Experiencias que desafían al espectador y lo convierten en protagonista absoluto
Varias propuestas le piden al público un rol mucho más activo que va de ser un actor único con celular a vivir una aventura entre containers, recorrer calles o ser partícipe del erotismo
Si hace unos años decir que una obra teatral se representaba a las 5 de la tarde de un domingo era algo casi impensable, hoy claramente los tiempos han cambiado. Ya no asombran los horarios insólitos ni las funciones de lunes o martes. Esas cuestiones se volvieron moneda corriente; ahora los desafíos tomaron otro camino. Al calor de tiempos signados por la hiperconectividad y por los formatos on demand, era esperable que los fenómenos escénicos promovieran nuevas experiencias, algunas ligadas a la tecnología, otras probando la mixtura entre el teatro y otras disciplinas, algunas propuestas buscando convertir al teatro en una salida menos solemne. Pero todos estos casos novedosos tienen algo en común: necesitan de un espectador activo en todo sentido.
Obras, experiencias, propuestas en espacios no convencionales que le exigen al público prácticamente sumergirse en la ficción marcan una era distinta, que lo corre de aquel lugar anónimo en la oscuridad de la butaca, en silencio, sin chistar ni toser ni mirar el celular, y lo invita a participar. Formatos absolutamente nuevos que se volvieron suceso confirman que la inmersión en la escena es algo de este tiempo.
Muchas experiencias son las que se atreven a cruzar los límites de lo convencional o establecido. Así sucede con Perfil bajo, aquella obra que nació en 2017 para un solo espectador en espacios públicos que diseñó Ezequiel Hara Duck. Vía WhatsApp, es un gran ejemplo de cómo la tecnología entra a escena. En las más de 700 funciones que lleva Perfil bajo, el espectador llega con su teléfono móvil a un punto específico de la ciudad. "Observa a su alrededor y ve que muchas personas que lo rodean tienen celulares en sus manos. Le llegan mensajes, fotos de él mismo, y continuamente se pregunta si las personas que lo rodean son espectadores, actores o simples transeúntes de la ciudad que desconocen su participación en esta experiencia. La idea surgió a partir de observar cómo se comportaban los espectadores en funciones de teatro tradicional en las que, antes de comenzar, se les pide que se mantengan en silencio, que si quieren comer un caramelo que lo hagan en ese preciso instante y que apaguen los celulares. Luego de percibir la fuerte incapacidad por parte de los espectadores para desconectarse y de ver cómo miran sus celulares a escondidas surgió la idea de capitalizar esa problemática y ponerla al servicio de una producción artística", cuenta Hara Duck.
Pero hay muchas más. Una de las experiencias más extremas es Chin Gu Containers, que desembarcó en Buenos Aires a comienzos de este año en Ciudad Cultural Konex. Sin tener demasiada información de qué se trata, el público se sumerge a participar en esta ficción, que tiene mucho de juego. Los horarios de las funciones se van publicando en la página y los espectadores dispuestos a vivir esta experiencia entre contenedores sacan sus entradas sin saber muy bien qué sucederá.
Y muchas más obras se suman a esta nueva tendencia de site specific o de teatro inmersivo, como puede comprobarse en todo el mundo. Espectadores que pierden esa pasividad, obras que se desarrollan en lugares impensados y un sinfín de propuestas difíciles de catalogar. El ciclo Enredadera, que busca indagar en el cruce entre literatura, artes visuales y teatro y que se desarrolla en la librería La Libre, en San Telmo, los miércoles y sábados; las obras que se representan en casas, puertas adentro y cuya dirección se consigue por inbox, como fue el caso de Ojalá las paredes gritaran, obra que se alojó en una casa de Colegiales y por el éxito alcanzado se mudó al Metropolitan desde este mes, o la obra Palmeras, dirigida por Pablo Quiroga, cuya dirección se informa por mensaje privado, al igual que Los días de la fragilidad, de Andrés Gallina, que se desarrolla en un estudio de Chacarita. Las propuestas de Teatro Ciego que se multiplican con sus siete propuestas más una musical, otra gourmet (en la que se come) y una infantil y que reclaman dejar de lado los modos de espectar hasta entonces conocidos para poner los otros sentidos al servicio de la ficción.
La compañía Funciones Patrióticas acaba de estrenar su 50» obra: Pobreza Greco! Son recorridos performáticos que se dan por las calles de Buenos Aires bajo diferentes tópicos. En este caso, el punto de encuentro es San Juan 350, y para aquellos que quieran participar deben seguir sugerencias específicas, como llevar el celular con auriculares, la tarjeta SUBE con crédito y la propuesta es recorrer la obra de Alberto Greco. Solo este sábado, es una actividad gratuita y libre y se suspende por lluvia.
Y la lista crece: escenas teatrales en cementerios; compartiendo mesa y comida con los personajes ficcionales, como el caso de Parte de este mundo y Un almuerzo argentino, y tantas otras que surgen continuamente desafiando las definiciones que hasta hoy existían de teatro. Todas ellas, distintas entre sí, reclaman un espectador atento, que participe y que derribe la barrera de los prejuicios para recibir estas obras ya no solo desde la mirada sino poniendo en juego todos los sentidos.
Esta tendencia explica el furor de Microteatro y de Sex, viví tu experiencia, la obra de José María Muscari. Hace dos años llegó a Buenos Aires Microteatro y desde entonces su aceptación fue tal que dejó de ser un boom pasajero para convertirse en un verdadero fenómeno difícil de entender si no se lo toma en su totalidad. Para aquellos a los que el precio de la entrada del teatro comercial les resulta demasiado alto y también para aquellos a los que el teatro independiente les resulta inabordable por su vasta oferta, inclasificable y llena de opciones, Microteatro parece darles algo de garantía o, al menos, un pacto un poco más liviano: quince minutos de obra a precio accesible (180 pesos la obra, aunque hay promociones convenientes) y la posibilidad de mechar esta experiencia con una consumición. El espectador puede armarse su propia noche viendo la cantidad de obras que quiera. Sin embargo, esto solo no alcanza para explicar el tremendo boom que significó la llegada de este formato a Buenos Aires: se vendieron 500.000 entradas. Inimaginable. Otra particularidad es la proximidad del público con los actores. "Al narrador lo tenés muy cerca, esa experiencia vivencial de tanta cercanía suma y hace que el público sea un poco actor. Que también tiene que ver con las redes sociales hoy que muchos personajes de la vida cotidiana se convierten en estrellas. Se mezcla un poco la tarima de arriba y abajo", cuenta Julieta Novarro, a cargo de Microteatro.
Alguien más en Buenos Aires coincide con que la proximidad entre público y escena es fundamental para estos tiempos. Ese es José María Muscari. Un artista que desde hace años viene desafiando los límites del teatro, buscando experiencias que vayan más allá de la representación escénica. Pionero en sentar a la mesa a espectadores junto a actores, de pensar al teatro como una experiencia más dinámica y menos solemne, es responsable de éxitos como Derechas, Falladas, Casa Valentina, Bollywood o Madre coraje, pero fue con esta nueva creación, la más extrema e irreverente que encontró el estallido. Estrenaron el 7 de junio y desde entonces se agotan las entradas semana a semana a la velocidad de la luz. Con seis funciones semanales en Gorriti Art Center en tiempos difíciles para el teatro y con entrada no tan económica (desde 750 pesos), Sex, viví tu experiencia llegó no solo para quedarse, sino también para irse a recorrer otros espacios del mundo porque llueven las ofertas para llevar esta propuesta a diferentes ciudades. Ya festejaron las cien funciones y los 20.000 espectadores y piensan en un posible verano marplatense. "La gente cuando va al teatro quiere vivir una noche extraordinaria, fuera de lo cotidiano. Y la experiencia de Sex te hace sentir que estás en otro lugar, con otra idiosincrasia, con otros códigos y otras leyes que son propias del espectáculo", explica Muscari. Sex excede claramente lo teatral. En un gran espacio, el público se divide en subgrupos y son conducidos para ir vivenciando diferentes escenas, todas relacionadas con el sexo. La proximidad con los actores es total, por momentos incluso tres o cuatro espectadores presencian una escena erótica adentro de un ascensor.
Un fenómeno que crece, aquí y en todas partes del mundo, que invita al espectador a tomar otro rol, más protagónico, y a vivir una experiencia diferente. En estos casos ya no importan tanto las grandes historias sino los quiebres, ponernos al abismo sobre una cuestión tan antigua como misteriosa: ¿qué es el teatro?
Para agendar:
Microteatro, de martes a domingos,Serrano 1139
Sex, viví tu experiencia, de jueves a domingos, en Gorriti Art Center
Chin Gu Containers, www.chingucontainers.com. El sábado son las últimas funciones del año
Ciclo Enredadera, miércoles y sábados, a las 20, en La Libre, Bolívar 438
Teatro Ciego, teatrociego.org
Pobreza Greco! De Funciones Patrióticas, este sábado, a las 16. Punto de encuentro: San Juan 350. Consultas e inscripción: funciones.patrioticas2010@gmail.com
Parte de este mundo, viernes y sábados, en Timbre 4
- Un almuerzo argentino, domingos, a las 13, en Hasta Trilce