
A jugar... con Los Cazurros
El dúo estrenará "Diversión", una obra que apunta a la imaginación
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Pablo Herrero y Ernesto Sánchez son como niños, a pesar de que tienen más de 30 años. Y, como tales, les gusta jugar, sobre todo si es sobre un escenario. Ellos son Los Cazurros y hoy, a las 15 y a las 17, estrenarán la obra "Diversión", en el teatro Premier, Corrientes 1565.
"El espectáculo propone que los chicos desarrollen el espíritu de juego, que, si bien no está perdido, se estimula cada vez menos", señala Ernesto a LA NACION.
Desde el comienzo de la obra, esa idea está presente. "Los invitamos a jugar en el teatro porque acá cabemos todos. No en mi cuarto, pues es muy chiquitito", les dice Pablo a los pequeños espectadores que asistieron a un ensayo, anteayer. Y con esas palabras empieza la obra producida por Cuatro Cabezas, la empresa del conductor televisivo Mario Pergolini.
En el escenario, aparece un cajón de juguetes imaginarios. Los Cazurros se los ofrecen a los chicos: "¿Quién quiere una muñeca Barbie y un... muñeco Mateyko?". Los nenes se desesperan por conseguir alguno de esos objetos que son sólo producto de su imaginación y los padres se ríen del chiste que sus hijos no entienden.
Este tipo de guiño hacia el público adulto se extiende durante toda la obra. "Hacemos teatro pensando en los chicos, pero también para todo el mundo", cuenta Pablo.
Cuando todo parecía tranquilo, en el escenario aparece el Maléfico, el villano de "Diversión", que no tiene mejor idea que robar el cajón de los juguetes. Esta suerte de topo malo es propietario de un holding de medios de comunicación. Por eso, su presentación ante el público es a través de un video que se proyecta en la pantalla que está ubicada en medio del escenario.
A partir del hurto del baúl, empieza el juego. "Una de las acepciones de la palabra «diversión» es distraer al enemigo. Y en este caso, el rival es el aburrimiento", explica Ernesto el por qué del nombre del espectáculo.
Para recuperar el cajón de los juguetes de las garras del Maléfico, Los Cazurros deben ir a un parque de diversiones. Al ingresar, una araña gigante aparece detrás de ellos y los chicos le gritan: "¡Detrás de vos!". Así, se completa la historia del espectáculo. "Cuando los niños empiezan a participar, te ayudan a cerrar el relato. Esto es un proceso riesgoso para nosotros", indica Ernesto.
Otra vez aparece el Maléfico en escena para cantar: "Me gusta ser malo". Detrás de él, en la pantalla gigante, está el coro: el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush; el cantante Michael Jackson; el Sr. Burns, el malo de "Los Simpson"; el capitán Garfio y otros villanos de películas y series. "En la obra hay referencias a la tele. Es que nosotros hemos visto mucha", dice Pablo.
La infancia
En un momento de "Diversión", Los Cazurros se convierten en superhéroes para salvar a sus novias, representadas por dos muñecas, de las manos del Maléfico. Para lograr esa conversión, los dos actores piden ayuda a los espectadores e invocan a los superpoderes. "Pónganse una mano en el corazón, piensen en algo lindo y digan: «¡Asabuó!»", piden al público.
"La invención de palabras tiene que ver con el mundo de los chicos", cuenta Pablo. A él lo sorprende que al final del espectáculo los chicos repitan esas palabras. "Nos contaron que una nena, momentos antes de que la operaran del riñón, repetía «Asabuó». Cuando te cuentan eso, se te caen las lágrimas", dice.
En su infancia, Pablo jugaba a inventar palabras con su hermano. En esos juegos surgió "Asabuó".
Y a la infancia de Los Cazurros hay que remontarse para entender su propuesta teatral. "Cuando empezamos con el grupo, pensamos a cada uno de nuestros espectáculos desde el lugar de los recuerdos, de lo que hacíamos de niños", afirma Ernesto. A lo que jugaban en la infancia era, por ejemplo, a los cowboys con armas imaginarias y esa manera de divertirse la trasladaron al escenario.
"En el juego no hay límites, sólo tenés que convencerte de que estás jugando", plantea Ernesto. Para sostener esto, el actor ejemplifica con una escena de la obra en la que participa un espectador. Para poder combatir al Maléfico, Los Cazurros deben hacerse invisible y buscar un aliado que adquiera también esa condición. Por eso invitan a un niño a que suba al escenario y le piden que diga la palabra mágica. "Al repetir la frase, el nene pensó que era invisible", concluye. "La fiesta se arma cuando llegan los niños, que son nuestros invitados al juego", completa Ernesto.
Al finalizar la obra, los pequeños espectadores se van del teatro repitiendo la palabra nueva que aprendieron a lo largo de más de una hora de juego con esos dos adultos que se hacen pasar por niños para jugar sobre un escenario.
Para agendar
"Diversión", infantil.
Premier , Corrientes 1565, sábados y domingos, a las 17, y también jueves y viernes, a las 15. Entradas desde "$20.



