Flor de la V hizo inolvidable su fiesta

La fiesta inolvidable

Dirección: Horacio Sansivero y Georgina Tirotta. Elenco: Flor de la V, Gabo Usandivaras, Yayo, Mariquena del Prado, Nazareno Mottola, María Castillo, Georgina Tirotta y otros. Coreografía: Georgina Tirotta. Vestuario: Gaby Girls, Connie Celeste y Laura Buon Cuore. Música: Gustavo Calabrese. Teatro: Corrientes (Mar del Plata). Duración: 120 minutos. NUESTRA OPINIÓN: Excelente.

MAR DEL PLATA.- El espectáculo hace honor a su título. La fiesta inolvidable es un compendio de música, bailes, y humor, en una progresión que no da tregua ni muestra fisura alguna. Pero fundamentalmente es un ejemplo de buen gusto, de principio a final, como no se veía en una revista de La Feliz desde hace mucho tiempo.

Así, en un inmejorable marco, Flor de la V regresa con todo al género luego de años dedicada a la comedia (en Villa Carlos Paz) y de su paso, la temporada pasada, por el show Bien argentino, de estirpe folklórica. Ya no juega a la vedette, pero baila más que nunca (posiblemente envalentonada por su exitoso paso por el último "Bailando por un sueño") y recupera a la capocómica que supo ser. En ambos rubros descuella (sobre todo en el cuadro de flamenco y el dedicado a Tita Merello y en el monólogo final) y brinda espacio para que el resto del elenco brille igual. Un acto de generosidad y de inteligencia que le suma al espectáculo. El bailarín Gabo Usandivaras hace gala de todo su talento en el tributo a Piazzolla y al rock nacional, en una intrincada y hermosísima coreografía de danza moderna, con Juan Carlos Baglietto y Silvina Garré de fondo, interpretando "El témpano". No obstante, el cuadro que más sorprende, y deja sin aliento al espectador, es el que, a cargo de toda la compañía (Flor incluida) conjuga la música de "Vogue", de Madonna, con el "Corazón delator", de Soda Stereo. Original y bello.

Entre unos y otros cuadros bailados, en La fiesta inolvidable se va desarrollando un extenso y emotivo homenaje a las figuras más populares del espectáculo local (la mayoría de ellas fallecidas), que actúa como columna vertebral; y que va desde Estela Raval y Sandro, hasta Libertad Lamarque y Cacho Castaña, pasando por Jorge Porcel y Alberto Olmedo, Carmen Barbieri, Susana Giménez y Moria Casán, Norma Pons, Gerardo Sofovich, Emilio Disi, y culminando con la ya citada reina de la calle Corrientes: Tita Merello. También hay un espacio para el glamour, en un tributo al diseñador Jorge Ibáñez, que Florencia cierra con un modelo de alta costura impactante.

Entre los distintos segmentos de los tributos se intercalan los cuadros humorísticos, todos dirigidos a un público familiar, incluidos los de Yayo (de reconocida lengua larga); mientras que los más inocentes son los de Nazareno Móttola, quien ejerce una indudable atracción sobre el sector infantil de la platea, por su estilo de gags físicos. Mariquena del Prado es quien mejor maneja los códigos de la revista, y se mete a la gente en el bolsillo en cuanto abre el espectáculo, con picardía e histrionismo.

La atracción de la noche, acorde con el eslogan que identifica a La fiesta inolvidable –"una revista igualitaria e inclusiva"- es María Castillo, la cantante lírica trans (la primera en ingresar al Teatro Colón), que asombra con su voz de soprano, interpretando un popurrí de temas populares (de María Martha Serra Lima y otros) y luego el "No llores por mí, Argentina", de la ópera rock Evita. El momento cúlmine de su participación es la rendición del tema del brindis de La Traviata a dos voces: con su actual voz de soprano y con la anterior, de barítono, de cuando era un hombre. Todo un hallazgo y, por cierto, también una proeza.

El cierre, bien disco, con toda la compañía al son del “Last dance”, de Donna Summer, marca un final de fiesta perfecto para una revista que tiene todo y más para conquistar al público más exigente.