Fito Páez y El amor después del amor 2023: detalles y secretos de la reversión y la vigencia de su disco más exitoso
El nuevo disco acaba de ver la luz en plataformas digitales; cuenta con la participación de Chico Buarque, Marisa Monte, Elvis Costello, Lali, Nicki Nicole, Mon Laferte y Andrés Calamaro, entre otros
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El 1 de junio de 1992 salió a la venta El amor después del amor y 31 años después los homenajes, relecturas y retornos a esta obra no se detienen. Hubo una extensa y épica gira que tuvo diez paradas en el Movistar Arena y una vuelta soñada a Vélez, allí donde en 1993 Fito Páez alcanzó su Everest de convocatoria. Hubo una serie de Netflix que partió de este título, el del disco más vendido del rock nacional, para repasar aspectos personales poco conocidos de la infancia, adolescencia y primeros años artísticos del rosarino que, este martes, en una conferencia de prensa posterior a una escucha atenta, en continuado y sin distracciones ni interrupciones, habló con entusiasmo y felicidad de EADDA9223, la reimaginación de una obra que dejó un pleno de 14 clásicos. Desde “El amor después del amor”, el primer track, hasta “A rodar mi vida”, el nuevo disco contiene a casi todos los Páez que conocimos a partir de Del 63, como si la flamante reinterpretación sirviera de puntapié para resumir toda una trayectoria.
La cita con el músico y su nuevo disco era a las 12 del mediodía en el coqueto Artlab de Chacarita. La idea, escuchar el disco completo en dirección a una enorme pantalla de última generación -y a los parlantes ubicados a los costados-. En el ingreso al lugar, el arte de tapa de Fito Páez proyectado en las paredes laterales se revelaba ante los ojos de los presentes. En el medio, en exhibición, todos los formatos físicos de edición de la obra original, El amor después del amor, y de esta relectura, EADDA9223.
Una vez en la sala, el propio Fito subiría al escenario para darle la bienvenida a la prensa y a los invitados y dejar la promesa de responder una buena cantidad de preguntas una hora más tarde. “Que la gente lo disfrute, que baile, que se besen”, dirá hacia el final, cuando alguien pregunte sobre qué le gustaría a él que sucediera con esta nueva mirada de su icónica obra.
Decíamos antes, quizás aquí estén contenidos casi todos los Páez posibles y algo de eso hay. De la apertura cinematográfica y espacial de “El amor después del amor” (el mismo se encargaría de contar que fue Spiritualized la inspiración para esta versión”) a la versión tex- mex de “Sasha, Sissi y el círculo de baba; de la base de chacarera de “La balada de Donna Helena” que decanta en el rap de Wos y Ca7riel al flamenco que se apodera de “Detrás del muro de los lamentos”; de la exquisita participación de Chico Buarque en “Pétalo de sal” al gran aporte de Elvis Costello (en inglés) para una versión negra de “Tráfico por Katmandú”. “No siempre menos es más. A veces más es más”, señala Fito y ahí está una de las claves de este disco. Grabado en dos estudios de Los Ángeles, con la participación de la Orquesta CNSO de Praga y una larga lista de músicos, coristas, ingenieros de grabación, productores y demás.
Tres amores
Si El amor ... estuvo motivado por el período que va de la ruptura amorosa de Fabi Cantilo al enamoramiento de Cecilia Roth, este EADDA9223 está dedicado a otro nombre femenino: “A Euge”, se lee en la ficha técnica que acompaña las ediciones físicas en vinilo, CD y cassette y la edición digital. Se trata de la actriz Eugenia Kolodziej, actual pareja del músico.
Una vez acabada la escucha, lo que priman son los interrogantes. El primero que llega a oídos de Páez tiene que ver con la comparación: ¿es posible “empatar” la obra original? “Es imposible empatar, vas en pos de otra cosa. Las cosas no tienen por qué empatar, ni ganar ni perder... Una frase extraordinaria de Arthur Rubinstein dice que nada que tenga que ver con lo superior está ligado al arte, porque perdería la experesión artística su carácter humanístico. Acá aparece un poco en broma y un poco en serio la idea de lo sacrílego. No hay nada sacro, podés hacerlo. Es como si no pudieras hacer humor, si no pudieras regrabar tal cosa porque eso significa algo muy importante para mucha gente. La música es un juego en definitiva. Serviría filosóficamente para replantearse algunas cuestiones referidas al sentido común. Por supuesto que esto fue un juego maravilloso, dificilísimo y hecho con mucha audacia”.
Si a primera escucha uno de los aspectos que más rápido se distinguen tiene que ver con la orquestación, con la sensación de banda de sonido, el propio implicado se corre de caer en la tentación de afirmar que se trata de una película sin imágenes. “Lo que tiene de hermoso la música y ahora que estamos en un mundo de pantallas, es que la música, como la lectura, despierta la imaginación. En esta dictadura de la imagen, ¿se lleva puesta a la música, a la escritura, a un montón de cosas? No, no se las lleva puestas. Si queremos nos concentramos en la música y te pongo a parir la imaginación en un segundo. La imaginación es algo que vive en todos nosotros y la música es un estimulante directo. No hubo una idea de hacer una película, hubo la idea de hacer un gran álbum de música”.
Para Fito, este es un “álbum de laboratorio”, uno al que llegó luego de leer mucho, de ver mucho cine, pero también después de meter las manos en la masa y producir distintas formas hasta llegar a la definitiva. “La música es inmensa, podés seguir estudiando, investigando. El otro día pensaba qué ganas de hacer un disco a lo (Bob) Dylan... El otro día intenté algo y funcionó. Pero al siguiente dije no, a ver si invento otra cosa, que no sea lo primero que tenga ganas de hacer. Para este album se investigó mucho sobre cómo abordar situaciones ya instaladas en el inconciente de los demás. Para eso hubo que jugar un montón. Tengo una conexión con el lenguaje muy relajada, si tengo que ponerme a estudiar, a preparar algo, lo hago”.
De una premisa partió el rosarino: “Tocar todo menos la letra y la melodía” y cumplió con esa idea, salvo por el rapeo de Wos y Ca7riel y la traducción al inglés que Elvis Costello hizo de sus intervenciones en “Tráfico por Katmandú” (por cierto, fue una devolución de gentilezas tras la participación de Fito en “Radio, Radio”, la nueva versión de su clásico que Costello incluyó en la reimaginación de su álbum This Year’s Model, ahora titulado Spanish Model). “Ese fue el norte, adentro del caos y el laboratorio de la hechura”.
Todo disco es político
Prefiere hablar de un disco político y no de su “álbum más ideológico”, como sugiere un periodista cuando cae en la cuenta de la diversidad estilística que contiene EADDA9223. “Diría político. Es un asunto político decidir. Estando en el asunto de la música, aquel asunto milenario, desconocido y misterioros también, me da mucha bronca cuando se dice que la música es matemática. Quiero decirles que no. Y la música es un asunto muy importante para el ser humano, como la sexualidad, la guerra... Siempre está la puslsión de uno primero y en esa pulsión está el conocimiento, el ensayo, el laboratorio, la búsqueda, el tiempo que utilizás para conectar con algún sentimiento tuyo que después pueda conectar con el sentimiento de otro. Que a la vez es una decisión muy incierta, porque las épocas van cambiando. La gente que escuchaba música con un walkman ahora va por la calle mirando el teléfono. Y hay más accidentes de tránsito por eso. Y hay problemas con el déficit de atención. Y multinacionales que basan su tesis de avance corporativo en algoritmos. Todo eso no existía en los años 70 y 80. Cada uno sacará sus propias conclusiones, pero como decía mi amiga Lucrecia Martel, todo lo que hacemos es político. Adhiero a esa idea”.
Ya en el tramo final de la conferencia, Fito se detiene en algunos aspectos que hoy pueden parecer anecdóticos pero que, dice, pudieron hacer naufragar el proyecto. Como la versión de “El amor después del amor” que no aparecía. “Sofía Gala me puso un disco de Spiritualized que yo no conocía. Ella no sabía que yo estaba perdido como turco en la neblina. Yo no sabía qué hacer con ‘El amor...’. Tenía casi todo resuelto y no tenía comienzo. Podía tirar todo el proyecto abajo si no aparecía algo que me convenciera. No iba a repetir la versión original, definitivamente. No estaba dentro de los preceptos de la hechura del álbum. Sofi con esa intuición de maga que tiene me sienta frente a los parlantes extraordinarios de su casa y me pone el disco de estos flacos y ahí termina de aparecer el álbum. Entiendo que necesito ese mar de cuerdas indefinidio, como si fuera una música cointemporánea y a la vez una capa de sonidos que podrían estar como estuvieron en algunos casos regrabados o editados de distintos cachos de orquesta, es decir, hacer una tarea técnica”.
A la hora de las referencias sutiles o de aquellas que solo sirvieron para trabajar en una dirección, Fito menciona a “Dindi”, de Jobim y a las bandas de sonido de John Williams (“Jurassic Park”); habla de cómo representar otra vez lo que Fabi Cantilo y Celeste Carballo hicieron en “Dos días en la vida” y elogia la labor de Nicki Nicole y Lali; infla el pecho cuando habla de Chico Buarque o de Estrella Morente, a quien hubo que esperar a que superara un problema de salud (“no puedes sacar este disco sin mí”, le dijo ella). El amor después del amor tiene una nueva cara y aunque resulte imposible competir con las versiones clásicas que se adhirieron a nuestra piel, sí queda en evidencia que pueden ser revisitadas y reimaginadas desde una mirada contemporánea.
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