Buen viaje: las experiencias lisérgicas de Sting, Ben Stiller y Carrie Fisher
Buen viaje: aventuras psicodélicas (Estados Unidos, 2020). Dirección y guion: Donick Cary. Testimonios: Nick Offerman, Adam Scott, Sting, Carrie Fisher, Ben Stiller, Anthony Bourdain, Sarah Silverman, Deepak Chopra, ASAP Rocky, entre otros. Duración: 85 minutos. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena
Para formular un juicio justo sobre esta película hay que tomar en cuenta su verdadera naturaleza: no se trata de un documental científico -y ni siquiera sociológico- sobre el ácido lisérgico, como podría parecer a primera vista, sino de un especial dedicado a la comedia que lo usa apenas como punto de partida. En esa definición también están cifradas las fortalezas y debilidades de este film dirigido por Donick Cary -un experto en talk shows-, que es claramente más eficaz en algunos pasajes que en otros: sobresalen los sketches breves y dinámicos donde se lucen Adam Scott (el indolente Ed Mackenzie de Big Little Lies) y Brett Gelman (el despreciable Martin de Fleabag).
La carta de presentación de la película, sin embargo, es la lista de celebridades que cuentan sus experiencias personales con el LSD, como es lógico si se tienen en cuenta el peso y la variedad de los nombres: Sting, Ben Stiller, Carrie Fisher, Antonhy Bourdain, Sarah Silverman, Deepak Chopra... El atractivo de esos testimonios depende en primera medida de los gustos personales (los admiradores de cada personaje valorarán seguramente las confesiones de su favorito), pero objetivamente hay algunos que son más entretenidos que otros. Fisher (la célebre princesa Leia de Star Wars) vive (vivía; murió en 2016) en una casa cuya ambientación parece inspirada en sus viajes de ácido y es una de las más disruptivas. Bourdain (se suicidó en 2018) también luce suelto y desprejuiciado. Sting propone una mirada más existencialista. Y Silverman, como buena comediante, remata con una línea que destila ironía: "Dicen que para disfrutar del ácido es mejor el campo, el bosque o la pradera. Yo siempre me drogué en Nueva York".
La película estructura los relatos de sus estrellas bajo un paraguas "temático" sintetizado en un puñado de consejos livianos que van puntuando la narración ("no te mires al espejo", "hacelo siempre con amigos") y tiene un look general que provoca identificación inmediata porque recurre al imaginario más difundido de la experiencia lisérgica, reflejado en unas animaciones que remiten a las de Yellow Submarine, el largometraje del canadiense George Dunning protagonizado por unos Beatles de fantasía. También se beneficia de una banda sonora muy inspirada de Yo La Tengo, banda clave del rock alternativo norteamericano. Puede funcionar bien -con algunas intermitencias, eso sí- como pasatiempo, pero se trata finalmente de una idea con cierto potencial que fue desarrollada a medias.