I Puritani y un soberbio homenaje al testamento vocal y musical de Bellini
La opera se presenta en formato concierto; gran lucimiento de la soprano Jessica Pratt
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I Puritani (melodrama serio en tres actos), música de Vincenzo Bellini y libreto en italiano de Carlo Pepoli (Versión Concierto). Dirección Musical: Maurizio Benini. Reparto: Jessica Pratt (Elvira), Francesco Demuro (Lord Arturo Talbo), Germán Alcántara (Sir Riccardo Forth), Ricardo Fassi (Sir Giorgio Valton), Hernán Iturralde (Lord Gualtiero Valton) Gastón Oliveira Weckesser (Sir Bruno Robertson) María Luisa Merino Ronda (Enrichetta di Francia) Orquesta y Coro Estable del Teatro Colón. Función Gran Abono. Próximas funciones: martes y miércoles, a las 20 y domingo, a las 17.
En toda función de ópera existe siempre una gran expectativa por ver cómo el director de escena va a mostrar la historia dramática que el compositor plasmó en la partitura. La escenografía, el vestuario y la iluminación se convierten en elementos igual de protagónicos como la orquesta situada en el foso y los cantantes encargados de interpretar cada personaje. Pero, cuando en el programa aparece la descripción “Versión Concierto”, todo eso desaparece y quedan la música y el canto exhibidos en su forma más pura, sin ningún adorno frente al público. Esto fue lo que sucedió con I Puritani, el quinto título de esta temporada 2025 en el Teatro Colón y que en su función de estreno resultó toda una celebración del universo musical y vocal que Vincenzo Bellini supo crear como ningún otro.
Este título, el ultimo que escribió el compositor, constituye uno de los más difíciles y exigentes del repertorio belcantista, por lo que es absolutamente necesario contar con cantantes de gran poderío vocal, capaces de embarcarse en este tour de force asegurado. I Puritani, la historia de amor y locura que protagonizan Elvira y Arturo y que está marcada por la violencia y la división ideológica de la guerra civil inglesa que enfrentó a los partidarios del puritanismo religioso contra los realistas que apoyaban la dinastía de los Estuardo, tuvo en esta ocasión un elenco de lujo que respondió con excelencia a cada uno de los desafíos y que el público supo agradecer a lo largo de toda la función.
Quienes asistieron al recital que la soprano australiana, nacida en Inglaterra, Jessica Pratt ofreció hace apenas una semana para el ciclo “Grandes Intérpretes” del Colón, ya tenían la certeza que su Elvira sería inolvidable. Ese día dejó ver su virtuosismo, confirmando la razón por la cual es una de las sopranos de coloratura más convocadas por los principales teatros líricos alrededor del mundo. La expectativa por verla en el papel de esa mujer que pierde la razón por amor aumentó después de esa carta de presentación adelantada. Y no solo cumplió, brilló. Desde el primer momento se adueñó del escenario para mostrar sin fisuras el recorrido que experimentó la bella Elvira. Con una voz maravillosa y una técnica impecable conquistó a todo el Colón a lo largo de las tres horas de espectáculo, recibiendo ovaciones desde el primer al último acto.
Escuchar una ópera en versión concierto ofrece la singular oportunidad de ver al director musical trabajando en toda su dimensión. Una condición que se agradece especialmente en esta ocasión. Poder apreciar el dominio de Maurizio Benini al frente de una Orquesta Estable que durante todo momento sonó impecable, fue un verdadero regalo. El público se convirtió en testigo de la concentración que se requiere para respetar los tiempos y así lograr la integración perfecta entre la música y las voces. Un escenario a pleno, con el coro, la orquesta y los cantantes al frente que el director italiano supo comandar con maestría.

A lo largo de cada uno de los tres actos que componen I Puritani se puede comprobar la razón por la cual el universo creado por Bellini es descrito tantas veces como voz, voz y más voz. A través de una sucesión de melodías maravillosas, las voces se van entrelazando para lucirse en toda su dimensión mientras va transcurriendo la historia. Una que desde el comienzo le otorga a cada personaje su momento de lucimiento a través de arias, dúos y escenas de conjunto para terminar ofreciéndole al público un verdadero banquete de Bel Canto.
Desde el Acto I vemos cómo Bellini muestra en toda su extensión las posibilidades de la voz humana. Francesco Demuro, el tenor italiano encargado de personificar a Arturo, fue creciendo con el rol a medida que avanzaba la obra. La interpretación de “Credeasi, misera”, que ofreció finalizando el tercer acto así lo comprobó. Su rival, Sir Riccardo Forth, capaz de todo para arrebatarle el amor de Elvira, tuvo en el barítono nacido en Misiones, Germán Alcántara, un intérprete genial. Su fuerza y dramatismo destacaron en todo momento y fue muy especial en la maravillosa cabaletta “Suoni la tromba” que cantó junto al bajo Riccardo Fassi, en el papel del tío de la protagonista. Otro que tuvo un rol sobresaliente a lo largo de toda la noche.
El Coro Estable bien dirigido por Miguel Martínez siempre se distingue a lo largo de cada temporada, fue en esta oportunidad un protagonista fundamental. Además, al estar al completo situado sobre el escenario, ofreció la singular experiencia de poder apreciarlo en su integridad. El resto del elenco contribuyó eficazmente en cada uno de sus roles, teniendo en la mezzosoprano María Luisa Merino Ronda una fabulosa Enrichetta de Francia.
A sala llena, la función estuvo dedicada a la memoria del director musical Guillermo Brizzio y del fotógrafo Máximo Parpagnoli, ambos recientemente fallecidos. Para la previa y en uno de los salones del foyer se ofreció una charla explicativa con detalles de la obra y de la producción, una excelente iniciativa que junto a un cuidado programa de mano contribuyen a prepararse para disfrutar a pleno de este título. Uno que resulta perfecto para reafirmar el excepcional carácter de teatro lírico del Teatro Colón.
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