Los Oscar, frente al desafío de la diversidad

La Academia de Hollywood puso esta semana el pie en el acelerador y entregó la primera respuesta fuerte a los reproches sobre la falta de diversidad que resonaron muy fuerte durante todo 2016 y todavía la golpean. Todos los años la entidad invita a nuevos miembros a sumarse a sus filas, pero esta vez la cifra de convocados no tiene precedentes por su amplitud: 683 figuras, de las cuales el 46 por ciento son mujeres y el 41, afroamericanos.

¿Promesa cumplida o sobreactución? Hay algo de las dos cosas en el anuncio. Por un lado, el fuerte mensaje en términos de apertura: la heterogeneidad de la gran mayoría de los convocados está a la vista, sobre todo en términos de diversidad étnica y de nacionalidad (hay seis argentinos en la lista). Por el otro, la Academia también les abrió la puerta a nombres que jamás figurarían entre los nominados al Oscar como los hermanos Wayans, reyes de las rústicas y vulgares parodias de los éxitos recientes de Hollywood.

Lo que busca la Academia, en el fondo, es apagar lo más rápido posible los cuestionamientos mientras apunta al largo plazo. Hace cuatro días, la entidad tenía 6261 miembros, 92% de ellos blancos y 75% varones. Con los nuevos integrantes llegará a 7000, el porcentaje de blancos bajará al 89 % y el de varones al 73 %. En los hechos se trata de un cambio imperceptible, pero si lo vemos como una señal hacia el futuro, el efecto del anuncio es muchísimo más fuerte. Pensando en el Oscar 2017, la novedad pasa por otro lado: la Academia acaba de prohibir a sus miembros participar de reuniones o eventos que puedan interpretarse como estrategias de los estudios para influir en el voto. Otra discusión se pone en marcha.