
Historia de Sietevidas, un gato con premio
La exitosa obra de títeres del grupo Asomados y Escondidos ganó el ACE y busca sala para el año próximo
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Los integrantes de Asomados y Escondidos, el conjunto de títeres y actores que acaba de recibir el Premio ACE por su espectáculo "Sietevidas, la vuelta del gato" quieren cambiar muchos finales de historias, tal como lo dice su canción central.
El diálogo con LA NACION se hace en el Teatro Nacional Cervantes porque, pese a que por ahora no van a continuar actuando allí, es donde estrenaron y porque allí están los muñecos de "Sietevidas, la vuelta del gato".
Silvina Reinaudi, la autora de los textos y coordinadora de la estética visual, señala que hubo en el trabajo una serie de corrientes creativas que se iban alimentando mutuamente. "Por ejemplo, en el cuento ´Ricitos de oro´, le pasé la historia al diseñador, O´Keefe, y él creó la imagen de los personajes, y se las pasé a Carlos".
"Cuando Silvina me los mostró, -dice el compositor Carlos Gianni, autor de la música- la mamá osa me sugirió una negra sureña cantante de gospels, y por ahí fuimos a algo de blues, pero luego, una historia de la Mesopotamia sugirió el folklore, y ´Sopa de piedras´, el viejo cuento popular, tenía un cierto clima medieval, así que la música también trató de evocarlo."
De trapo, pero no tanto
Muchas anécdotas de la época de la producción, de los ensayos y de las funciones que cuentan los titiriteros-actores se refieren a esos actores de trapo que por un instante salen de su sueño y vuelven a cobrar vida. "Todos los espectáculos tienen un títere difícil -comenta Roly Serrano, titular, junto con Silvina, de Asomados y Escondidos y director del espectáculo- y en este caso fue ´Ricitos´. Silvina se llevaba el títere a casa, le hacía cambios, pero no acababa de convencernos. En tanto, como necesitábamos el muñeco para ensayar, lo pusimos de suplente a ´Unito´, con peluca y un vestidito".
Dice Serrano: "Cuando se trabaja así hay accidentes que pueden ser maravillosos. Es el caso de los loros. Miguel Rur nos pedía dos minutos de preludio al cuento del litoral para que se cambiaran los intérpretes. Se nos ocurrió lo de los loros. Claudia ( Dallarossa) agarró una gomaespuma. Silvina le escribió el diálogo. Pablo Nojes, que es un gran intérprete, les dio una tonada paraguaya. Los loros iban al boliche del pueblo. A los adultos les encanta y los chicos se quedan fascinados con los loros".
"La fabricación fue muy artesanal, no hay grandes secretos en los títeres, pero todo requirió un enorme trabajo de manipulación -subraya Miguel Rur, convocado para la dirección de títeres-. Por ejemplo, en el cuento de la cigarra y la hormiga, hay muñecos de gomaespuma, peluche y varillas, pero también tres titiriteros que tienen que ponerse de acuerdo. Los muñecos son grandes y pesados y tienen que hablar, cantar, bailar, expresar sus emociones. Y se necesitan muchas cosas, mucho ensayo, para pasar del movimiento técnico a la trasmisión de alegría, tristeza, dolor, desconcierto, juego."
"Por eso -dice Roly- cuando convocamos ponemos énfasis en la calidad humana. Si no hay un titiritero capaz de trasladar esas emociones a ese escenario grande y de hacer que los trapos manden guiños y sutilezas al público, las historias no cobrarían vida.
"Empezamos a sentir que podíamos y necesitábamos compartir esta experiencia -continúa Roly-: no solamente éramos Rito, Sonio, Marimonia, y todos los otros personajes de nuestros espectáculos en estos 20 años de trayectoria, sino que quisimos incorporar gente. Y creo que lo que está pasando con Asomados se debe a eso. Elegimos con cuidado, no sólo por la capacidad profesional sino por la calidad humana. A Gianni no le tenemos que decir cómo, sino que él sabe y lo hace. Ha creado a gusto, nos ha maravillado, nos ha sorprendido por la forma en que interpretaba lo que estábamos sintiendo. Incluso con el trabajo de grabación que realizó con Sergio Blodstein, es perfecto, tan cuidado que la gente no diferencia lo que va en vivo de lo que va grabado. Lo mismo nos pasa con Miguel Rur en lo que respecta a la técnica titiritera. Fue fundamental el aporte de los técnicos del teatro, que muchas veces nos sugirieron recursos, simples, pero que no conocíamos que son parte del equipo de este hermoso teatro."
Claudia Dallarosa, Alejandra Bertolotti, Sandra Antman, Sergio Bressky, Tamara Schmukler y Alejandro Szadursky expresan alegría al haber sido elegidos por Asomados y Escondidos. "Para mí -resume Claudia-, habla de mucha generosidad la forma en que Silvina y Roly comparten con los convocados toda una historia, una trayectoria."
Cantarle a un gato
La única actriz que debe componer un personaje humano es Vanesa Dorrego. "Con Vanesa -dice Gianni- parte de la tarea fue desplazar un poquito la cantante y poner en primer plano la actriz y el personaje. A veces en el teatro musical se prioriza el cantante, nosotros queríamos a la actriz. Y una de las cosas más difíciles para un actor es relacionarse con un títere. Curiosamente, es la generosidad del actor la que gana."
"Al principio trabajamos eso, tratar de sumarme, para que todo sea mágico -dice Vanesa-. Una vez que hice el click, ya no hubo problema, hasta cuando no actuaba, lo veía al títere y trataba de acercarme a ver qué le pasaba, como si fuera un gato de verdad, mi gato. Hasta yo me la creía a la magia."
"Y esto pasaba todo el tiempo con los chicos -agrega Silvina- recuerdo una función de viernes ( los viernes venían los colegios) en que, cuando Vanesa, cantando lo alza a Sietevidas y al gato se le ven las patitas traseras (una acción que requirió mucho ensayo para que sea verosímil) un nene le dijo a otro: «¿Viste? ¡Yo te dije que estaba vivo!»"
Dos públicos
"Las historias de Silvina -dice Carlos Gianni- son cuentos tradicionales con un final cambiado, sorpresivo. Y creo que la canción que habla de cambiar para crecer, está en todos nosotros: creo que todos estamos intentando que muchas cosas cambien: desde nuestras cosas personales hasta el país, el mundo, la sociedad en sí. Me parece que esto le llegó al público, y por supuesto, les llegó a los chicos que son los inventores de las cosas que cambian."
-¿Y ahora?
Serrano: -Esperamos algún cambio. Desgraciadamente el teatro Cervantes nos confirmó la imposibilidad de volver a hacer el espectáculo acá. Es uno de esos absurdos de la burocracia: pese a ser un espectáculo exitoso y representar un ingreso para la sala, al Cervantes no le es posible acordar para la Compañía un porcentaje del importe de las entradas. El total debe ir a los fondos de la Tesorería; el teatro sólo puede contratar, pero únicamente en el caso de tener presupuesto para ello. Por recorte de presupuesto se suspendió la prolongación de esta temporada. Si las cosas mejoran, podría ser que el Cervantes empezara la temporada infantil del año que viene con "Sietevidas" para luego estrenar otro espectáculo. Esto es algo que nosotros siempre deseamos y propiciamos para el Cervantes y estamos de acuerdo, aunque en este caso no es lo más conveniente para nosotros. Pero, por otro lado, el teatro Cervantes nos dice: "Muchachos, la producción está hecha, si pueden trabajar en otro teatro, pueden llevársela". De modo que en eso estamos. Buscando sala. De hecho, ganar el ACE significa que cuando uno se acerca a un empresario, éste sabe de qué se trata. Porque por lo general, cuando se trata de teatro para niños, y especialmente de títeres, se sabe muy poco y a veces hay mucha confusión. Ahora, con este premio, por lo menos la puerta se abre.



