Sexo, mentiras y codicia
"Hasta que la muerte nos separe" ("The Gingerbread Man", EE.UU./1998, color). Producción hablada en inglés presentada por Líder. Basada sobre una historia de John Grisham. Guión: Al Hayes. Intérpretes: Kenneth Branagh, Embeth Davidtz, Robert Downey Jr., Robert Duvall, Daryl Hannah, Tom Berenger, Famke Janssen. Fotografía: Changwei Gu. Música: Mark Isham. Diseño de producción: Stephen Altman. Dirección: Robert Altman. Duración: 115 minutos. Nuestra opinión: regular.
Kenneth Branagh es Rick Magruder, un abogado de Savannah un poco presuntuoso y bastante mujeriego que acaba de alcanzar un triunfo en los estrados judiciales al conseguir la condena de un policía. Para celebrarlo, una fiesta sorpresa lo espera en el estudio. Allí está la colega linda, tolerante e invariablemente leal (Daryl Hannah), la bella camarera (Embeth Davidtz), que circula bandeja en mano mientras le lanza miradas equívocas, y la ex esposa (Famke Janssen), con la que se lleva como perro y gato y cuya presencia en la ocasión no se explica, salvo, quizá, que la guíe el propósito de fastidiarlo mostrándose del brazo de su nueva pareja, un abogadito juicioso y comedido.
Las complicaciones empiezan pronto, apenas Rick sale a la calle y descubre, bajo la lluvia y sin paraguas, a la camarera, a la que acaban de robarle el auto y que acaso por esa suma de desdichadas circunstancias despierta en él un raro sentimiento mezcla de inflamación erótica y ánimo protector. Enamoradizo como es, no tarda en enredarse con la misteriosa chica, cuya vulnerabilidad queda más expuesta cuando se sabe del implacable hostigamiento de su padre, un viejo leñador trastornado perteneciente a una secta más misteriosa todavía y cuando al cuadro familiar se suma el hosco e intimidante rostro de Tom Berenger, el ex marido.
El clima es tan amenazante como el huracán que avanza sobre Savannah y las calamidades y peligros que antes acosaban a la chica empiezan ahora a caer sobre Rick y los suyos. Incluidos los dos pequeños hijos del abogado, que él se lleva por la fuerza de la escuela en una escena que inaugura una serie de vueltas de tuerca tan improbables, tan forzadas y tan a la medida de personajes colmados de dudosos enigmas que hasta hacen sospechar una intención paródica.
Fruto extraño
La acumulación de trazos gruesos en el dibujo de personajes y en el progreso de la acción y los rebuscamientos de cada nuevo giro de esta maraña de codicia, sexo, engaños y traiciones crean en el espectador una zozobra parecida a la que deben padecer los residentes de la ficción ante la inminencia del huracán: uno teme por lo que va a venir. La furiosa tormenta se desata por fin, después de mucha lluvia, en un redundante paralelo con el ruidoso desenlace.
"Hasta que la muerte nos separe" no es ni Altman ni Grisham. Aunque tiene rasgos de uno y de otro, es un fruto extraño, el curioso resultado de la combinación entre un cineasta cuya especialidad está en la creación de climas, el relato coral o la narración entrecortada de múltiples historias que coinciden en una trama y un fabricante de thrillers que suele aplicar su ejercitado razonamiento de hombre de derecho a la construcción de intrigas bastante directas en torno de abogados embarcados en lucha desigual.
La mano de Altman se adivina un poco en el comienzo, en el sugestivo dibujo de ambientes, en el clima perturbador que rodea el primer encuentro entre Branagh y Davidtz, en la desenvoltura del lenguaje, aquí tan nervioso como lo requiere el thriller; su talento como conductor de actores, en cambio, asoma intermitentemente.
El aporte de Grisham es visible en la particular atención al engranaje, en la disposición para forzar a cada paso la trama buscando sorprender y en la concepción llana y directa de los personajes, que siempre importan menos que la intriga.
El film tiene, eso sí, ritmo sostenido, inteligente aprovechamiento de los escenarios y una atmósfera sombría proporcionada por Changwei Gu, el notable iluminador de "Ju-Dou" y "Adiós mi concubina".
Pero deja sin responder, por lo menos, dos interrogantes. Uno, traído desde el origen: ¿por qué, a la vista de los magros resultados del film, hubo tanta batalla en torno de su autoría? El otro, más doméstico: ¿a qué se refiere el título local "Hasta que la muerte nos separe"?