Con el acordeón y la tierra colorada

Que nunca falte la tierra colorada ni el acordeón (ni la manera de tocar el acordeón). Mientras estén, Chango Spasiuk parece contar con lo necesario para seguir adelante con su música. En su nuevo disco, Pynandí , ahí nomás, en la primera pista de audio va con el tema "Tierra colorada" y en la quinta página del librito que acompaña el CD tiene una imagen de vegetación tupida, generosa en verdes, y caminito rojizo.

Como misionero, Spasiuk siempre expresa un toque regional en su trabajo. Además, construye bastante de su música a partir de la manera de tocar el acordeón. Lo interesante de lo que hace es que esa inflexión singular para acentuar con el fuelle y los dedos de la mano derecha no lo lleva a un callejón sin salida. Todo lo contrario. Hace que su manera de sonar sea compartida con una instrumentación grupal que incluye violín, violonchelo, contrabajo, guitarra y percusión; o hasta con otro acordeón, el de Tilo Escobar, artista al que, a pesar de sus años de ruta chamamecera, todavía no se le ha prestado la atención que merece un artista de su calidad musical. (Pero todo llega y también debería llegar para Tilo. Mientras tanto se lo puede escuchar en discos propios y ahora en un gran dúo de acordeones con Spasiuk).

La nueva placa del misionero parece el recuento de experiencias de una parte de su carrera que está unido a otro paso al frente que da como músico. Veamos: en este disco hay temas propios, piezas tradicionales de músicos como Isaco Abitbol y Ernesto Montiel, una pequeña suite de cuatro momentos, dúos como el que propone con Tilo y otro (se trata de otra excelente interpretación) con el joven y talentoso guitarrista Marcelo Dellamea. Y para el cierre del CD, una versión de "La ponzoña" (así llamó Chango a uno de sus discos de mediados de los noventa).

Pasemos al detalle de algunos temas. "Tierra colorada" es buena síntesis del trabajo de Spasiuk. Y aunque Chango no siempre es ocurrente en las reexposiciones de motivos breves, aquí logra que hacia el final del tema esos motivos queden fundidos en la armonía en leve relieve (con un importante rol de la cuerda y la percusión en la sonoridad del grupo). Una maravilla. Deja la sensación de que todo fuera grabado en corte directo, como una sesión grupal ciento por ciento en vivo.

Sigamos. "La ponzoña" adquiere cada vez más la influencia de la música del sur brasileño. Por otro lado, los temas más tradicionales tienen la calidez de la música del litoral más clásica y después los dúos son excelentes momentos de este CD.

Luego hay un trío de composiciones instrumentales que, aunque no fueran planteadas de ese modo, quedaron ubicadas una detrás de la otra estupendamente y se las puede escuchar en bloque. Se llaman "Señor O", "Tristeza" e "Infancia" y son muy bellas.

Por último, hay que detenerse en lo que Spasiuk denomino Suite Nordeste-Cuatro pequeños movimientos. A primera escucha pueden sonar como dos movimientos breves (según sus tempi e intenciones) con un interludio en forma de cadenza de violín que es una exquisitez (la clave es el trabajo en doble cuerda) y que termina enlazada con el resto de los arcos del grupo. ¿La particularidad? Todo lleva puesto el paisaje de la música del litoral.

De este modo se completa ese otro perfil que Spasiuk aborda sin apuros y que amalgama al resto de su trabajo. Entre caminos de tierra colorada y vegetación tupida seguramente hay mucho más para descubrir de este Pynandí -"los descalzos", en guaraní; en el arte de tapa del CD hay una breve y precisa explicación sobre lo que esto significa- . Qué sea tarea para el hogar seguir con los descubrimientos de este disco.

El compacto

PYNANDI (LOS DELCAZOS)

Chango Spasiuk

Tierra colorada, El camino, Suite nordeste - cuatro pequeños movimientos, Señor O, Tristeza, Infancia, Viejo caballo alazán, Alvear orilla - Estancia Santa María, Tío Marcos-Apóstoles, La ratonera, Doña Fidencia-Apóstoles, Panambí, Mejillas coloradas, La ponzoña (Sony Music).

Por Mauro Apicella

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