Rob Halford dice que canciones como "Breaking the Law" o "Painkiller" son los "momentos Beatles" de Judas Priest. Muy de vez en cuando el cosmos se pone en fila y una banda hace un tema al que no le entran las balas, uno de esos que suenan "tan poderosos ahora como cuando lo tocábamos en 1980". ¿Por qué pasa? Un misterio que ni el mismísimo Dios del Metal puede explicar.
En Firepower, el disco que Judas editó en marzo de este año y que presenta en el festival Solid Rock -el próximo domingo en Tecnópolis, junto a Alice in Chains-, no hay ninguno de estos raros "momentos Beatles", pero se acercaron más a ellos que en cualquiera de sus álbumes de la última década. Lo cual tiene especial mérito sabiendo que se gestó en la adversidad: en medio de una lucha contra el Mal de Parkinson que terminaría retirándolo de las giras, el guitarrista Glenn Tipton encontró en Richie Faulkner (que había entrado al grupo en 2011 para reemplazar al fundador KK Downing) un socio ideal en el doble ataque y la composición. Con eso, más un Halford con la garganta blindada al paso del tiempo, se redondea un disco que el mundo del metal celebró casi sin excepciones.
Las reseñas de Firepower hablan de lo ajustados que estuvieron al componer. Vos mismo cantabas "unidos nos levantamos" en "United". ¿Fue éste un caso de juntarse más que nunca para superar la adversidad?
Firepower tuvo un éxito extraordinario, no hay duda de eso. Creo que eso te muestra que en la música, sin importar en qué punto estás en tu carrera, podés demostrar que tenés una presencia fuerte como banda. Cuando componés para un disco siempre te unís y ponés lo mejor, pero hubo un momento en las instancias iniciales de composición de éste en el que me acuerdo de estar con Glenn y Richie y sentir que hubo energía particular, una sensación de que algo especial estaba pasando en el estudio. Y después, otro gran momento fue cuando se sumaron Tom Allom y Andy Sneap para producir. La producción fue fenomenal en este disco, fue gran parte del éxito de Firepower. Todo se alineó bien y fue excelente para la banda que esto pasara en este momento de nuestra carrera. Estamos por cumplir cincuenta años pronto, algo maravilloso para que te pase en el metal.
Dijiste que con Glenn y Richie escucharon British Steel, Painkiller y todos los discos clásicos a la hora de componer, pero no los quisieron copiar: lo que querían era sonar jóvenes de nuevo...
¡Sí! Creo que se nota el entusiasmo. Tocamos con la misma energía y dinamismo que cuando empezamos con la banda. Todo eso seguía vivo y fuerte. No nos sentimos diferentes de cuando arrancamos. Ese es el poder del metal.
¿Cuánto tuvo que ver con esa urgencia que Richie se haya sentido al fin parte del grupo definitivamente?
Fue un gran momento para Richie porque inicialmente se nos unió para una gira, en una ocasión extraordinaria. Entró a la banda y desde el principio se comprometió con los fans de todo el mundo. Cuando terminó la gira y empezamos a grabar Redeemer of Souls (2014) tenía cierto temor como guitarrista y compositor, pero a la vez -como debe ser- buscaba nuevas oportunidades. Por eso en Firepower sí está prendido fuego. Encontró su metal mojo e hizo un gran trabajo. Todo el mundo tocó increíblemente bien en este disco, pero Richie estuvo en un gran lugar.
Declaraste que estás feliz con tu performance vocal en este álbum, más que en otros. ¿En esta instancia de tu carrera y siendo quien sos todavía te permitís aprender?
Creo que es importante como músico no dejar de aprender nunca. Toques un instrumento o cantes, siempre podés seguir mejorando. A veces el crecimiento es casi imperceptible pero son los pequeños cambios los que hacen la diferencia, especialmente cuando cantás. De mi trabajo en Firepower, el diferencial vino del aliento que me dieron Tom y Andy y el resto del grupo. Hubo un sentido real de empujarnos unos a otros a dar lo mejor que teníamos.
Muchos cantantes pierden la voz con el tiempo, especialmente los que cantan en registros altos. No es tu caso. ¿Qué hay que evitar para seguir cantando como a los 25?
Personalmente no creo que mi voz esté tan fuerte como lo estaba porque estoy más viejo. Como la voz es parte de tu bienestar físico, es muy importante para los cantantes descansar entre shows, así que trato de no hablar mucho ni doy entrevistas antes de un concierto. Guardo mi voz para los fans. Y como saben: no tomo, no fumo, no me drogo. Mi voz es un bien preciado y la tengo que cuidar para hacer mi trabajo lo mejor posible.
En Argentina le decimos "Dios" a Maradona. Vos sos el "Dios del Metal". ¿Cómo procesa la mente de una persona el hecho de ser llamado el dios de algo?
¡Ja! Me río porque no me tomo la expresión "dios del metal" muy seriamente. Es algo que mis fans me dicen, yo los amo y estoy increíblemente agradecido a ellos. Siempre sonrío con esto del "dios del metal" porque me hace sentir bien, feliz, inspirado a hacer el mejor trabajo posible. Como Maradona, que gracias a sus habilidades y al recuerdo que tenemos de él sigue inspirando gente en todo el mundo.
Acá en nuestro país ha crecido la tolerancia a la diversidad sexual, pero a la vez se está viendo una reacción conservadora importante. ¿Cómo te parece que acompaña el metal esta redefinición de la imagen del macho?
Bueno, el hecho de que esté volviendo y que me quieran mucho en Argentina, que los metaleros amen a Judas Priest y a mí como cantante gay de metal, habla mucho sobre la comunidad heavy. Siempre dije que la comunidad del metal es aceptación: no nos importa el color de tu piel, la religión que practiques o tu sexualidad. Lo que sí importa es que nos cuidemos unos a otros, que nos amemos mutuamente y que lo hagamos en esa forma tan particular que nos dicta el amor al heavy metal.
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