Lollapalooza 2016: con Mumford and Sons el folk llegó al festival
Será el sabor de la madera, el néctar de las cuerdas, las melodías viajeras que nos transportan a sueños que ni siquiera soñamos. El folk hoy sonará a Mumford and Sons o no sonará a nada. La banda inglesa que parece tener su norte en buena parte de la historia de la música popular norteamericana del siglo XX, se lució en Lollapalooza y enamoró a un público conocedor de su obra.
Aún cuando su tercer disco, Wilder Mind tiene un dejo más pop que sus antecesores Babel y Sigh No More, el clima del set fue bien folkie. Su debut bonaerense demostró que Marcus Mumford y compañía están lejos de ser flor de un día. En cambio son un jardín bien provisto de variadas especies con sus distintivos perfumes.
Inquieto, MM es a capaz de dejar su postura de frontman distraído para esconderse detrás de la batería y sostener desde allí no sólo el ritmo sino también la voz, su responsabilidad exclusiva. Podrá cambiar su guitarra acústica por otra eléctrica pero en cada pasaje de un set milimétricamente ideado nos queda la sensación de que ni bien comenzó la faena caimos en una enorme y extraña red. No podremos salir de ella hasta pasado ese hitazo que es "I Will Wait". La espera terminó y ahora mismo nace otra: la de verlos nuevamente sobre nuestra grama.
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