
Gustavo Dudamel sedujo a los italianos
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MILAN (AFP).- El joven director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel sedujo en la Scala de Milán con la célebre ópera Don Giovanni , de Wolfgang Amadeus Mozart, pese a las críticas y abucheos a la puesta escena sobria y minimalista del alemán Peter Mussbach.
"No, no temo a los críticos; ellos tienen que hacer su trabajo. Es que la música es cuestión de gustos, de interpretación", aseguró Dudamel, tras dirigir el último martes, de memoria, una de las óperas más difíciles y conocidas de la lírica.
El talentoso director, que a los 25 años fue invitado a dirigir en el que se considera el "templo de la lírica mundial" y fue descubierto por el director de orquesta italiano Claudio Abbado, con el que compartió cartelera esta temporada en Roma y en Palermo al frente de la Orquesta Filarmónica Juvenil Simón Bolívar, fue aplaudido y ovacionado por el exigente público de la Scala de Milán.
"Fue una ejecución ejemplar; suscita sensaciones fascinantes, aunque por momentos el ritmo decae", escribió el crítico musical del diario Il Corriere della Sera , Enrico Girardi, quien considera su dirección entre las más "notables" y "vitales" de todas las propuestas con motivo de las celebraciones de los 250 años del nacimiento de Wolfgang Amadeus Mozart.
Mientras la dirección y los cantantes fueron generosamente elogiados y aplaudidos, la puesta en escena de Peter Mussbach, de 57 años, escenógrafo y régisseur , dividió al público, que lo abucheó tras proponer al irremediable seductor Don Giovanni traje erótico, pantalón de cuero negro, torso desnudo y una capa negra.
"Es comprensible que una producción así suscite protestas", admitió, por su parte, el barítono español Carlos Alvarez, quien interpreta el papel protagónico de la obra y protagonizó en 1999, en la Scala, la última edición del célebre amante desmesurado, dirigida por Riccardo Muti e ideada por Giorgio Strehler.
"El público de la Scala es más tradicional. No es fácil presentar una obra que introduce una moto Vespa en el palco", señaló por su parte la crítica musical del diario Suddentsche Zeitung , de Mónaco.
Los trajes modernos, los sombreros borsalinos y las gafas negras en vez de las pelucas del siglo XVII sobresalen en medio a una escenografía esencial, formada por dos enormes paredes grises que giran en varias direcciones y se abren o se cierran para formar los ambientes y las treinta escenas en las que se divide la obra.
"La escenografía es horrible, insoportable. He visto robots y japoneses que cantan en otras ediciones, pero algo así es intolerable. Se salvan los cantantes y el director de orquesta", comentó Beatrice Demetriades, una melómana que viajó desde Suiza junto con otros cuarenta aficionados para el estreno.
"La escenografía es una alusión urbanística a los callejones de Sevilla, donde se desarrolla la obra", explicó Mussbach, superintendente y director artístico del Staatsoper Unter den Linden de Berlín (Alemania), coproductor de la controvertida ópera .
"Este es un Don Giovanni universal, atemporal, una mezcla de todo, una interpretación minimalista, pero una interpretación", lo definió Dudamel, quien confesó que estudió por más de un año la ópera y pidió consejo a Abbado.
"No hay que caer siempre en lo mismo, porque obras de Mozart, Bach, Beethoven y Mahler no fueron aceptadas en su momento y ahora forman parte de la historia, de la intemporalidad del arte", agregó el director con su natural afabilidad y disponibilidad, rodeado por toda su familia, que lo acompañó para su lanzamiento en la Scala.
"Pasaron muchas cosas en el concierto que no pasaron en los ensayos y que forman parte de la magia de la música, porque la música no está atrapada, está dispersa en el aire", confesó Dudamel, lo que fue reconocido por el público, la crítica y los cantantes.
"Nos ha seducido pese a su juventud", admitió Alvarez, que celebró su talento y entusiasmo. Entre los invitados especiales presentes estaban José Antonio Abreu, ex ministro de Cultura venezolano, fundador del sistema de orquestas juveniles que cuenta ahora con 240.000 estudiantes, la mayoría niños y adolescentes provenientes de barrios pobres.
"Es maravilloso haber llegado hasta aquí", comentó emocionado.





