Juliana Awada y Bárbara Diez, anfitrionas de la ciudad olímpica

Con una fiesta multitudinaria en la 9 de Julio, Buenos Aires le dio el puntapié inicial a los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 . El pasado sábado, cerca de las ocho de la noche, el presidente Mauricio Macri y la primera dama Juliana Awada , el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y su mujer, Bárbara Diez, y varios miembros del Comité Olimpico Internacional (COI), entre los que estaban Federico de Dinamarca, Alberto II de Mónaco, Ana de Inglaterra, el emir de Qatar, entre otros royals, y el presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, fueron testigos de esta celebración que, por primera vez en la historia olímpica, se hizo en un espacio abierto.

"Con gran emoción y alegría declaro inaugurada la tercera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Vivamos el futuro, viví el futuro", dijo Macri, que habló después de Werthein y de Bach. De esta manera, daba la bienvenida a los cuatro mil jóvenes deportistas, de entre 15 y 18 años, de los 206 países que participan durante 12 días.

Con la emoción a flor de piel después de que Ángela Torres interpretara el Himno Nacional, Gabriela Sabatini –habrá recordado cuando fue abanderada en los Juegos de Seúl 1988, situación que, horas antes, había calificado como "uno de los mejores momentos de mi vida"–, Santiago Lange y Paula Pareto, entre otros deportistas de elite, tuvieron su momento de gloria al recorrer el escenario ante la ovación de 175 mil personas –según estiman los organizadores– que salieron a la calle. También hubo un show de tango encabezado por Mora Godoy y una espectacular performance de Fuerza Bruta sobre el Obelisco, que resultó el broche de oro antes de que el cielo se tiñera de mil colores con los fuegos artificiales.

Los actos oficiales habían empezado, en realidad, una hora antes y se extendieron al domingo a la noche. En el Teatro Colón, la ciudad recibió a la comitiva internacional. Entre los primeros en llegar estuvo Federico de Dinamarca, amigo del jefe de gobierno porteño desde la época en que ambos estudiaban en Harvard. Y al día siguiente, el COI fue el anfitrión de una comida en el Alvear Icon Hotel, en Puerto Madero. Allí, el príncipe Alberto de Mónaco le contó a La Nación: "Creo que esta es mi cuarta vez aquí, la mayoría de las veces vine por cuestiones olímpicas. Vine a mediados de los 90 cuando Buenos Aires era candidata a ser sede de los juegos de 2004 y yo era parte de la comisión evaluadora. Alguna vez estuve en Bariloche y pasé varias veces para ir a Punta del Este". La agenda de Alberto II, que volvió el lunes a la tarde a Mónaco, incluyó un encuentro con Gabriela Sabatini, y una salida a comer con Valeria Mazza y Alejandro Gravier, con quienes lo une una larga amistad (se conocen por la Fórmula E y alguna vez fue huésped de ellos en Punta del Este).

La ceremonia de la clausura se celebrará el 18 de octubre en la Villa Olímpica de la Juventud. Será una celebración para los atletas y sus equipos y, según prometen, tendrá guiños disruptivos.