La pareja real llegó a Dundee, al este de Escocia, con varios compromisos oficiales en agenda. Fueron los encargados de inaugurar el Museo Victoria and Albert de Dundee, que se erige imponente en el puerto como parte del plan para reurbanizar esa parte de la ciudad. Y después quisieron conocer de primera mano las preocupaciones y los temores de los trabajadores de Michelin, afectados por el cierre de la fábrica. De hecho, el príncipe asistió a una de las reuniones del grupo de acción que trata de buscar soluciones a los problemas laborales en la zona.
Durante su estadía fueron recibidos con mucho cariño por los ciudadanos de Dundee, especialmente por un grupo de chicos que los esperaban ansiosos para entregarles flores y regalos para el pequeño Louis, el menor de sus hijos. Pero esta visita era muy especial para ellos por otras razones: a pocos kilómetros de allí se encuentra la universidad de Saint Andrews, donde se conocieron y se enamoraron. Habían estado por última vez allí en 2015.
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