Con Besos en la espalda, Indios busca la desconexión personal en plan intimista

Besos en la espalda "busca reivindicar los encuentros personales, dejando de lado las telecomunicaciones para conectar del modo más puro con el otro".

Así arranca la carta de presentación del tercer álbum de Indios, Besos en la espalda, plantándose conceptualmente en la exploración de nuevos terrenos para una generación que vive hiperconectada. Y por ahí van las doce canciones compuestas por el guitarrista Nicolás de Sanctis Vitola, detrás de un acercamiento a la intimidad, sin dejar de lado cierto espíritu bailable que, incluso desde la portada misma, los emparenta con la tradición cancionera (y estética) del Virus de los hermanos Moura.

Aunque este disco (que hoy se lanza en CD, vinilo y está disponible en todas las plataformas digitales) también se podría considerar el primer hijo argentino de Tranquility Base Hotel & Casino, el último disco de Arctic Monkeys, el plan lounge que la banda de rock británico exploró un año atrás para cambiar de piel. Allí están "Todo es cruel en el amor" y, especialmente, el tema que da título al álbum para certificarlo (con un gran final guitarrero).

El disco abre con "Ritmo y percepción" en busca de la sensualidad perdida y acompañada por un riff de lo más efectivo. "Borracho en París" juega a la balada ochentosa, mientras que "Ya lo sé" absorbe el ADN del pop-rock argentino con intenciones de pista de baile.

"Perdiendo la cabeza", que funcionó como primer corte a fines del año pasado, insiste en la línea romántico-melancólica en la que Indios parece moverse con gracia, muy a pesar de que a lo largo de todo el álbum pueda sonar por momentos un tanto repetitiva.

Besos en la espalda resulta definitivamente un álbum intimista, en busca de la conexión sensorial y alejado de las estridencias. Un disco de amor sin más pretensiones que las de mirar a los ojos a la persona que tengas al lado y la invites a bailar.

Por último, es también un álbum con el que la banda de Vitola, Sanctis, Agustín Majadalani, Guillermo Montironi y Federico Pellegrini intenta avanzar en una dirección alternativa, un camino aún no explorado por Indios, pero sin por ello perder la esencia que los trajo hasta acá.