En una serie de relatos cortos, el escritor revisita memorias en tono de diario íntimo
Maniobras de evasión
Pedro Mairal - Emecé
Richard Ford justifica los largos períodos que pasa sin escribir en Flores en las grietas, el libro de memorias personales y reflexiones sobre la vida y la literatura: “Quizás mi aparente actitud de flojera provenga del hecho de haber tenido padres de clase obrera que trabajaron como esclavos para que yo pudiera tener una vida mejor que la de ellos, para que no tuviera que trabajar tanto, y mi vida es justamente un tributo a su éxito”. Ford, como muchos escritores, miente bastante, ya que publicó más de diez libros, entre los que se cuenta una tetralogía de más de 1.700 páginas que, narrando la vida de un mismo personaje, Frank Bascombe, interpreta el modo de ser de la sociedad norteamericana.
En Maniobras de evasión, Pedro Mairal se sirve del formato silvestre, del freestyle narrativo, para contar todo lo que no entra en sus novelas, cuentos y poemas. Escribe sus memorias personales, hace el recuento de daños divididos por edades, relaciones amorosas, calenturas pasajeras, separaciones, hijos, la enfermedad de su madre, la edición de un poeta adorado, un accidente de micro en el que se salva pero otros no, entre muchos relatos cortos, algunos inéditos y otros ya publicados en distintos medios. Mairal descorre esos momentos en la vida de un escritor que parecen tener más de “no escritura” que de escritura.
Pero esto también es un poco mentiroso, porque esos momentos hacen al engorde de la vida desde la que se escribe. Se acumulan experiencias para después escribirlas, para sentar las bases de cualquier trama literaria: contar las afinidades entre la felicidad y la desgracia. Mairal también aprovecha la escritura libre para filtrar su propio programa. Por ejemplo, en “La entrega”, y refiriéndose al oficio de escritor, dice: “No me gustan los textos sobreexplicados, la profundidad explícita. Como esos amigos que nos hacen escuchar una canción y nos dicen: ‘Escuchá qué triste este solo’ y a nosotros ya no nos parece tan triste porque ya nos dijeron lo que teníamos que sentir”. Como éste, los mejores momentos de Maniobras de evasión están en la afirmación vital de una literatura que usa las redes sociales en su beneficio, y en lo productivo de tener un deadline y trabajar por encargo: incomodidades para un circuito literario que se presenta alejado del mundo, profundo, sentencioso y categórico.
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