Repaso y un nuevo paso adelante

Hubo un tiempo en el que el rock sinfónico reinaba sobre el mundo. Y por estas tierras apareció el grupo Espíritu, marcado por la influencia de Yes, Genesis y otros. En 1975 editaron su primer álbum completo y conceptual, "Crisálida", y un año después, "Libre y natural".

Desde entonces, a pesar de ciertas intermitencias y varios cambios de integrantes, la banda logró mantenerse activa. Editaron dos álbumes en los ochenta y hace apenas un año surgió un nuevo trabajo, "Fronteras mágicas".

Hoy y mañana, en el teatro Santa María, Montevideo 842, el grupo volverá a mostrar las canciones de este último álbum, además de temas de aquellos dos discos de los años setenta, y registrará el concierto con la idea de editar un CD en vivo.

"Se filmarán los dos shows para, tal vez, completar el proyecto con un DVD", dice Osvaldo Favrot, guitarrista y fundador del grupo, que hoy se completa con Ernesto Romeo en sintetizadores, mellotrón, samplers, pianos y baterías electrónicas; Pablo Guglielmino, en voz y guitarra acústica; Federico Favrot, en bajo y coros, y Horacio Ardiles, en batería y percusión.

Favrot asegura que ya están componiendo nuevos temas para un disco que planean grabar el año próximo. Y si lo que ya se escuchó en "Fronteras mágicas" no puede rotularse como rock sinfónico, el guitarrista asegura que tampoco será así con las nuevas canciones. "Estoy intentando renovarme con cada disco. Mucha gente dijo que «Fronteras mágicas» no es como aquellos de los años 70, pero creo que no hay que quedarse estancado. No quiero que los discos se parezcan, prefiero sorprender con sonidos electrónicos, con más hard rock."

La clave, dice, parece estar en lograr una mayor conexión con las emociones. "Además, no compuse temas de 10 o 15 minutos, como le gusta a la gente del rock sinfónico. En todo caso puede decirse que el disco es más progresivo que sinfónico, porque una de las características del rock progresivo es investigar, hacer cosas nuevas. Y yo no quiero trabajar con la nostalgia".