
Irlanda intenta rescatar a Samuel Beckett
En su edición del pasado 23 de julio, el Times Literary Supplement contabiliza cinco libros de edición reciente dedicados a Samuel Beckett (1906-1989) y su obra: cuatro ensayos y una biografía escrita por Andrew Gibson. El autor de las reseñas, Mark Nixon, parte de la intensa campaña desarrollada por Irlanda para subrayar la calidad de irlandés del célebre escritor, e incita a verlo como un icono representativo de su pueblo y su tradición. "La apertura del puente Samuel Beckett en Dublín, en diciembre de 2009, significó la apoteosis de un proceso tendiente a reubicar a Beckett en el paisaje cultural irlandés, proceso que ya mostró extravagantes celebraciones en el centenario de su nacimiento, en 2006, y la emisión de un euro-Beckett en ese mismo año."
La euforia tropieza con un hecho innegable: Beckett pasó la mayor parte de su vida fuera de Irlanda, sobre todo en Francia, y sus textos más importantes los escribió en francés. Rara vez volvió a Dublín; nunca de buena gana. Y, acaso lo más importante, su obra carece prácticamente del concepto de hogar, patria o nacionalidad. Es una obra más bien abstracta (aunque él fuera muy consciente y estuviera al tanto de todos los acontecimientos de su época) y donde no hay mención de historia ni temas políticos, económicos o sociales, aunque sus críticos y comentaristas los hallen implícitos. Pero, como subraya Nixon, "Irlanda nunca desapareció por completo de la obra de Beckett, como lo prueban las alusiones al miembro del IRA Noel LeMass, en Mercier y Camier ; al alcalde de Cork, Terence MacSwinney, fallecido durante una huelga de hambre contra la Home Rule, en Malone muere ; el escenario dublinés de All that Fall y algunos giros de frases con ecos gaélicos en Esperando a Godot ".
* * *
En cuanto a la biografía por Gibson, es la primera después de las escritas por Knowlson y Cronin. Más breve que estas (204 páginas), trata de mostrar cómo la obra de Beckett fue moldeada por las fuerzas históricas y los varios contextos en que se movió, desde la Irlanda de su juventud, Londres y París en los años 30, la Alemania nazi en 1936-37, la Francia ocupada y la de posguerra, la Cortina de Hierro, la Guerra Fría hasta la cultura del consumo. Más aún: Gibson presentaría una suerte de biografía en negativo: en vez de leer la obra del escritor a través de su vida, adopta su estética para escribir "una biografía minimalista que reduce lo que muchos pensarían de la vida de Beckett, a un delgado hilo entre la circunstancia histórica y el arte". Sin olvidar que Beckett mismo desconfiaba de las biografías, en su ensayo sobre Proust dice que la autorreferencia "a menudo reduce al artista a una caricatura".




