
Alejandro Sanz: con estilo propio
Aires flamencos, hip hop, baladas y letras llenas de ironía integran "No es lo mismo", el nuevo disco del músico español, que lo diferencia de los ídolos pop de su generación
1 minuto de lectura'
Las chicas forman un cordón humano que rodea el hotel cinco estrellas donde se aloja el cantante español Alejandro Sanz, que vino a promocionar al país su último material, "No es lo mismo", antes de la gira que comenzará en diciembre en América Central y lo traerá a la Argentina en abril de 2004.
En el vestíbulo, los empleados del área seguridad se impacientan cuando ven caras extrañas, o sea gente que no tiene aspecto de ser turista. En el piso donde se aloja por estos días el famoso visitante hay más guardias. Habrá que esperar que las chicas que lograron colarse con sus cámaras pockets terminen de desfilar por la habitación. Una vez adentro, más gente alrededor del músico. La mayoría con un trato amablemente tenso. El único que no parece nervioso es él. A pesar del cansancio, al artista con aspecto de chico de barrio no parece pesarle el ritmo vertiginoso de la popularidad. "°Ey!, ¿cómo va?", dice con una sonrisa franca, mientras camina encorvado como si intentara ocultarse del mundo. Pide un cigarro y un cortado para amenizar la charla y lo primero que hace es preguntar: "¿Qué tal Kirchner?" Se entretiene interrogando sobre la actualidad del país y después sentencia: "Ahora parece todo más tranquilo, ¿no?"
El español, que tiene el aspecto de un marine desprolijo gracias al vestuario de Dolce & Gabanna con el que aparece en la tapa de su último disco, dice que ha perdido la candidez después del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001y la posterior guerra de Estados Unidos contra Irak. Ahora que es padre primerizo (en los ratos libres que le dejan las entrevistas con la prensa local se la pasa conectado con Internet para ver a su hija por una web cam ) piensa que es tiempo de recuperar la tradición irónica de su pueblo y del arte flamenco. El resultado es un álbum que lo separa del pelotón de los ídolos del pop iberoamericano, en el que se divierte, entretiene, critica, se muestra fiel a su instinto musical y no se toma a sí mismo tan en serio.
"Yo he tomado mucha de la ironía flamenca, que es muy cruel. Cuando uno empieza a tocar la guitarra, aunque seas un niño si no sabes tocar enseguida te dicen: "°Lárgate y aprende a tocar!" Del lugar de donde vengo la ironía empieza a formar parte de tu vida, es lo que se llama la guasa, y cuando alguien te dice algo no sabes si te está alabando, si se está metiendo contigo, si te está ayudando o te está dando unapuñalada trapera".
-Ese interés también por escribir coplas flamencas está presente en tus letras, pero siempre usado para una canción pop.
-Es como me dicen, que deje de disimular y haga una bulería directamente (risas). Yo me crié con el flamenco, es mi música madre, pero el flamenco es toda una vida. La única decisión que debes tomar en mi país como músico es si vas a hacer flamenco o tu propio estilo, porque no se puede juguetear con eso. El flamenco es demasiado complejo. Después de tocar la guitarra flamenca desde los 7 años, todavía me voy de compás en alguna bulería, es inevitable. Entonces el flamenco lo hacen bien los que dedican su vida a ello. En cambio, lo que he podido aportar yo al flamenco es llevárselo a generaciones que no conocían el flamenco y normalizarlo para gente para la cual el flamenco era una cosa de viejos o solo de gitanos. Esa es mi aportación. En mi música existe una gran raíz flamenca, pero yo quiero construir mi propio estilo.
-¿Y pensás que en este disco estás más cerca de un estilo propio y diferente?
-Cada día y en cada disco estoy más cerca, pero a la vez más lejos. Tú sabes: uno se pasa la vida buscando. Puede ser que el público o la crítica me digan que tengo un estilo, pero uno no cree que sea así; siempre hay una vuelta de tuerca más, y eso es lo fascinante.
-Pero se nota que hay un cambio de dirección por el lado de los arreglos, para exigir más la oreja sin que deje de ser un producto comercial.
-Lo que pretendía hacer era un buen disco de mi música. Y la música que yo entiendo como buena no se parece a algo aburrido, imposible o que no pueda llegar fácilmente. A veces la gente confunde lo intelectual con lo aburrido. Me parece que lo aquí hay es una gran carga irónica con toda esa intelectualidad implícita, que a la vez me sorprenda a mí mismo y que guste a la gente, pero no darle cualquier cosa. Nosotros tenemos obligación de exigir los oídos. Tengo siempre presente a una periodista venezolana que me preguntaba si yo desafinaba porque el flamenco era desafinado. Eso se me quedó grabado. Esa mujer tenía el oído muy torpe y ahí me di cuenta de que todos somos un poco culpables de esa torpeza de oído.
-¿Te preocupa diferenciarte del resto de artistas etiquetados dentro de eso que se denomina cantante romántico latino?
-Odio estar encasillado en una cosa así. Detesto que a todo un grupo de gente se lo llame así. A lo que uno apuesta es a la individualidad, por las formas diferentes de ver las cosas, por la riqueza de lo diferente y por tener una forma de entender el pop latino, el rock, o lo que sea. El hecho de que cada uno lo pueda entender a su manera es la mayor riqueza. Me parece fatal que a todos se los meta en el mismo saco. Sin que esto signifique que lo mío sea lo bueno y lo demás lo malo, sino que hay diferentes formas de ver las cosas.
Ahora Alejandro Sanz ve las cosas de manera diferente. Profesa humanismo, no le gusta la política, puede medir a Fidel, el anticastrismo y a Bush con la misma vara; vive en una casa de Miami con vista al mar y en vez de vivir de prisa prefiere la tranquilidad de su familia y componer en soledad frente a su computadora personal. Es un Sanz distinto, que de aquí en más quiere incursionar en la mixtura y el hip-hop. "Me gusta esa obsesión por el ritmo que hay tanto en el son cubano como en el flamenco y en el hip-hop. Quiero unir todo eso de alguna forma. Probablemente el tema con el raper cubano GQ sea de los que más cerca están al estilo que yo quiera hacer en el futuro." Habrá que creerle, aunque sus fans suspiren por las baladas y él cante en su último disco: "No es lo mismo arte que hartar, pero es distinto conformarse o pelear. No es lo mismo, es distinto".
Trabajo reciente
- "No es lo mismo", tiene 12 temas nuevos y en la Argentina llegó al doble platino.
- Participan músicos invitados, como Paco de Lucía, el raper cubano CQ y Michael Landau.
- En nuestro país vendrá a presentar el disco en abril de 2004.





