Christine, la revelación del pop francés que ya suena en todo el mundo

Entre Pina Bausch y Michael Jackson, entre Lorde y The Weeknd, el de Heloïse Letissier es uno de esos típicos casos en los que el protagonista en cuestión toca fondo y vuelve a nacer. Antes de hundirse definitivamente hace un viaje, se aleja de su gente, de su país y de sus problemas y, en tierra foránea, entre búsqueda y búsqueda, cae presa de una revelación. Pero no les estoy contando una película sino el caso Heloïse, una chica, una voz, un fenómeno que nadie vio venir en Francia y que explotó. Cuando su pago le quedó chico salió a girar por Europa y, el último semestre del año que acaba de terminar, desembarcó en los Estados Unidos y allí también fue boom inmediato: su participación en el programa de Jimmy Fallon le abrió de par en par las puertas del país del norte.

Cuando sube al escenario, cuando graba un disco como el excelente Chaleur Humaine, Heloïse es Christine & The Queens. "La vida en el escenario es lo más auténtico de mi vida. Soy yo cuando soy Christine, cuando estoy ahí arriba", dijo la francesa tiempo atrás.

En las antípodas de Zaz (Isabelle Geffroy), que bebe de las fuentes del gipsy jazz, la búsqueda de Christine & The Queens está relacionada con un sonido actual, fresco, urbano, listo para las pistas de baile. Y global. Lo suyo es cantar tanto en francés como en inglés y, por sobre todas las cosas, borrar los límites del french pop. Su primer disco, Chaleur Humaine (calor humano), empezó su recorrido francés en 2015, salió de sus fronteras en 2016 y se prepara para cerrar su periplo este año. Puede tener un gran impulso en los Brit Awards, los premios a la música británicos. En la categoría de mejor cantante solista extranjera comparte cartel, nada menos, que con Rihanna, las hermanas Beyoncé y Solange Knowles y Sia.

A sus 28 años, la historia de Heloïse Letissier ya tiene finales y nuevos comienzos. Oriunda de Nantes, allí cursó en un secundario con orientación artística. En Lyon estudió en el conservatorio de arte dramático de esa ciudad. Una ruptura amorosa y el inicio de un estado de depresión cada vez más recurrente la llevaron a dejar su ciudad, su país y respirar nuevos aires. Por caso, los londinenses.

Heloïse empezó a llamar Christine a su versión depresiva y fue en Londres donde esa cara de la moneda se transformó en cantante, en personaje escénico. Hubo una noche en la que tuvo una revelación, una epifanía. En un club del Soho, el histórico Madame Jojo's -que estuvo unos años cerrado y que reabrió en 2016-, vio el show de un trío de drag queens residentes en el lugar y quedó atraída por la propuesta, por la desfachatez, por el hecho artístico. Se convirtió en una habitué del club y del espectáculo hasta que, claro está, a las chicas les dio curiosidad saber quién era esa chica que iba a verlas cada noche. Primero nació la amistad entre ellas y luego llegaron los consejos que la impulsaron a "inventarse a sí misma", como suele recordar Heloïse en las entrevistas.

De no haber escrito nunca una canción paso a componer temas como para hacer un disco completo. Y de no haber protagonizado nunca un video clip pasó a proponer una suerte de renacimiento del formato. En cada uno de ellos su cuerpo se expresa. Baila, o apenas se mueve, pero siempre sugiere. Como no alcanza ni con uno ni con dos para conocer su universo, acá les dejamos tres. Ustedes encontrarán el resto.

Tilted

Saint Claude

Paradis Perdus

Por Sebastián Espósito

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