De Mother Mary a Brother Malcolm, los enigmas de “Let it be”, el clásico de The Beatles que soñó y escribió Paul McCartney
Uno de los máximos éxitos de Paul McCartney esconde un aparente sentido religioso y, como en muchas de las canciones de los Fab Four, varias interpretaciones y mitos posibles
- 7 minutos de lectura'
“Cuando me encuentro en tiempos de angustia, Madre María, ven a mí, con palabras de sabiduría: Let it Be”. La canción que dio título al último disco de estudio de The Beatles es una de las más recordadas y famosas de la banda, entre su amplio catálogo de éxitos. Apenas se escucha la voz de Paul McCartney, su autor, que luego dice (en inglés, obviamente): ”And in my hour of darkness she is standing right in front of me,/ Speaking words of wisdom, let it be (”y en mi hora de oscuridad, ella está de pie justo frente a mi, pronunciando sabias palabras: déjalo ser”. Toda esa primera estrofa, muy breve, se escucha sobre los acordes del tema que el propio McCartney interpreta al piano y que le dan al tema un profundo sentido de religiosidad (aunque no lo tenga).
En realidad, ese Mother Mary que se pronuncia parece referirse a la Virgen María, cuando se hace una traducción literal al castellano. Pero no es así. Especialmente en los países de habla hispana predominantemente católicos, esas palabras resonaron con profunda religiosidad. Sin embargo, en la Europa anglosajona, no causó ese efecto. Por un lado, porque para referirse a María se utilizan términos como Santa María o Virgen María (menos común será la palabra madre); por otro, porque desde mediados del milenio pasado diversas corrientes protestantes le quitaron a María el valor que la Iglesia Católica le había dado.
Si bien muchos teólogos del protestantismo dedicaron textos a la vida de María, la mayoría tendió a restarle la importancia que el catolicismo le daba (y le sigue dando) como intercesora ante Dios. El pre reformista John Wycliffe mostró su devoción mariana. En cambio, sus sucesores tendieron a lo contrario. Lutero consideraba una idolatría celebrar a los santos y a María. El francés Juan Calvino (Jehan Cauvin) consideraba que el título “Madre de Dios” era absolutamente supersticioso. En nuestros días, la figura de María en la mayoría de las corrientes del protestantismo se limita a haber sido la madre de Jesús.
De vuelta en la canción, para despejar toda duda sobre la referencia, Mary era el nombre de la madre de McCartney, esa madre que había perdido cuando tenía 14 años. Además, la mirada deísta que el beatle tenía del mundo para finales de los sesenta, difícilmente avalara un tono de religiosidad en la canción.
El tema crece a partir de sus propios acordes. Aparece un coro, un órgano (que no parece de iglesia sino de esos que salieron de las iglesias para meterse en el rock de aquellos años), la batería, el bajo, la guitarra.
“Cuando las personas con el corazón roto que viven en el mundo se ponen de acuerdo, habrá una respuesta: déjalo ser. / Porque aunque se separen, todavía existe la posibilidad de que vean. Habrá una respuesta: déjalo ser. / Y cuando la noche está nublada aun hay una luz que alumbra sobre mí. / Brillando hasta mañana, déjalo ser./ Me despierto con el sonido de la música, madre María ven a mí”.
Mary Patricia Mohin (1909-1956) trabajaba como enfermera en Walton de Liverpool, el mismo hospital donde nació su hijo mayor, James Paul, en 1942. Dos años después, nació su segundo hijo, Michael. Mary era católica y su esposo, James McCartney, protestante. El 31 de octubre de 1956, cuando Paul tenía 14 años, su madre murió de una embolia, con cáncer como enfermedad de base. Meses antes de la muerte, Paul había recibido como regalo de cumpleaños una trompeta, pero al poco tiempo la cambió por una guitarra Zenith. En 1958 ingresó al grupo que había formado John Lennon, The Quarrymen. El resto es una historia conocida, probablemente la más conocida del rock, que tuvo un capítulo de cierre en 1970, con la separación de The Beatles y la publicación de su último disco, Let It Be.
Lo breve y simple de la canción que dio título al disco quizá tenga que ver con lo que inspiró su letra. Años después de su publicación, Paul McCartney explicó que había visto a su madre en un sueño: “Me encantó volver a conversar con mi madre. Me sentí bendecido por tener ese sueño. Eso me hizo escribir ‘Let It Be’. Lo que ella me dijo fue: ‘Todo va a estar bien. Let It Be’.” Paul McCartney fue padre por primera vez en 1969. Su hija se llama Mary Ann McCartney.
Hubo dos primeras versiones de la canción que tuvieron diferencias instrumentales. Mientras que una se editó para que el tema fuera publicada como single, la siguiente fue destinada al disco, que originalmente se iba a llamar Get Back. Finalmente, “Get Back” quedó solo como nombre del último tema de la cara B del LP. En cuanto a esas primeras versiones de “Let It Be” hubo cambios en los solos y la preponderancia del organ hammond que toco Billy Preston y la guitarra de George Harrison. Incluso, hubo registros posteriores, como uno grabado en fílmico donde McCartney canta en la segunda parte “Brother Malcolm came to me”. Se refería al asistente Mal Evans.
Esto dio pie a otra versión de los hechos. En el especial de televisión de 1975, presentado por David Frost y llamado A Salute To The Beatles, Evans explicó que era él, y no la madre de Paul, el disparador de la frase “Let It Be” de la canción. Durante su charla con Frost, Evans aseguró: “Paul estaba meditando un día y me acerqué a él en una visión, y yo estaba parado allí diciendo ‘déjalo ser, déjalo ser…’. Y de ahí viene la canción... Es gracioso porque regresábamos a casa de una sesión una noche y eran las 3 de la mañana. Llovía, estaba oscuro en Londres y Paul estaba contando esto, diciendo que yo había escrito esta canción. ‘¡Iba a ser el hermano Malcolm, pero tuve que cambiarlo en caso de que la gente tuviera una idea equivocada!’, dijo”.
A la distancia se puede tomar la historia de Evans como real o como un simple chiste. Más allá de la humorada, se podría ver con ánimo fantasioso el pedido de ayuda al asistente durante la grabación de un álbum que debió atravesar muchas y diversas dificultades. “Los tiempos de angustia” o tiempos de “problemas”, no eran novedad para esto grupo que, incluso, había dejado de tocar en vivo.
Las grabaciones del tema “Let It Be” se realizaron el 31 de enero de 1969. Recién el 20 de marzo de 1970 el productor Phil Spector remezcló la versión que terminaría publicada en el álbum. Ya en ese momento las diferencias entre los músicos eran grandes. De hecho, se contrató a Spector sin que McCartney diera su aprobación. Tiempo más tarde el cantante dijo que nunca estuvo conforme con esa producción. Y eso quedó demostrado en Let It Be... Naked. En 2003, McCartney presentó una versión del disco mucho más despojada. Según se lo presentó, el álbum fue un intento “alternativo de capturar la visión artística original del proyecto, para volver al sonido de rock and roll de los primeros años de la banda”. La producción apuntó a develar tomas, ediciones y mezclas alternativas de las canciones, principalmente recortando elementos agregados por Spector. El álbum excluye a “Maggie Mae” y “Dig It” y agrega una presentación en vivo en la azotea de “Don’t Let Me Down”, una canción omitida en el álbum original y publicada como cara B del sencillo “Get Back”.
Claro que no todo había sido tan trágico en aquellos finales de la década del sesenta para The Beatles. Porque es cierto que en tomas que fueron descartadas y luego rescatadas de los últimos tres discos de la banda también se escucha a John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, hacer bromas y pasar buenos momentos haciendo música. Además, “Let It Be” sobrevivió a todo. En 1999, Paul McCartney ingresó al Salón de la Fama del Rock & Roll, como solista y el cierre de su actuación fue con “Let It Be”.
Otras noticias de Las grandes canciones
Más leídas de Música
"Si no quieren verla, no vengan". Furor en Alemania por una ópera que provoca náuseas
"Lo voy a contar". Emilia: el sólido romance con Duki, su amistad con Neymar y el incómodo momento que vivió
Gala Juventus Lyrica. Un celebratorio repaso por 25 años de historia, con el foco puesto en el milagro de la música
A puro pop. Emilia Mernes debutó en Vélez y le regaló una noche mágica a sus fans: invitados sorpresa, coreografías explosivas y mucho brillo