
La nueva refundación del Teatro de la Ribera
Con el estreno de Cinelandia, montaje de Alfredo Arias, la sala del Complejo Teatral de Buenos Aires abre un nuevo capítulo
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La chica de la foto de tapa es Alejandra Radano. Es la talentosa, esteta y desbocada actriz fetiche de Alfredo Arias, quien, mañana, estrena Cinelandia en el Teatro de la Ribera. La sala está ubicada en pleno corazón de La Boca. Es una de las cinco salas del Complejo Teatral de Buenos Aires. Sea por un motivo o por varios, nunca se le ha encontrando la vuelta a esta sala ubicada a metros de la Vuelta de Rocha.
Los datos lo demuestran. Según cifras oficiales, desde 2005 hasta la fecha hicieron temporada 29 obras de todo tipo respondiendo a distintos criterios curatoriales. En promedio, tuvieron 175 espectadores por función. Dicho de otro modo, la sala que tiene 8 murales de Benito Quinquela Martín tiene un promedio de ocupación que apenas supera el cuarto de su capacidad. Sólo 9 montajes sobrepasaron la media de 200 personas para una sala de 661 butacas. De menor a mayor, ese listado se inicia con El andador, reciente montaje que tuvo un promedio de 202 espectadores, y llegó a su pico con Arlequín, servidor de dos patrones, la puesta de Alicia Zanca, que tuvo un promedio de 244 personas.
Un solo espectáculo hizo funciones con la mitad de la sala llena. Se llamó (se llama) Venimos de muy lejos. Unas 2789 personas vieron esta producción del Grupo de Teatro Catalinas Sur. Se presentó en La Ribera en 2009. Desde la iniciativa privada, Catalinas Sur y la Fundación Proa son los dos verdaderos faros culturales de La Boca. El primero es un grupo comunitario de fuerte inserción barrial. En estos momentos presentan El fulgor argentino. En sus 19 temporadas fue vista por 190.000 espectadores. La Fundación Proa es el lugar por excelencia de las artes visuales contemporáneas. La muestra de Ron Mueck fue visitada por 130.000 personas.
Sin necesidad de remontarnos al éxito del Teatro Caminito (1957-1973), el nivel de convocatoria obtenido por estos dos espacios culturales demuestra que el barrio de La Boca puede generar experiencias masivas más allá de la carencia en lo que hace al transporte público o temas vinculados con la inseguridad.

En 1971 abrió sus puertas el Teatro de la Ribera. Desde 2000, depende del Complejo Teatral de Buenos Aires en tiempos en los que Jorge Telerman era el secretario de Cultura de Aníbal Ibarra. A lo largo de estos años, apuntaron a darle distintos perfiles en lo que hace a su programación. Fue, o intentó ser, la meca del tango y de espectáculos ciudadanos. Fue, o intentó ser, el lugar de las obras de tono popular. Fue, o es según asegura la página de Turismo de la Ciudad, el lugar en donde se “ofrecen variadas propuestas culturales con un estilo pintoresco”.
Después de haber intentado con distintos perfiles y estilos de gestión, el CTBA, dirigido ahora por Jorge Telerman en tiempos de Ángel Mahler como ministro de Cultura, designó a la coreógrafa Diana Theocharidis su directora artística. Inicialmente, ella iba a estar a cargo del Teatro Sarmiento junto con Vivi Tellas, pero esa idea no prosperó. De su previo paso por el gestión en el CETC y el Fondo Nacional de las Artes, ella ahora está al frente de la sala de La Boca.
“Primero, Telerman me pidió que armara un ciclo de danza contemporánea y, luego, que me haga cargo del teatro. Nos pareció necesario darle una identidad al espacio y optamos por convertirlo en una sala de teatro musical y de danza. Desde otra perspectiva, la contemporaneidad de las obras programadas están vinculadas con la tradición en un barrio de enorme tradición. Por eso abrimos con Cinelandia, que es un homenaje a cuatro películas del cine argentino; y el ciclo Danza al borde, que comienza a fin de mes, se cerrará con Tres danzas argentinas, un homenaje a Ginastera a cargo de duplas de compositores y coreógrafos conformados por Gabo Ferro y Pablo Lugones, Axel Krieger y Diana Szeinblum, y Carmen Baliero e Iván Haidar.
–En otras gestiones del CTBA, el Alvear estuvo destinado al teatro musical y el Sarmiento a las propuestas más experimentales, dos ejes actuales del Teatro de la Ribera. ¿Por qué se le dio este perfil a esta sala teniendo en cuenta sus grandes dimensiones, un planteo arquitectónico tradicional con escenario a la italiana y un escenario en altura, no siempre aconsejable para la danza contemporánea?
–Estaba la sala y había que darle un destino. Es una zona en transformación de enorme futuro y yo espero que el teatro ayude a esa transformación. Como durante el día la zona tiene mucho movimiento de gente, Cinelandia, de Alfredo Arias, irá los viernes, sábados y domingos, las 19; y los distintos programas de Danza al borde serán a la tarde. Veremos cómo reacciona el público.
Este año ya hubo algo así como una prueba piloto. Telerman programó El andador, con Muriel Santa Ana, de viernes a domingos, a las 15. En las 29 funciones tuvo un promedio de 202 espectadores. Lo cual, hizo que se ubicara en el lote de las 10 obras más vistas de los últimos 11 años (9, teniendo en cuenta que la sala estuvo cerrada dos temporadas por refacciones) que, en general, hicieron funciones en horario nocturno.
“Habrá que darle tiempo, habrá que reinventar a un público. Para el año próximo queremos hacer ensayos abiertos durante la semana para que puedan llegar los colegios del barrio –agrega Theocharidis–. Por otra parte, un teatro público tiene que poder darle al artista la posibilidad de hacer cosas que no podrían hacer en una sala privada. Un coreógrafo, aunque logre un subsidio, no podría tener un ensamble a su disposición o un escenario de las dimensiones que tiene esta sala. La programación que armamos sólo se puede hacer en un teatro oficial que tiene los medios y las infraestructura necesaria”.
Por el momento, de las siete salas que forman parte del entramado del Complejo Teatral de Buenos Aires sólo tres están en funcionamiento (Regio, Sarmiento y de la Ribera). En marzo del año próximo volverían a funcionar las tres salas del Teatro San Martín. Para fines de ese mismo año, estaría abierto el Alvear, que lleva más de dos años cerrado. Reabierto el Teatro de la Ribera en junio, en esta nueva refundación el elenco de Cinelandia será el encargado de abrir esta nueva etapa hasta que, de a poco, la sala con vista al Riachuelo empezará a poblarse también de bailarines, músicos y coreógrafos. El Teatro de la Ribera vuelve a zarpar.





