
La otra danza de los vampiros
Roman Polanski hizo el film y ahora la comedia musical; pero no dirige en EE.UU.
1 minuto de lectura'
NUEVA YORK.– Para matarse de risa de y con los vampiros no hace falta más que retroceder hasta ejemplos de la cinematografía como el dibujo animado cubano “Vampiros en La Habana”(1985) o la comedia de terror “La hora del espanto” (1985). Un par de décadas antes, en 1967, Roman Polanski fue precursor con “La danza de los vampiros” (“The fearless vampire killers”), película en la que él interpretaba al joven ayudante del profesor aniquilador de vampiros y su mujer Sharon Tate –asesinada en 1969– encarnaba a la heroína del caso.
“La danza de los vampiros” no sólo bromeaba con la especie draculesca sino que su guión incluía chistes sexuales, algo que alarmó a los ejecutivos de la Metro Goldwyn Meyer. En el memo que le enviaron al director se consignaban así las modificaciones requeridas: “Página 21. El diálogo en doble sentido de esta página debería ser morigerado. Específicamente, pedimos que elimine la expresión: “¿Hacemos uno rápido?”
Más de treinta años después, los chistes de Polanski son cosas de niños y cada noche, en el Teatro Minskoff de Broadway, un ambiente familiar se ríe con la comedia musical “Dance of the vampires”. Una de las claves de la convocatoria del musical, que llena noche tras noche, es el protagónico de Michael Crawford, vaca sagrada si las hay en Broadway. Ganador del Tony por “El fantasma de la ópera”, el cantante ahora se pone la máscara de Count von Krolock y canta de principio a fin el repertorio creado ad hoc por Jim Steinman.
Importada de Viena
“Dance of the vampires” recupera el camino de musicales como “The Rocky Horror Show”, donde no abunda el espacio para melodías edulcoradas (aunque el tema romántico de la obra es “Eclipse total de corazón”). Pero tampoco es cualquier rock. Jim Steinman, más conocido por sus composiciones para Meat Loaf, ha puesto su sello grandilocuente y pomposo.
Pero “La danza...” no es un invento norteamericano. La puesta original es del mismísimo Polanski y se estrenó en Viena con, debe decirse, superior calidad a la de Broadway. (El cineasta, que fue sentenciado a prisión por la justicia norteamericana en un caso de abuso a una niña de 13 años, se fue de los Estados Unidos a mediados de los 70 para evitar la cárcel y no ha regresado desde entonces. Por eso, la versión de Broadway es dirigida por John Rando, ganador de un Tony por “Urinetown”).
La gran diferencia radica, precisamente, en la escena fundamental: la danza de los vampiros. En el film de Polanski, el profesor Abronsius y su ayudante Albert ingresan en el castillo de Count von Krolock para rescatar a la bella Sarah la noche en que se da un baile en honor a ella, seducida doncella. El dúo de antihéroes golpea a un par de vampiros, toman sus ropas de gala y se mezclan con los invitados.
Para advertirle a Sarah que van a rescatarla, ambos se integran a la danza –una suerte de minué–, en la que los bailarines van y giran, en cuatro tiempos, hasta completar una vuelta completa. La danza es fácil: primero adelante, luego giro a la derecha, un paso adelante, otro giro a la derecha, un paso adelante, otro giro a la derecha y... ¡catástrofe! Una pared completa del salón es un espejo: reflejados y solitarios en medio de la nada, quedan los únicos tres seres humanos del baile: Sarah, Abronsius y Albert.
Esta escena, la más impactante del film, no figura en “Dance of the vampires”. No en la versión de Broadway. En el Viejo Continente, es la décima escena del segundo acto y está resuelta con tres “dobles”, que se mueven, tras una cortina transparente, “en espejo” con respecto a los tres actores. Pese a esta falta, el público de Broadway aplaude a rabiar. Pero si, por ventura, alguna vez se hiciera en Buenos Aires, sería deseable mirar hacia Europa.
Las versiones
- 1967: estreno de “La danza de los vampiros”, film de Roman Polanski, con Ferdy Mayne, Sharon Tate –asesinada en 1969 por el clan de Charles Manson– y Polanski.
- 1997: “Dance of the vampires”, comedia musical de culto y fenómeno de taquilla en Europa. Se estrenó en Viena.
- 2002: “Dance of the vampires” se estrena en octubre en Broadway.





