
El regreso de Fernanda Mistral
Aunque el texto es de relativo interés, complace mucho al público femenino
1 minuto de lectura'
Intimidades de la señora Müller, de Susana Toscano e Isaac Martínez. Con Fernanda Mistral y Alberto Ramallo. Escenografía y vestuario: Pepe Uría. Luces: Félix Monti. Dirección: Susana Toscano. En El Cubo, Zelaya 3053. Viernes, sábado y domingo, a las 19.
Nuestra opinión: buena
En algún lugar del vasto edificio del teatro occidental debe de haber una oficina de Agravios y Reclamos Conyugales. Ha sido y es sumamente frecuentada, porque el tema es eterno y, sobre todo, el público femenino lo recibe con evidentes muestras de regocijo y aprobación: rara vez aparece en escena un marido quejándose de su mujer, en tanto que abundan los ejemplos contrarios. En apretada síntesis, desde Casa de muñecas , de Ibsen, pasando por Antes del desayuno , de O Neill; Le bel indifférent, de Cocteau; Diatriba contra un hombre sentado , de García Márquez, o No seré feliz, pero tengo marido , hasta la señora Müller, la historia es siempre la misma, con ligeras variantes de época y de lugar: la culpa siempre la tiene el hombre.
Esta vez se trata de un matrimonio alemán, pero no del todo ario, razón por la cual se ha instalado en Suiza, en Basilea, "en los años 30". El señor Müller duerme a pata suelta en el lecho matrimonial -acostado al revés, con los pies en la cabecera-, mientras su mujer se empeña vanamente en asociarlo a sus afanes eróticos. Es inútil que ella ostente lencería que cree sugestiva, o entone la habanera de Carmen (al parecer, ha sido cantante de ópera, a estas alturas ya muy retirada de la profesión): él ronca y resopla como una morsa y no hay modo de despertarlo. Una posible explicación: el durmiente finge un sueño pesado, para ver si a ella se le acaba la cuerda y se acuesta de una vez. Pero la parlanchina, insidiosa, se empeña en recordar sus andanzas sexuales (las de ella) antes y después del casamiento y los roces cotidianos que toda convivencia implica.
Nada nuevo, entonces. Fernanda Mistral, actriz valiosa, muchos años ausente, en España, eligió este texto para volver a un escenario porteño. Dice su monólogo con brío, con entusiasmo, con su hermosa voz grave y una gestualidad convincente, sobre todo cuando, en el mejor momento de la obra, evoca la pérdida de un hijo pequeño. Lo que no alcanza, sin embargo, para rescatar un libreto de relativo interés, que sin duda complace las expectativas de una muy receptiva platea femenina.
1
2Se casó Holly, la hija de Gordon Ramsay: de la boda estilo “Bridgerton” al look de Victoria Beckham y el drama familiar
3De divorcios millonarios a rupturas con final abierto: las parejas de famosos que se separaron en 2025
4Los mayores fiascos de Hollywood en lo que va del siglo: gastaron millones y perdieron fortunas

