Johnny Marr y su versión del realismo mágico
Johnny Marr tardó veinticinco años en sacarse de encima el fantasma The Smiths, aquella banda impredecible y fugaz que compartió con Morrissey y que cambió el paradigma del rock británico en los años 80, convirtiéndose de allí en más en una de las más influyentes de la escena. Desde que pegó el portazo y dejó el grupo, en 1987, hasta que decidió lanzar su carrera solista, en 2012, puso su guitarra al servicio de otros.
The Pretenders, Talking Heads, Pet Shop Boys, Oasis, Beck, Modest Mouse y Bryan Ferry fueron solo algunos de los artistas que contaron con el exquisito toque de lo que muchos consideran el último héroe de la guitarra.
Pero una vez que se animó a ponerse al frente de su propio proyecto, sin pensar en el qué dirán, Marr no perdió el tiempo. Salió de gira por el mundo (llegó aquí en el marco del festival Lollapalooza), defendió sus canciones con el cuerpo y su discurso y esta semana acaba de editar su tercer álbum solista en cinco años, Call The Comet (también habrá que sumar un álbum en vivo y una colaboración en la banda sonora de El increíble Hombre Araña 2).
Activo y confiado, Marr presenta aquí doce canciones que confirman la solidez y elegancia de un músico que después de tanto andar parece haber encontrado finalmente su lugar en el mundo, traducido en este caso en un sonido personal que ya había comenzado a elaborar en sus dos discos antecesores, The Messenger, de 2013, y Playland, de 2014), pero que aquí redefine expandiendo su horizonte.
Así, Marr consigue incluso redondear su mejor álbum, acompañando sus riffs de marca registrada con toques de psicodelia (como en "The Tracers") o dejándose llevar por la melancolía eterna del espíritu The Smiths (como en el delicioso "Hi Hello", uno de los temas que Marr escogió como adelanto del disco y que bien podría tratarse de un lado B perdido de su exgrupo y también en "Day In Day Out").
En una Gran Bretaña confundida por el Brexit y la influencia de Donald Trump en su sociedad liberal, Marr también pone los pies en el terreno político para retratar la actualidad, pero sin dejarse "contaminar" creativamente, como él mismo señaló por estos días, por los "estúpidos" que intentan hacer un mundo peor. De allí que el concepto central de Call The Comet se base en el imaginario de un futuro esperanzador, sin terroristas poniendo bombas en Manchester ("A Different Gun" fue escrita en 2016, tras los ataques terroristas en Niza, pero grabada el año pasado, la misma noche del atentado en su ciudad natal) ni políticos corruptos. Se trata ni más ni menos que de su propia versión del "realismo mágico", según definió el guitarrista ante la prensa británica.
Si con los primeros cuatro tracks, el ahora cantante y guitarrista brilla sin correrse del camino que venía construyendo desde su lanzamiento como solista, a partir de "New Dominions" Marr toma riesgos y sale ganando. Lo mismo sucede con la áspera "Walk Into The Sea" y la mántrica "Actor Attractor".
En el tramo final, "My Eternal" vuelve a sorprender con un sonido que remite directamente a la era post-punk, pero en plan futurista, justo antes del cierre emotivo con el mensaje de "A Different Gun": "El tema tiene que ver con tener la habilidad de balancear tamaña tragedia con una canción de rock, y me tomó un tiempo saber si tenía esa habilidad. La canción se centra en la unión: cómo nos sentimos como humanos cuando estamos completamente perdidos y tratando de ayudarnos unos a otros". Entonces habrá que decir que sí, que Johnny Marr también tiene esa habilidad.