Patoruzito se prepara

En las dos amplias plantas que posee la Compañía de Animación Indiecito, en la localidad de Martínez, la actividad es febril. En la planta baja, sin pausa, apenas con sus auriculares conectados a reproductores de CD o MP3 portátiles, que les brindan alguna melodía con la que consiguen escaparle a la ansiedad, una centena de dibujantes preparan, en grafito sobre papel, a los personajes que creó Dante Quinterno cincuenta años atrás, para lanzarlos hacia la tecnología de animación del siglo XXI.

En la planta alta se produce esta segunda parte del proceso. Las figuras de la troupe, que acompañan desde su época de historieta al pequeño gran cacique tehuelche, descendiente de Patoruzek I, cambian su vida en papel a la existencia en mapas de bits digitales que exigen las actuales condiciones tecnológicas. Gracias a esta metamorfosis, sus cuerpos adquieren color, aparecen los escenarios en que actuarán en las situaciones que les marca el guión y, sobre todo, conseguirán generar en la pantalla la ilusión de aventuras que disfrutarán miles de chicos en nuestro país y, ahora también, en casi todo el mundo.

"Tenemos que tener terminada la totalidad de la animación de la película para la primera semana de abril. Después seguimos trabajando a toda máquina para la serie de episodios de 10 minutos que llegará, a través de Cartoon Network, a gran parte del mundo, a partir del 15 de mayo", explica Alberto Grisolia, director de animación de "Patoruzito 2. La gran aventura", para explicar el ritmo frenético con el que se trabaja en el lugar.

La película es el largometraje de 80 minutos de duración que continuará la versión que el último año consiguió el récord histórico en nuestro cine de haber convocado cerca de 2.500.000 espectadores a las salas de exhibición. La serie es fruto de un convenio con la cadena de televisión infantil que llevará las aventuras de Patoruzito que aquí conocimos en revistas de historietas a lugares tan alejados como la India, primero en entregas de 10 minutos que luego se extenderán a episodios de casi media hora.

Según sostiene Jorge "Corcho" Rodríguez, uno de los productores asociados, desde hace un año y medio, un plantel de trabajo de unas 350 personas en relación de dependencia trabajan en la compañía de animación para concretar estos proyectos. Junto con el responsable de la productora Red Lojo participa de la iniciativa Carlos Mentasti y están asociados a ella Telefé, Cartoon Network y Warner Bros. Pictures, que se encargará de la distribución del film.

"La primera etapa en una película de este tipo es realizar lo que se conoce como story line y grabar las voces y el sonido", explica el director del largometraje, José Luis Massa, que también dirigió la anterior "Patoruzito". El story line no es otra cosa que llevar a imágenes dibujadas, como si fueran una historieta, las situaciones tal cual las presenta el guión, en este caso, escrito por Axel Nacher. En la grabación de las voces, para esta nueva película se contó con el trabajo de dos figuras muy conocidas, como son Norma Aleandro, quien interpretó a una malvada bruja, y Julián Weich, que dijo los párrafos de otro personaje vinculado a lo sobrenatural, pero muy conocido, aunque sea de nombre, por estas tierras: el fantasma Benito.

Luego de estas etapas iniciales, se pone en marcha un trabajo en equipo complejo, análogo al que se realiza en una película con actores, con la diferencia de que en lugar de que éstos pongan el cuerpo, son las manos de los artistas quienes dotan a los personajes de movimientos y expresión. En la etapa de la animación, por ejemplo, la tarea de los especialistas que la realizan es conseguir que con dibujos sucesivos se cree la ilusión de los gestos y las actitudes con que los personajes expresan las emociones que sienten. En otra etapa, que técnicamente se conoce como layout, la tarea del dibujante es análoga a la de un camarógrafo que toma el plano según indicaciones del director. Lo bueno es que en pantalla estas diferencias no se notan.

Por Ricardo Marín

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