Ozzy Osbourne: la vida misma
MTV estrena la serie documental grabada día y noche en su excéntrico hogar
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Alguien se está mudando. La casa es grande y las cajas se acumulan por todos los ambientes. Cada canasto tiene su etiqueta: hay varios en los que se lee "cacerolas y sartenes", otros llenos de "manteles" y unos cuantos repletos de "cabezas de demonios". La familia Osbourne llegó al barrio. Ellos no son otros que Ozzy, papá y estrella emblemática del rock pesado; Sharon, madre y manager, y Kelly y Jack, hijos y adolescentes rebeldes.
Hoy, a las 21, la señal de cable MTV estrenará "The Osbournes" ("Los Osbourne"), una suerte de documental que durante seis meses siguió todos los pasos de esta familia real formada por una estrella del rock, su mujer y sus dos hijos.
La idea surgió casi por casualidad y ahora es la gran sensación de la televisión norteamericana. Hace unos meses, como parte de un especial sobre la casa de los músicos más famosos, MTV visitó a Ozzy y se encontró con un cuadro familiar bastante particular. El papá, más conocido por su pasada afición a las drogas y por su costumbre de engullir murciélagos vivos sobre el escenario, era el jefe de una casa muy parecida a la de los locos Addams.
Una familia muy normal
Allí, entre las palabrotas que salían a razón de diez por segundo de los miembros de todo el grupo familiar, el productor Lois Curren concibió un nuevo género televisivo: la docusitcom , una perfecta combinación de las clásicas comedias de media hora y los reality shows. Es que, además del talento musical de papá Ozzy y sus extraños modos de reaccionar causados por años de abuso de alcohol y drogas, los chicos de la casa, según descubrió el canal de música, tenían una chispa especial que funcionaba a las mil maravillas en la pantalla chica.
Kelly tiene 16 años, el pelo rosa y, a pesar de que disfruta de las ventajas de ser la hija del ex líder de la banda Black Sabbath, no deja de decir a quien quiera escucharla que a veces siente vergüenza ajena de su padre. Su hermano no se queda atrás.
Tal vez allí resida el encanto de este programa: los Osbourne son ricos, famosos y muy excéntricos y, sin embargo, no son tan diferentes de cualquier familia tipo. Es cierto: ellos viven en una mansión de Beverly Hills, tienen como invitados a cenar al elenco de "El señor de los anillos", pero al final del día deben lidiar con los problemas de aprendizaje de Jack, las escapadas nocturnas de Kelly o la incapacidad del jefe de la familia para manejar el control remoto. La última semana más de seis millones de televidentes vieron "The Osbournes".
Muchos críticos hablan de fenómeno social, de nuevas técnicas para la crianza de los chicos y hasta algunos osados los comparan con "Los Simpson". Similitudes no les faltan: como en la casa de la familia de Springfield, en la de los Osbourne hay una madre de carácter fuerte que pone orden, un padre bastante distraído que mira la TV como si no hubiera un mañana y dos hijos traviesos que se pelean sin parar, aunque se ve que se quieren mucho.
Además, como sus pares animados, el rockero y su prole están imponiendo un nuevo tipo de familia en la pantalla chica y, en el caso de los protagonistas de la nueva serie, lo más interesante es que no se trata de ficción. Y que, más allá de las malas palabras y las locuras, el programa trata temáticas que ni el guionista de mejores intenciones podría haber pensado.
Por ejemplo: los chicos están por salir a bailar y Ozzy -pantalones negros, remera negra, piel blanca y los brazos llenos de tatuajes- los para en la puerta y les recomienda que no tomen alcohol, que no se droguen y que, por favor, si van a tener sexo lo hagan con preservativos. Los chicos, avergonzados, escapan de papá y de la cámara que los siguió las 24 horas durante seis meses de su vida para hacer 12 capítulos de media hora.
En la casa estilo barroco de los Osbourne nada quedó fuera del ojo de la TV, y si la hija mayor prefirió no participar en el proyecto sí aparecerán la niñera y los muchos perros y gatos de la familia. Y hasta los vecinos. En uno de los capítulos de esta serie -que ya cuenta con una buena cantidad de fanáticos y, por supuesto, casi igual número de detractores- se verá cómo mamá Sharon decide vengarse de los habitantes de la casa de al lado porque "ponen su música de mediana edad muy alta", tirando la basura y algunos restos de comida en su jardín.
Quizá no sea el mejor modelo de conducta para sus hijos, pero tanto Ozzy como su esposa son personas reales, con defectos y virtudes que ahora el mundo conoce gracias a MTV. La cadena fue la precursora en el género de la televisión verdad. De hecho, hace diez años, cuando a nadie se le ocurría siquiera imaginar un "Gran hermano", el canal inventó "Real World", un programa que seguía la vida cotidiana de un grupo de desconocidos obligados a convivir durante varios meses siempre bajo el escrutinio de una cámara.
Aquella vez, hace una década, los productores de MTV inventaron un género. Ahora, gracias a los irreverentes Osbourne, lo hicieron de nuevo. Crearon un programa divertido, pero que, además -según Anna McCarthy, profesora universitaria de Nueva York-, es un símbolo de este tiempo: "Antes convertíamos a las personas comunes en protagonistas. Ahora convertimos a celebridades en personas comunes, todo en función del entretenimiento".
Y pocas cosas parecen tan ordinarias y al mismo tiempo tan divertidas como escuchar las quejas de una hija porque su padre no la oye cuando habla y ser testigos de la respuesta de papá: "Bueno,vos no estuviste 35 años parada frente a 30 billones de decibeles". Ozzy Osbourne dixit.
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