Almacenados: dos generaciones que se disputan el mismo puesto laboral
Almacenados / Libro: David Desola / Dirección: Susana Hornos / Intérpretes: Horacio Peña, Juan Luppi / Escenografía: Marcelo Valiente / Iluminación: Alfonsina Stivelman / Vestuario: July Harca / Música: Leandro Calello / Asistente de dirección: Leidy Gómez Roldán / Producción: María Vélez / Sala: La Carpintería, Jean Jaures 858 / Funciones: domingos, a las 17.30 / Duración: 80 minutos / Nuestra opinión: muy buena
¿Cómo aceptar así sin más que en nuestro lugar de trabajo pueden prescindir de nosotros y que nuestro rol será ocupado por alguien sin nada de experiencia? El señor Lino (Horacio Peña) ha entregado sus últimos 39 años a la empresa Salvaleón. Por motivos de la edad, Lino padece un principio de artrosis, la empresa, impiadosa ante la rutina que este hombre diseñó minuciosamente sobre su jornada de ocho horas diarias, decide jubilarlo cinco años antes. En ese contexto entra en el juego el joven Nin (Juan Luppi). Tendrá solo cinco días para aprender todas las tareas que desempeña Lino desde hace décadas y el público será testigo de estas enseñanzas. Pero, primer conflicto que establece la pieza, el señor Lino no quiere dejar su puesto, así que el pasaje de la información a Nin no será fluido ni amable, algo que suele suceder en cualquier ámbito laboral. Pero habrá más conflictos.
La dirección de Susana Hornos se afinca en generar verosimilitud a todos los hechos. Por eso Horacio Peña luce mucho más grande de lo que es, es que a Lino su artrosis le impide una buena desenvoltura y entonces la distancia con Nin se hace más profunda e insalvable, por lo menos en una primera instancia. La música acentúa cierto aire de rutina a lo Chaplin, una atmósfera laboral alienada, empleados subordinados que no cuestionan. Los días todos iguales de la vida del señor Lino son magistralmente compuestos con ayuda del diseño lumínico, los arreglos musicales y la actuación de Peña, que convencerá a cualquiera que su estadía es exactamente igual desde hace 39 años.
Y todo parecería poder seguir así, tristemente igual y gris, sin sorpresas ni sobresaltos, pero en este depósito de mástiles y astas de aluminio hay secretos de antaño que quedarán al descubierto por esta persona nueva que se suma. Es que en este depósito no ha entrado nadie más que Lino (y las hormigas con las que entabló una cordial relación).
El tema de dos generaciones que se cruzan para desempeñar prácticamente el mismo trabajo y la amenaza que supone la juventud para el que está en ese puesto desde hace tiempo es desde ya atractiva. Ciertos aires de competencia sumados al abismo que significa para muchos la proximidad de la jubilación, sentirse útiles y reconocidos en su labor y de golpe sentir el espanto de no ser considerados para nada genera empatía de entrada. La famosa obra de Roberto Cossa Tute cabrero reflejaba perfectamente todos estos puntos. Almacenados va detrás de estos tópicos, pero les suma unos misterios que irán develándose conforme avance la acción.