
Don Quijote, de Cervantes y Richard Strauss
Con Don Quijote, compuesto entre 1896 y 1897, estamos ante otra de las páginas sinfónicas magistrales del mejor Richard Strauss. Ante un pintor extraordinario y apasionado, que encontrará los mejores colores y la expresión más exacta para reflejar la oposición del idealismo quijotesco, transmutador de la realidad, frente al papel esencialmente paródico y correctivo de Sancho Panza. A diferencia de Ravel o Manuel de Falla, según comentamos en nuestra nota anterior, Strauss lo hizo a través del tema con variaciones, con lo que se eleva hacia una mayor abstracción constructiva del planteo sonoro, que le permitirá definir psicologías y sugerir la acción. El "programa" pasa a un segundo plano ante la elaboración de un universo musical que se nutre del desarrollo temático y del trabajo concertante provocado por el tratamiento de la orquesta y del violonchelo, que simboliza la intimidad dolorosa, fundida con su quimera, del inmortal héroe cervantino.
La obra comprende una Introducción que anticipa el mundo del Caballero de la Triste Figura, sus andanzas y el desorden mental del protagonista. Le sigue el Tema, donde se definen musicalmente los personajes de Quijote y su escudero Sancho Panza, caracterizado este último por un paródico diseño confiado a la tuba tenor y al clarinete bajo, antes de pasar a la viola. Le siguen diez variaciones y un Final. Los episodios a los que alude cada variación son los siguientes: I) La batalla contra los molinos de viento y el descalabro del caballero. II) Enfrentamiento contra el rebaño de carneros, uno de los momentos más vivaces e imaginativos de la partitura. III) Conversaciones entre caballero y escudero: Don Quijote describe asimismo el fabuloso país cuya conquista emprenden. IV) Don Quijote ataca al cortejo de peregrinos que conducen en procesión a la virgen, confundiéndolos con secuestradores de una noble dama. V) Don Quijote sueña con Dulcinea mientras vela las armas.VI) El caballero cree encontrar en una campesina a su Dulcinea. VII) Don Quijote y Sancho creen volar en un mágico caballo, episodio al que Strauss confiere realismo mediante el uso de una máquina de viento. VIII) Viaje en la barca encantada y naufragio. IX) Lucha victoriosa contra dos monjes trabados en teológica discusión (diálogo entre fagotes). X) Don Quijote es derrotado e inicia el regreso a su país. En el Final, el héroe recupera la razón y muere en paz con el mundo.
Ya queda dicho que Strauss encomienda al violonchelo la figura del caballero, mientras la viola representa la de Sancho Panza y el violín encarna brevemente la frágil imagen de Dulcinea. Se sabe que Strauss había leído a Cervantes en versión alemana, aunque no fue precisamente el libro el que inspiró al músico, sino las agudas interpretaciones realizadas en sus dibujos por el caricaturista francés Honoré Daumier, incluidos en una versión francesa de la obra.
Don Quijote tuvo su estreno en Colonia el 8 de marzo de 1898. En Buenos Aires, fue el propio Strauss quien dio a conocer su poema sinfónico en 1923, cuando llegó aquí al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena. ¡Qué bueno sería volver a escucharlo esta temporada del cuarto centenario del nacimiento de Cervantes!




