Roberto Arlt tiene quien lo filme

Luego de "Lola Mora", film realizado hace dos años, su director, Javier Torre, vuelve a ubicarse tras una cámara.

Dentro de pocos días comenzará el rodaje de "El juguete rabioso", adaptación de una novela de Roberto Arlt, un proyecto que, según él, venía acariciando desde hace mucho tiempo.

Hijo de Leopoldo Torre Nilsson y nieto de Leopoldo Torres Ríos, el cineasta no pudo resistirse a la herencia familiar. Colaboró con su padre en varias de sus realizaciones, y en 1980 decidió, con "Fiebre amarilla", concretar una idea que Torre Nilsson había querido llevar a la pantalla y que le fue impedido por la censura. Así se lanzó a la dirección.

"Las tumbas" y "El camino de los sueños" fueron los siguientes títulos de la filmografía de Javier Torre. "Ahora _explica durante un diálogo con La Nación _ es un momento muy propicio para nuestra cinematografía y hay que aprovechar el tiempo de lo audiovisual. Por ello me decidí a retornar a la pantalla, ya que cada película que se hace es una fábrica que se abre".

_¿Por qué elegiste "El juguete rabioso" para tu vuelta a la dirección?

_Porque siempre fue mi novela preferida. Arlt la escribió a mediados de la década del veinte y se ahonda en un perfil que todavía perdura. Habla de la orfandad de los argentinos, de sus sueños y de sus desesperanzas. Retrata con emoción la búsqueda de un personaje dentro de un mundo imposible. Todos estos elementos están vigentes, casi como si Arlt hubiese adivinado los tiempos por venir.

El cineasta elaboró el guión de "El juguete rabioso" en colaboración con su hijo Oliverio, "un muchacho _dice_ que no permitirá que nuestra dinastía cinematográfica acabe. Decidimos que la adaptación transcurra en un tiempo que no es el hoy ni el mañana. Esto no significa que hayamos alterado el sentido de la novela original, que transcurre en un Buenos Aires casi fantasmal que, a veces, será extraño para los porteños".

_En 1984, José María Paolantonio ya había llevado a la pantalla esa novela de Arlt. ¿Esto no te significó un replanteo para tu proyecto?

_De ninguna manera. Yo tengo mi propia visión de ese libro que se convirtió en un guión que sale solo del relato. Hay en él una sociedad dura y cruel que, sin embargo, apuesta a la esperanza. Mi propósito es adherirme al espíritu de Arlt, un escritor que, injustamente, está algo olvidado por los lectores.

Fuerza y convicción

Javier Torre no puede ocultar en ningún momento su entusiasmo por plasmar en imágenes el relato.

"Confieso _apunta_ que es un gran desafío. Deseo que en mi película esté un Buenos Aires que asombre a la gente. Y que por él desfilen esos personajes arltianos con sus torturas y sus sueños a cuestas. El film, que ascenderá a un costo aproximado al millón y medio de dólares, se rodará casi totalmente en exteriores, aunque tuvimos que construir ciento doce decorados para ambientar el relato".

_¿A qué actores elegiste para encabezar el reparto?

_A Thelma Biral y a Lito Cruz. Creo que son los nombres indicados para personificar a los protagonistas. Deseo, además, que Jorge Luz se sume a ellos.

_La devoción hacia Roberto Arlt viene de familia. En 1972, tu padre dirigió una adaptación de "Los siete locos".

_Efectivamente. Y en aquella ocasión yo me desempeñé como ayudante de dirección. Además, es cierto que también mi padre sentía una gran admiración por toda la obra de Arlt... Creo que él me contagió ese entusiasmo.

_¿Cómo ves el presente y el futuro del cine argentino?

_Con enorme optimismo. El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales genera un clima de hiperactividad y, lo que es más importante, el público lo está apoyando masivamente. Por parte de los directores, debemos apostar tanto a una temática de entretenimiento como a un cine audaz que muy bien puede representarnos en festivales internacionales.

El cineasta retorna a su inminente realización: "En mi trayectoria como director siempre deseo recomenzar. Tomando la frase de Arlt, lo válido es la prepotencia del trabajo. En estos momentos, y a muy pocos días de comenzar el rodaje, noto en mí una mezcla de alegría y responsabilidad. Acercarse al mundo de Arlt no es fácil. Es mostrar una sociedad dura y cruel que, sin embargo, tiene puesta su mirada en la esperanza. Esto es lo que pretendo rescatar de "El juguete rabioso"".