
Drácula, el regreso de un hito
A 20 años de su estreno, hoy vuelve la obra de Pepe Cibrián y Angel Mahler que generó un fanatismo por el musical
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Con la ansiedad carcomiéndole las entrañas esperaba un santo y seña. La llamada se demoraba y el sueño parecía desvanecerse cuando, un sábado, el primero tras el pomposo estreno de Drácula, el musical , atendió el teléfono y escuchó la dichosa frase: "Pepe, ya podés sonreír". Era Tito Lectoure, el único empresario que confió en Pepe Cibrián Campoy y Angel Mahler y que apostó y ganó: Drácula fue un suceso, y se estrenó en su estadio, el legendario Luna Park.
Era 1991. Hoy, veinte años después, Pepe sigue sonriendo. "Teníamos que llenar un estadio que estaba acostumbrado a recibir a Liza Minnelli o al boxeo, pero no a Pepe", cuenta, conmovido ante el recuerdo de ese momento sublime en que cumplieron con un piso de público requerido por el empresario que para ellos era descomunal. "Ese sábado fueron cinco mil personas. Y no paró. Llenamos 40 funciones. Aún hoy me sorprendo que sigan yendo", recuerda Cibrián, aunque sabe que peleó muchos años para obtener ese reconocimiento.
Cuando habló por primera vez con el dueño del Luna Park, éste pensó que su interlocutor era Pepe Cibrián padre. No conocía el arte del joven Cibrián Campoy, hijo de dos pesos pesados del mundo del espectáculo argentino. Pasó un presupuesto de 100 mil dólares y esperó: "Me pidió una semana, tras la cual me presentó a Ernestina Lectoure, su tía y dueña del estadio. Me dijeron: «Vamos para adelante». Eran como Papá Noel, nos daban todo lo que pedíamos. Ellos creyeron en dos perfectos desconocidos".
Hacía ya algunos años que la dupla Cibrián-Mahler buscaba crear un musical que brille como las marquesinas de Broadway. No eran improvisados. Si no, cómo se explica que en tan sólo cuatro meses hayan podido escribir, componer y poner en escena el musical con más vigencia de la Argentina. "Me dijeron «adelante» en mayo y teníamos que estrenar en agosto. Todo fue a los cuetes, una vorágine de cosas muy mágicas e irrepetibles", relata "Pepito".
-¿Cómo concebiste la historia?
-Se me ocurrió hacer algo con Drácula, pero no había leído ni la novela cuando busqué a Lectoure. Empecé con la adaptación del texto original y pensé que debía seguir exactamente la historia. Hasta que me puse a ver todas las películas de Drácula y me di cuenta de que nadie seguía linealmente la novela, así que decidí que yo tampoco lo haría. Elegí hacer una historia de amor.
-¿Qué novedades tiene la puesta de los 20 años?
-La visión y el tiempo de la obra son distintos. Soy otro Pepe, hay circunstancias del país que cambiaron. Quedaron esas torres y escaleras de hierro, pero agregamos nuevas escenografías, la vestimos más. Además, decidimos retomar escenas que se habían sacado. No sé muy bien por qué, porque ahora que las veo me parece que aclaran muchas cosas. El análisis de la obra y la profundidad de los personajes van mucho más allá de lo que ya habíamos analizado. En cuanto a la música, Angel hizo unos arreglos que yo creo que son los mejores de su carrera. Por otro lado, se incorporan al grupo dos personas de nuestras familias: mi sobrina Candela será Mina, la protagonista, y Angel le entregará su batuta a su hijo, Damián, que dirigirá la orquesta.
-¿Por qué modificarla ahora?
-Me pareció que la obra estaba muerta y lo necesitaba. No lo hice antes porque en estos 20 años hicimos muchísimas obras. Yo estaba muy dedicado a eso. Eran mis asistentes los que coordinaban la puesta de las diferentes reposiciones. Quizás había un temor porque Drácula fue un suceso socioeconómico único e irrepetible. Generó un fanatismo tal que temía cambiarlo. Por otro lado, pensé que en estos años a este Pepe le pasaron muchas cosas muy fuertes y supongo que era necesario para mí cumplir estos 20 años de otra manera.
-¿Por qué la obra se convirtiera en un suceso?
-Creo que veníamos de unos años golpeados por la hiperinflación y la crisis, y que en el Luna Park se hiciera una obra con jóvenes y autores nacionales y una producción que la gente no creía que se pudiera hacer en esa Argentina, generó como un orgullo nacional. También hubo una química, una empatía con al gente que no siempre sucede. El romanticismo de Drácula , no sé qué será. Creo que todo influyó. Es algo mágico. Me sigue emocionando que la gente conozca de memoria la obra y las canciones. Y que los jóvenes quieran trabajar con nosotros. Eso es estar vigente.
UN HISTÓRICO Y LA DESCENDIENTE DE UNA DINASTÍA
En 20 años se hicieron nueve reposiciones del musical. En todas, Juan Rodó fue Drácula, y ya parece imposible que alguien más pueda hacer ese papel (aunque en gira lo hizo algunas veces Hernán Kuttel). "No es irreemplazable. Es necesario. Es un placer trabajar con él porque lo hace con voluntad, es humilde, generoso, puro y entregado", dice de él Cibrián.
"Sé que si tuviera 90 años, Pepe inventaría algo con sillas de ruedas si fuera necesario", agrega. Con su intimidante vozarrón, en esta nueva puesta el desafío es renovar su personaje: "Debo sacarle un poco de heroísmo y darle más romanticismo. Siempre fue muy glorioso e imponente, y Pepe quiere que busquemos menos a ese héroe poderoso y más ese hombre sensible". No se imagina a Drácula en la piel de otro. "Como dijo Antonio Banderas, que protagonizó Nine en Broadway y después no fue convocado para la película, aprendí a entender que los personajes no son de uno, sino que uno los toma prestados por un tiempo y después hay que dejarlos ir. Me dolería si no me eligieran, pero es un aprendizaje saber que nada es para siempre".
Ella nació con Drácula. Candela Cibrián tiene 20 años, es sobrina de Pepe y ya destellan sus genes artísticos. Estudió en la UCA Producción musical y canta las canciones de Mina, el personaje que interpretará, desde que tiene uso de razón. Su tío no puede evitar emocionarse cada vez que la escucha: "Me recuerda a mi madre, es como una regresión", dice Pepito, quien la recomendó para protagonizar el musical, pero le dejó la elección final a Mahler, para mayor objetividad. "Claro que suma que sea mi sobrina, pero hizo el proceso como todos", agrega. Rubia, alta y muy joven, todas las miradas están puestas en ella: "No es fácil ser la sobrina de Pepe Cibrián en una obra suya", la defiende su tío, satisfecho porque tras pasar por las audiciones abiertas, Candela se supo destacar y ganar su lugar. "Es de una rigurosidad y una disciplina admirables", agrega Pepe, orgulloso y feliz. El resto del elenco lo completan Luna Pérez Lening, Germán Barceló, Leonel Fransezze, Adriana Rolla, Emilio Yapor, Mariano Zito, Diana Amarilla, Mauro Murcia y Florencia Spinelli, entre otros.





