
Nuevas viejas canciones
A los 78 años, Leonard Cohen acaba de editar un CD nuevo, Old Ideas
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"Soy un viejo investigador, más atractivo ahora que en mi juventud. Es el efecto facial de pasarse la vida con el culo en la silla." Las palabra son sí, de Leonard Cohen, pero no han salido de este disco de canciones nuevas que acaba de sacar, ahora, a sus 78 años. No, el que habla es el protagonista de Hermosos perdedores , su segunda novela, editada en 1966, dos años antes de que apareciera su primer álbum.
Todo para demostrar que no es nuevo que Cohen use la palabra viejo. Y que se podría arriesgar que no sólo siempre se ha sentido lejos de esa construcción social y cultural que se ha dado en llamar juventud, sino que está ahora mismo mostrando cómo el tiempo no es algo que tenga que ver ni con el talento ni con la obra de un artista.
Estas nuevas viejas ideas que trae hoy Cohen son seguramente el resultado de estos últimos años. Es que, poco después de editar su anterior trabajo, Dear Heather , el canadiense descubrió que su manager lo había estafado y que estaba quebrado. La solución, la salvación, fue salir a tocar. Es por ello que en los ocho años transcurridos entre aquel disco de estudio y éste publicó dos álbumes en vivo. Reencuentro con las musas, ejercitación de estilo, práctica y disciplina, todo se habrá alineado para que Cohen de a luz las diez canciones de Old Ideas .
Canciones en las que su voz puede ser susurro o recitado, puede ser oscura y por momentos cobrar vuelo. Para equilibrar aquí y allá, por todo el disco, están las voces femeninas (Anjani Thomas, Sharon Robinson, Dana Glover, Jennifer Warnes) que acompañan a la suya. Sumado, claro está, a la música, con un tono entre jazzero y de rhythm and blues, que pasa también por el gospel (tan apropiado para sus reflexiones sobre la condición humana). Y los violines que suavizan la aspereza de su voz grave y profunda pidiendo que le muestren el lugar donde la palabra se hace carne, el lugar en el que comenzó el sufrimiento ("Show Me The Place"), o el órgano que levanta la oscuridad de "Darkness" ("No tengo futuro, sé que mis días están contados").
Es que lo más importante siguen siendo sus letras. Esa pasión literaria (que dejó atrás, aunque tanto desearíamos un alto para una autobiografía, en la que nos cuente sobre Janis Joplin, sobre sus tiempos en la isla de Hydra, sobre la grabación con Phil Spector, sobre los seis años en el monasterio zen) se trasladó a la canción, encontró allí su definitivo lugar. Cohen escribe canciones como quien escribe poesía. Allí, en el librito, están las imágenes de sus libretas pero también los borradores que deben haber sido muchos (siempre aseguró que es lento para componer, que, por ejemplo, le llevó dos años terminar "Hallelujah"). Para leer y comparar, la edición local incluye la traducción de las letras por Joaquín Sabina. Y autorretratos, dibujos y bocetos del propio Cohen.
LEONARD COHEN
Old Ideas
Going Home, Amen, Show me the place, darkness, anyhow, crazy to love you, come healing, banjo, lullaby, different sides (Sony Music)




