talento de exportación inigualables -rescata Feliciano-. Lo único que espero es que la capacidad creativa no se pierda por causa de la situación económica en la que está inmerso el país. La Argentina es una escuela gigante de profesionales de la telenovela. Mientras sigan existiendo maestros como Raúl Lecouna, Gustavo Yankelevich, Adrián Suar, Nicolás del Boca y el gran Romay, tenemos asegurada la continuidad de este rubro y la formación de profesionales". La esperanza está, pero la verdad es que la familia Torres íntegra seguirá trabajando en California: en octubre los espera otro contrato.
Y al igual que para ellos, para el resto de los protagonistas de esta nota, América, si no la Argentina, se ha convertido en un continente de oportunidades, a veces esquivas, otras al alcance de la mano. Con los pros y los contras de ser argentinos, con ganas de volver, pero, hoy por hoy, protagonizando esta suerte de exilio de telenovela.
Enrique Torres
- El autor de "Celeste", "Muñeca brava" y tantos otros éxitos ya no está en la Argentina. Lo contrataron en los Estados Unidos
Segundo Cernadas
- Se enamoró de la actriz peruana Gianella Neyra. En la patria de ella lo esperaba, además, una carrera
Ese tonito porteño
- "No es tanto por el "vos" o la ye -aclara Diego Ramos-. Dicen que tenemos un tono demasiado imperativo y cuando un argentino pide algo les suena como una orden."
Para neutralizar el acento -no sólo el argentino- se recurre a un coach personal o se toma un curso de acento y dicción en el Centro de Educación Artística de Televisa. Hablar "neutro" engruesa el currículum del actor de telenovela.
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